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La carrera de 100 metros de la Reunión de Pekín fue una
prueba rápida donde el estadounidense Marvin Bracy, exjugador de fútbol
americano, marcó unos interesantes 9.95 y su compatriota Mike Rodgers le
secundó con unos buenos 9.99… pero el protagonista no fue ninguno de los dos...
La atención la siguió acaparando Justin Gatlin, al que la organización del
evento había apeado, por supuesto mal estado, cuando ya estaba en Pekín.
Furioso antes de marcharse de la capital china, el dos veces sancionado por
dopaje y autor recientemente de unos estratosféricos 9.74 en Doha dejó esta
frase que recogió Reuters: “Podría correr en 9.8, 9.7. En la próxima carrera
soltaré una bomba”. Su próxima cita está prevista para el 30 de mayo en Eugene
(Estados Unidos).
Su mánager, el exvallista Renaldo Nehemian, sonrió en una
entrevista cuando oyó la frase de su representado y dijo: “No hay nada que él
(Gatlin) pueda hacer contra los que le critican, pero ellos le dan energía
(fuel) para esforzarse al máximo”. Pero el culebrón Gatlin en Pekín no acabó
ahí. Li Jue, director del meeting dijo: “El atleta nunca habló con nosotros en
persona. Estamos perplejos con lo sucedido”. Más tarde, Justin puso un mensaje
en Twitter firmando la paz: “Todo está bien entre la organización y yo. Mi
intención es volver a los Mundiales en agosto y el año que viene a la reunión”.
El affaire se cerró así, de una forma cuanto menos confusa.
Además, en el imponente Nido se vieron algunas pruebas
interesantes como la victoria de Veronica Campbell Brown en 200 metros (22.68), el
regreso con victoria de Anna Chicherova a la colchoneta de altura tras una
larga lesión (hizo 1,94) y el intento del chino Gowei Zhang por entrar en el
club de los 2,40 (finalmente se quedó en 2,34).
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