lunes, 30 de septiembre de 2019

VERGÜENZA MUNDIAL


CARLOS TORO
El Mundo.es

Todo cuanto rodea a este Mundial ha sido y es un despropósito, una distorsión y una vergüenza. Todo, desde la oscura designación de la sede, ahora en los tribunales franceses, hasta el desarrollo de la competición en las pruebas más largas y duras: las de maratón y marcha.
Todo es artificial, contra natura: el lugar, las fechas, los horarios... Un estadio convertido en un monumento al lujo hueco, al superfluo exhibicionismo tecnológico, al dispendio sin pudor ni mesura. Un impostado oasis de frescor de ingeniería extranjera, incrustado entre un cielo inclemente y una tierra calcinada. Una burbuja climatizada fuera de la cual se achicharra el cuerpo y jadean los pulmones en la húmeda atmósfera viscosa.
A diferencia del anterior Mundial, celebrado en Londres en 2017, el recinto muestra en sus gradas una desnudez desoladora. Sólo la disimulan unas entusiastas formas de vida representadas por los obreros, muchos de ellos africanos, que levantan de la nada estos imperios inmobiliarios, energéticos y viales, y se vuelcan con los atletas de sus países. En contraste con la magnificencia íntima del mejor atletismo posible, del deporte más universal, duele ese diario esqueleto de cemento (o de lo que sea), ese graderío en los puros huesos, sin gente y sin alma.
No hay crítica, no hay oposición, no hay coto, no hay condena, no hay propósito de enmienda por parte de los máximos poderes deportivos (no digamos de los políticos). Asienten, consienten, genuflexos, vendidos entre serviles sonrisas y satisfechas declaraciones de universalidad forzada, al dinero sin ideología que compra votos, amordaza bocas y anestesia conciencias.
El deporte en general se está prostituyendo, sometido a un mercantilismo salvaje, sin fronteras ni pausa ni freno, que está pudriendo sus raíces y agriando sus frutos. No somos ingenuos cómplices ni paladines redentores. El mundo es lo que es y el deporte es como es. Pero ya hace tiempo que éste va desbordando cauces equilibradores y cruzando, pisándolas, fronteras éticas.
Este estadio es también uno de los que acogerán el Mundial de fútbol de 2022. Otra designación manchada, otro ludibrio comprobado, otro oprobio consentido, otro baldón jaleado. El fútbol, demasiadas veces, no emplea su fuerza e influencia para abanderar una cruzada moral y liderar con ella a los demás deportes, sino para contribuir a enturbiarlos.

EDRI REPITE TÍTULO Y DERROTA AL IMPERIO INGEBRIGTSEN


TOMÁS CAMPOS
Marca.com

La corona se mira pero no se toca. El etíope Muktar Edris, el hombre que heló la sonrisa a Mo Farah dos años atrás en el Mundial de Londres, retuvo el título mundial de los 5.000 metros tras imponerse en una apasionante final repleta de giros escénicos que se resolvió en las dos últimas vueltas.Edris, con un tiempo de 12:58.85, se impuso en la recta de llegada a su compatriota Selemon Barega (12:59.70), con el canadiense Mohammed Ahmed cerrando el podio (13:01.11).
Sin embargo, la noticia estaba unos metros más atrás, con el noruego Jakob Ingebrigtsen, doble campeón de Europa de 1.500 y 5.000 metros en Berlín 2018, agonizando en un mortecino sprint que acabó con su espigada figura desplomándose sobre la misma línea de meta.
Ingebrigtsen se había puesto en cabeza a falta de 400 metros pero acabó sin gasolina ante el empuje de la dupla etíope, que le pasó como una exhalación a falta de 200 metros. Finalmente fue quinto con 13:02.93, por detrás del otro etíope presente en la final, Telahun Haile Bekele (13:02.29).La debacle del clan Ingebrigtsen fue total, con Filip retirándose a falta de 500 metros y Henrik en el puesto trece a más de medio minuto del ganador (13:36.25).Edris es el tercer atleta que logra retener la corona del 5.000 tras el keniano Ismael Kirui (Stuttgart 1993 y Goteborg 1995) y Mo Farah, ganador en Daegu 2011, Moscú 2013 y Pekín 2015.Etiopía, por cierto, logró el primer doblete de su historia. Ya en 1993 subió a dos atletas al podio pero entonces fueron plata y bronce. Kenia en cambio se queda sin metal alguno por segundo mundial consecutivo.

WARHLOM GANA EL ORO PERO NO PUEDE CON EL RÉCORD DE YOUNG

TOMÁS CAMPOS
Marca.com

Karsten Warholm estaba más eufórico justo antes del pistoletazo de salida, cuando gritaba y se golpeaba el pecho, que cuando cruzó la línea de meta. Había retenido el título de 400 metros vallas, pero se había quedado lejos de la plusmarca mundial (46.78) del estadounidense Kevin Young -Barcelona 1992-, que permanecerá al menos un año más, desafiante, en el sagrado libro de los rércords.Warholm, un vikingo desbocado que no conoce el sentido de la palabra prudencia, salió, como siempre, a todo trapo, cogiendo la compensación al hombre que le precedía, el brasileño Alison Dos Santos, en apenas dos vallas.Por la calle 7, el americano Rai Benjamin trataba de mantener el pulso al nórdico, consciente de que todo se decidiría en una recta final en la que rara vez Warholm flojea.Su victoria, con un tiempo de 47.42 segundos, no colmó las expectativas puestas en una carrera de la que se esperaba una marca estratosférica, toda vez que tanto él como Benjamin ya habían roto este año de la mítica barrera de los 47 segundos.
El podio lo completaron el mencionado Benjamin (47.66) y el héroe local, Abderrahman Samba, el hombre llamado a dominar la prueba de las vallas bajas hasta la espectacular irrupción del noruego en el Mundial de 2017.
El qatarí superó por apenas siete centésimas al virgenense británico Kyron McMaster, cuarto.
Warholm, que acabó celebrando su victoria ataviado con el clásico casco vikingo, se convierte en el cuarto hombre capaz de retener la corona tras el gran Edwin Moses (1983 y 1987), el dominicano Félix Sánchez (2001 y 2003) y el estadounidense Kerron Clement (2007 y 2009).Además, alegró la noche a sus compatriotas, que una hora antes habían presenciado el hundimiento en pleno del clan Ingebrigtsen en la final de los 5.000 metros.

WARHOLM DEJA EL TRONO DE LOS 400 VALLAS EN PODER VIKINGO


JUANMA BELLÓN

Karsten Warholm, un vikingo desinhibido, es otra vez campeón mundial de 400 vallas, la prueba más caliente, la distancia en la que se tambalea el récord mundial (46.78) cada vez que este noruego se pone en unos tacos de salida. Y a por la plusmarca salió este noruego, 23 años, en el estadio Khalifa de Doha. Lo que sucedió fue que el exceso de ímpetu se lo arrebató. Se quedó en 47.42 y batió en la meta al estadounidense Rai Benjamin y a Abderraham Samba, que con su bronce dio el primer bronce para Qatar. Esos dos atletas también pelean con Warholm por el tope universal de Kevin Young en Barcelona 1992.
Con su zancada rítmica y altísima, Warholm arrancó a 13 pasos la valla, velocísimo desde la calle 3 (a él le gustan las exteriores). Devoró rápidamente al brasileño Alison dos Santos y se echó encima del turco Yasmani Copello, incluso se acercó a Benjamin, otro que sale a fuego. Pero esa pasión desaforada, casi salvaje como los vikingos, de Warholm le llevó a llegar algo menos fresco de lo debido a la recta final, cuando el ácido láctico machaca y las piernas se transforman en bloques de hormigón. Pese a todo, Warholm aguantó el tipo con dificultades y metió el brazo en meta para que el crono fuese lo mejor posible. 47.42, Benjamin, 47.66 y Samba, 48.03, convertido en héroe local y jaleado por los qataríes.
Warholm revalida así el título que consiguió en Londres 2017, cuando apareció por sorpresa. Esta vez se le esperaba, y más tras haber corrido en 46.92. Es de Uilstenvik, un pueblo astillero de Noruega que salió de la mano del entrenador Leif Olav Alnes, un estudioso con apariencia de científico despistado, que ha llevado a la excelencia a Karsten y le forjó un carácter extrovertido, en el que habla sin problemas de pubs y cervezas. Pero también le inculcó un espíritu de sacrificio brutal, en el que casi siempre llega al límite, como demuestra en sus redes sociales. “Me encanta entrenar, pero también lo odio con todas mis fuerzas”.
Warholm fue el único héroe de Noruega en el día después de que los Ingebrigtsen no pudieran en la batalla infernal contra Etiopía. Jakob, el menor de la saga con 19 años, aguantó hasta la última vuelta, pero se enganchó una pájara brutal que le dejó quinto en la victoria de Mukhtar Edris, el hombre que ya destrozó a Mo Farah en Londres 2017, donde Warholm se dio a conocer al mundo y después se bajó a un pub junto a Tower Bridge. En Doha seguro que monta otra celebración especial.

HOMBRES
5.000 metros
1 Muktar EDRIS                  ETH   12:58.85
2 Selemon BAREGA           ETH    12:59.70
3 Mohammed AHMED      CAN    13:01.11
4 Telahun Haile BEKELE  ETH    13:02.29
5 Jakob INGEBRIGTSEN  NOR   13:02.93
6 Jacob KROP                      KEN   13:03.08
7 Paul CHELIMO                USA    13:04.60
8 Nicholas KIMELI             KEN    13:05.27

400 metros vallas
1 Karsten WARHOLM        NOR  47.42 
2 Rai BENJAMIN                 USA   47.66 
3 Abderrahman SAMBA    QAT   48.03 
4 Kyron MCMASTER         IVB    48.10
5 TJ HOLMES                       USA   48.20
6 Yasmani COPELLO         TUR   48.25
7 Alison DOS SANTOS       BRA   48.28
8 Abdelmalik LAHOULOU ALG  49.46

Disco
1 Daniel STÅHL                                SWE  67.59             
2 Fedrick DACRES                           JAM  66.94             
3 Lukas WEISSHAIDINGER        AUT    66.82             
4 Alin Alexandru FIRFIRICA       ROU   66.46             
5 Apostolos PARELLIS                  CYP    66.32 
6 Matthew DENNY                         AUS    65.43 
7 Ehsan HADADI                            IRI     65.16             
8 Martin WIERIG                           GER   64.98

MUJERES
800 metros
1 Halimah NAKAAYI          UGA   1:58.04
2 Raevyn ROGERS              USA    1:58.18
3 Ajee WILSON                   USA    1:58.84
4 Winnie NANYONDO       UGA   1:59.18
5 Eunice Jepkoech SUM    KEN   1:59.71
6 Natoya GOULE                 JAM   2:00.11
7 Rababe ARAFI                  MAR  2:00.48
8 Ce'Aira BROWN               USA    2:02.97

3.000 metros obstáculos
1 Beatrice CHEPKOECH    KEN   8:57.84
2 Emma COBURN              USA    9:02.35
3 Gesa Felicitas KRAUSE  GER   9:03.30
4 Winfred Mutile YAVI      BRN   9:05.68
5 Peruth CHEMUTAI         UGA   9:11.08
6 Courtney FRERICHS      USA    9:11.27
7 Anna Emilie MØLLER    DEN   9:13.46
8 Hyvin KIYENG                 KEN   9:13.53

Salto de Altura
1 Mariya LASITSKENE        ANA  2.04               
2 Yaroslava MAHUCHIKH  UKR 2.04   
3 Vashti CUNNINGHAM     USA  2.00   
4 Yuliya LEVCHENKO         UKR 2.00               
5 Kamila LIĆWINKO           POL  1.98   
6 Karyna DEMIDIK              BLR  1.96               
7 Ana ŠIMIĆ                           CRO 1.93               
8 Tynita BUTTS                     USA  1.93                

BEKELE SE QUEDA A 2 SEGUNDOS DEL RÉCORD MUNDIAL DE MARATÓN

CARLOS ARRIBAS
El País.com

Solo Kenenisa Bekele, uno de los más grandes fondistas que el mundo ha conocido puede terminar un maratón en 2h 1m 41s y lamentarlo así: “Es una pena, no soy un hombre afortunado”. La marca no es la mejor de la historia, solo la segunda, tremendamente cerca (a 2 segundos) del récord mundial (2h 1m 39s) que fijó hace un año Eliud Kipchoge.
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Mientras en Doha los maratonianos trotan más que corren pegados por el sudor al suelo y con miedo de perecer, en el maratón de Berlín, tiempo otoñal, planicie, brisa seca y fresca, como siempre, vuelan libres y se acercan a la excelencia. Así, el gran veterano Bekele, uno de los mejores fondistas de la historia, que, a los 37 años y armado con unas zapatillas atómicas –las que con un muelle en la plantilla permiten ahorros de energía y aumentos de eficiencia de más de un 5%– corrió el mejor maratón de su vida. Corrió tan rápido (2h 1m 41) que se quedó a solo a dos segundos del récord mundial que hace un año, en el mismo recorrido, con unas zapatillas iguales, batió el keniano Kipchoge. Aquel día, el 16 de septiembre de 2018, el mundo del atletismo alucinó; este domingo, sin dejar de tener la boca abierta, no le queda sino darse por enterado definitivamente de que el maratón ha entrado en una nueva era en la que los límites se difuminan. Más de un minuto después de Bekele llegó Legese, quien, con 2h 2m 48s, se queda con la tercera mejor marca de la historia.
Con una carrera irregular que parecía haber incluso perdido en el kilómetro 31, cuando no pudo responder al cambio de ritmo de su compatriota Birhanu Legese, quien entonces parecía ser el elegido para romper la marca que se creía imposible de Kipchoge, Bekele se rehízo, recuperó terreno, sobrepasó a Legese y llegó al kilómetro 40 (parciales de 14m 20s y 14m 15s, del 30 al 35 y del 35 al 40) con un tiempo de 1h 55m 30s, 2s mejor que el de Kipchoge hace un año. Pero Kipchoge entonces aceleró y tardó 4s menos en recorrer los últimos 2.195 metros hasta la puerta de Brandenburgo. Así terminó el noveno maratón que comenzaba, el séptimo que terminaba, desde 2014, el año en el que dejó el tartán y saltó al asfalto.
 “Está muy bien esto de mejorar mi marca personal, pero creo que aún puedo con esto, con el récord. No voy a dejar de pelearlo. Este resultado me motiva para el futuro”, dijo Bekele. “Hace solo tres meses aún me estaba recuperando de una lesión y mi preparación no estaba al 100%. Sentí un poco de dolor al principio, por eso me quedé atrás, pero, pasados unos kilómetros, logré relajarme y pude tirar un poco más fuerte”.
Por dos segundos no se cumplió el designio que hace ya 10 años señalaba a Bekele como el atleta perfecto para batir el récord del mundo del maratón. Sus marcas en 5.000m (12m 37,35s, en 2004) y 10.000m (26m 17,53s, en 2005) aún se mantienen imbatidas, récords del mundo. Hasta ahora, el mejor tiempo en el maratón del considerado heredero y rival de Haile Gebrselassie, quien sí tocó el récord del mundo, había sido de 2h 3m 3s, lo que refleja las dificultades que sufrió para adaptarse al asfalto el atleta que en la primera década del siglo se había convertido en el terror de las pistas y los cross: tres oros olímpicos y 16 títulos mundiales. En la distancia reina del fondo, las aspiraciones de Bekele habían chocado primero con su forma de correr y después con la irrupción del fenómeno Kipchoge, el keniano imbatible en la distancia que no estaba, como era su costumbre, en Berlín, porque el 12 de octubre, en el Prater de Viena, se va prestar de nuevo al experimento de intentar, con tantas ayudas que hacen que no pueda ser homologable, romper la barrera de las dos horas de las que tan cerca se quedó en Monza cuando, en mayo de 2017, el día del estreno de las zapatillas atómicas, se quedó en 2h 25s.
Uno más de los perjuicios asociados a la celebración de los Mundiales en Doha es la necesidad de atrasar mes y medio las fechas habituales de su celebración. Este alargamiento de la temporada fastidia a muchos atletas, que llegan ya cansados y obliga al atletismo, que en agosto no encontraba apenas oponentes, a pelear por la atención del espectador no solo con otros deportes que celebran por estos días sus propios Mundiales –rugby, ciclismo, gimnasia, halterofilia, por ejemplo— y con el fútbol, que entra de pleno en la Champions, sino hasta con su propio deporte. Cada día que pasa, Doha le da una bofetada en la cara al atletismo.

ORLANDO ORTEGA: "LO QUE MÁS MEJORÉ FUE LA CABEZA"


JUANMA BELLÓN
AS.com

Orlando Ortega se presenta en Doha como firme candidato a medalla. Ganó este verano 12 carreras de 14, todo después del gran giro de vida. Los Europeos de Glasgow, en los que fue cuarto y mostró un estado bajo de moral. “Aquello ya no existe”, explica Ortega, que después de aquello hizo las maletas desde Valencia y puso rumbo a Chipre, donde comenzó a entrenarse con el griego Antonis Giannoulakis: “Ha sido una oportunidad en mi vida estar allí, estoy en un grupo de trabajo que me exige mucho como atleta y es lo que necesitaba en los entrenamientos y a la hora de competir. Tener esa exigencia”.
Ortega ha aprendido hasta algunas palabras de griego para comunicarse con su nuevo técnico, que no habla demasiado inglés. “Hacemos ejercicios técnicos que no había hecho antes, pero lo que más me mejoró fue la cabeza, estoy tranquilo y con mucha confianza. Tengo energía y muchas ganas”, sigue Orlando, que pelea en las series con el chipriota Milan Trajkovic, el campeón europeo bajo techo: “Me gusta la vida en Chipre, es tranquila, la gente te saluda, te dice: ‘¡Buenos días!’ ¡Buenas noches!’ Está muy bien. Además, me aplico con el griego, debería haberme puesto antes con los idiomas porque es algo que se me da bien y me encanta”.
Y esa calma chipriota, sin renunciar en ocasiones en ir a Valencia donde tiene hasta una casa, le ha llevado a sacar una de sus mejores versiones (“la mejor fue la de plata olímpica”) en este 2019 que ha batido al menos alguna vez a sus futuribles rivales: Shubenkov, McLeod, Roberts, Holloway… “No sé de mis rivales, ni me preocupan. Lo que sé es que darán todo en la final”.
La prestigiosa revista Track and Field News hace todos los años unas valoraciones sobre futuro y a él le dan candidato al oro, pero Orlando no hace caso: “No creo mucho en los resultados, en los rankings. En una competición de 110 vallas puede pasar cualquier cosa. Cualquier choque con la valla. O un mínimo error te deja fuera de combate”. Él es uno de los atletas más finos y seguros del mundo, pero especifica: “Una cosa son las reuniones y otros los campeonatos”.
Ortega corrió este año en 13.05 su carrera más rápida, tercero del ranking mundial, un registro que bien podría suponer el oro y a una centésima de su récord de España, aunque no de su mejor marca personal (12.94), que le sitúa en el club de esos vallistas que rompieron la frontera del 13.00.
Hoy, Orlando, de 28 años, está situado en la quinta serie clasificatoria, a las 19:37, con la mejor marca y comparte carrera con el francés Belocian y el jamaicano Levy. Dos huesos, pero pasan cuatro directos a semifinales y cuatro tiempos. El miércoles será el día clave: semifinal y final. Pero cuidado... Vallas son vallas.

RESULTADOS 3ª JORNADA MUNDIALES DE DOHA


HOMBRES
Triple Salto
1 Christian TAYLOR            USA    17.92  
2 Will CLAYE                        USA    17.74  
3 Hugues Fabrice ZANGO  BUR   17.66  
4 Pedro Pablo PICHARDO POR    17.62  
5 Cristian NÁPOLES           CUB    17.38 
6 Donald SCOTT                  USA    17.17  
7 Alexis COPELLO              AZE    17.10
8 Jordan DÍAZ FORTUN   CUB    17.06

4 x 400 metros mixto
1 USA  3:09.34 WR
2 JAM 3:11.78
3 BRN 3:11.82
4 GBR  3:12.27
5 POL 3:12.33
6 BEL 3:14.22
7 IND 3:15.77
8 BRA 3:16.22

MUJERES
100 metros +0.1
1 Shelly-Ann FRASER-PRYCE     JAM   10.71
2 Dina ASHER-SMITH                  GBR   10.83
3 Marie-Josée TA LOU                  CIV     10.90 
4 Elaine THOMPSON                     JAM   10.93 
5 Murielle AHOURÉ                      CIV     11.02
6 Jonielle SMITH                            JAM   11.06  
7 Teahna DANIELS                         USA    11.19

Pértiga
1 Anzhelika SIDOROVA     ANA    4.95   
2 Sandi MORRIS                 USA    4.90   
3 Katerina STEFANIDI      GRE   4.85   
4 Holly BRADSHAW          GBR   4.80               
5 Alysha NEWMAN            CAN   4.80               
6 Angelica BENGTSSON    SWE   4.80   
7 Katie NAGEOTTE             USA    4.70               
7 Robeilys PEINADO          VEN    4.70
7 Jennifer SUHR                 USA    4.70               
7 Iryna ZHUK                      BLR    4.70

TAYLOR Y CLAYE, DOBLETE USA EN TRIPLE SALTO

TOMÁS CAMPOS
Marca.com

El triple, la prueba de la precisión y la potencia, entregó la misma versión mundialista que hace dos años en Londres. Ganó Christian Taylor y segundo fue Will Claye. El burundés Zango, de una planta imponente y que entrena con Teddy Thamgo, sustituyó a Nelson Evora en el último cajón.Taylor metió suspense a la prueba. Falló en las dos primeras tentativas, pero en el salto que le tenía que meter en la prolongación aterrizó en 17,42, sobrado, lo que le situaba momentáneamente tercero, tras Claye (17,72 en esos momentos) y Zango (17,46). Luego mejorarían a 17,74 y 17,66, respectivamente.
El triple salto es una de las disciplinas que más ebullición ha experimentado en los últimos años. Aunque el récord de Jonathan Edwards (18,29) ha cumplido ya 24 años, la sucesión de pretendientes es continua. De ahí el valor de la dictadura que ha implantado Taylor, doble campeón olímpico y ganador de cuatro de los últimos cinco Mundiales, salvo en Moscú 2013 cuando se tomó un año 'sabático' al acabar los Juegos y se marchó a vivir a Inglaterra.Al cuarto saltó voló hasta 17,86, donde sólo podía llegar Claye, que este año ha saltado 18,14, la tercera mejor marca mundial de todos los tiempos; al quinto se fue aún más lejos a esos 17,92 que le dieron el oro. Para rematar un gran concurso, Zango expulsaba en el último salto a Pichardo del podio batiendo el récord de Äfrica.

ALLYSON FELIX: 17 MEDALLAS EN LOS MUNDIALES CON EL ORO DEL RELEVO MIXTO


TOMÁS CAMPOS
Marca.com

Estados Unidos se impuso en la prueba de 4x400 relevo mixto, una de las novedades y sorpresa agradable de este Campeonato del Mundo de Doha. Con una marca de 3:09.34, el combinado americano estableció un nuevo récord del mundo de la modalidad, gracias al buen hacer de su equipo.
El orden de relevo establecido en el Team USA fue Wilbert London, Allyson Felix, Cortney Okolo y Michael Cherry. En segunda posición quedó Jamaica (3:11.78) y el podio lo completó Baréin (3:11.82).
Sólo Polonia, que fue quinta, rompió la cadencia de hacer correr primero a un hombre, luego a dos chicas, para acabar con un corredor masculino. Ellos arrancaron directamente con dos hombres y así se situaron líderes tras completar dos postas, pero no necesariamente tenía que ser la mejor estrategia. Sin más, Estados Unidos, comandado por la incombustible Allyson Felix salió victorioso.
Felix acumula ya 17 medallas en Mundiales, siendo 12 de oro, 3 de plata y dos de bronce. Recordemos que la carismática atleta regresó a la competición el 26 de julio, ocho meses después de ser madre, en los Trials de su país. De hecho, llegó a revelar que ocultó su embarazo para que la firma Nike no la penalizase con un contrato a la baja por el hecho de estar encinta.

NOAH LYLES SE DIVIERTE CON SU PELO PLATEADO

JUANMA BELLÓN
AS.com

Noah Lyles se lo pasó en grande en su primera aparición en unos Mundiales de atletismo. El velocista de moda, de 22 añós, apareció en escena con el pelo teñido de color plata y se dio un paseo de 20.26 segundos para dominar la úlitma serie de 200 metros. “Sólo traté de conservar para estar al máximo posible en las semifinales y la final. Mi primera carrera en unos Mundiales fue como las pruebas internacionales que hice: “Easy going and flow (ir rápido y con ritmo)”. También dio la explicación de su color de pelo, y es que como al español a Adrián Ben, alucina con Bola de Dragón: “El color gris es mi superinstinto”.
Lyles no tendrá el esperado duelo con Coleman, el controvertido campeón de los 100 metros, que finalmente decidió borrarse de los 200 metros, pese a que estaba incluido en la tercera serie.
La gran rivalidad de Lyles será contra el turco Ramil Guliyev, actual defensor del título y que parece ir cada vez a más en la temporada. También está el canadiense De Grasse, bronce en los 100 y que en 200 tiende ir a mejor.
Aunque la gran expectativa con Lyles es la marca que hará en una hipotética final. Su mejor tiempo es 19.50, pero no se siente intimidado por los 19.19 de Bolt. Eso sí, no le gustan las comparaciones con el Relámpago jamaicano. “Quiero crear mi propio legado”, dice Lyles que hoy se enfrenta a las semifinales. El asunto se calienta.

FRASER-PRYCE ES EL COHETE DE 100

JUANMA BELLÓN
AS.com

Shelly-Ann Fraser-Pryce paseó junto a su hijo Zion por el anillo del estadio Khalifa. Justo antes acababa de provocar una descarga eléctrica. ‘Pocket Rocket’ (cohete de bolsillo) se lanzó al héctometro del estadio Khalifa se lanzó al hectómetro de Doha como un propulsor a la velocidad de la luz para hacer 10.71 y se colgó un oro que aumenta la leyenda de la también llamada Pequeña Bolt. La jamaicana, de 32 años, tiene seis medallas olímpicas, , diez en Mundiales… Una velocista de dimensiones históricas, que mide 1,52.
Fraser-Pryce se enfrentaba a una legión de velocistas fortísimas como su compañera de entrenamientos Elaine Thompson, la británica Asher-Smith y la marfileña Ta Lou. Pero ella, que ya fue oro olímpico en Pekín 2008 es la veterana, la que sabe manejar la presión que abruma a algunas atletas. Ella, con pelo multicolor y una enorme sonrisa, aplaca los miedos. Salió en 134 milésimas, buena reacción y su progresión a la cabeza se mantuvo hasta los cuadros de meta. Llegaba algo tensa, pero con el oro de sobra para batir a Asher Smith (10.83, récord británico) y Ta Lou (10.90).
Fraser-Pryce, que en 2010 tuvo una sanción de seis meses por un analgésico, llevá casi 11 años gestando una historia de película, y es un gran personaje en Jamaica, donde tiene la Fundación Pocket Rocket para niños con autismo. Ella, de profunda moral cristiana, cosechó sus medallas olímpicas entre Pekín 2008 (una), Londres 2012 (tres) y Río 2016 (bronce), tres de ellas de oro, y en 2017 decidió parar para ser madre. Tenía 30 años y se podrían sembrar dudas sobre si regresaría. Resueltas quedan.

GARCÍA BRAGADO, EL ATLETA QUE PUDO MÁS QUE EL CALOR DE DOHA


CARLOS ARRIBAS
El País.com

A quienes dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo les responde Xabier Leibar que más sabe Chuso por Bragado que por diablo; y Chuso, más viejo que diablo, sonríe cuando escucha la sentencia de su fisiólogo de cabecera durante 25 años, al que agradece sus palabras. Y, para que se vea cómo es, cuenta cómo hizo la madrugada del domingo en el paseo marítimo de Doha para terminar octavo en la prueba de 50 kilómetros marcha del Mundial a los casi 50 años, después de prepararla bebiendo glicerina y bañándose en agua a 40 grados.
En las más de cuatro horas de los 50 kilómetros más largos de su vida atlética, 31 grados, 73% de humedad, tuvo tiempo para disfrutar del pensamiento de que metía un “piececillo” en Tokio 2020 y hasta de recordar su amistad con un alemán de Friburgo, la ciudad a la que emigraron sus primos.
Así lo cuenta Bragado, que más que un atleta con una larga historia es ya un personaje único: “Yo sabía que iba a haber un giro de viento en la madrugada y que haría menos calor, pero hubo más humedad de la esperada y tuve unas sensaciones y un pulso más alto que el que había previsto [cuando hay más humedad, se suda más, y el cuerpo pierde líquido, y el plasma es líquido, claro: hay menos volumen de sangre, con lo que el corazón al bombear menos con cada latido necesita acelerarse para que lleguen a los músculos los suficientes glóbulos rojos con el oxígeno necesario para que se contraigan]. Sin embargo, los atletas percibieron que hacía menos calor del que imaginaban y se animaron demasiado, y muchos iban más pendientes del ritmo que querían mantener que de las condiciones de carrera, y así les fue. A partir del kilómetro 20, como ya había calculado, a eso de la una de la madrugada, aceleré para ir a coger puestos. Cogí una buena rueda con el alemán Dohmann, un muchacho de Friburgo del que me había hecho amigo porque en Friburgo viven mis primos de Alemania, y trabajamos juntos un buen rato y cogimos unos cuantos puestos. Luego él se animó y se lanzó a buscar un puesto mejor, pero mis pulsaciones eran muy altas y pensé que era arriesgado seguir con él, así que bajé el ritmo para mantenerme lo que quedaba. Luego, tuve la fortuna de que me cogió el que iba primero, Suzuki, que me estaba doblando, lo que me permitió volver a coger ritmo, y hasta, cuando él bajó un poco, me dio impulso para desdoblarme y, con un ritmo bastante animado, llegar octavo. Después de terminar la competición a altas horas de la madrugada, la fatiga del estómago, después de beber tanto líquido y el calor, hizo que tuviera vómitos, no conseguía retener el líquido para recuperarme y tuvieron que ponerme lo habitual, un Primperán, para poder asentar el líquido en el estómago”.
Una hora después, las cinco de la mañana en Doha, y el sol ya apuntando por encima del golfo Pérsico, a unos 100 metros del agua, el diablo Bragado salió de la carpa médica, sonriente y feliz.
Sencillos hace Bragado, tal como los cuenta, los 50 kilómetros más duros de su vida. Más duros que cualquiera otra de las 12 finales mundiales y siete olímpicas que ha disputado. Más duros casi que sus entrenamientos míticos, cuando sufría en la Casa de Campo de Madrid de madrugada viendo a las prostitutas llenando las cunetas, como cuando un día al mediodía se atrevió a meterse sin agua en el Delta del Ebro y acabó bebiendo agua de las charcas porque pensaba que no llegaba al pueblo. “Y eso que solo eran 15 o 20 kilómetros”, recuerda el marchador de Canillejas, Madrid, el más viejo participante en la historia de los mundiales de atletismo (49 años, 11 meses y 11 días) y el que más mundiales y Juegos (siete) ha disputado. Y hasta fue campeón del mundo hace 26 años.
En Doha fueron 50 kilómetros que le lanzarán, si consigue la mínima olímpica (3h 50m) en febrero, en los Campeonatos de España de Torrevieja, a los Juegos de Tokio, que es su objetivo verdadero. “Este octavo puesto significa la posibilidad de acabar donde me he propuesto poner punto final a mi carrera”, dice. “Doha era la oportunidad de llegar a Tokio y así me lo he tomado. Más que preocuparme por el calor, me he preocupado por Tokio. Lo tengo ya muy claro que allí quiero bajarme. Y esa ha sido la principal motivación para terminar octavo aquí”. Y allí en Tokio, en sus octavos Juegos, todo el mundo doblará el espinazo a su paso, y le hará reverencias al diablo.

EL DISPARATADO MUNDIAL DE DOHA


JAVIER SÁNCHEZ
El Mundo.es

Esto quizá les suene: en una esquina de un Estadio Khalifa casi vacío, un centenar de aficionados de Etiopía ondean las banderas del país y, un poco más abajo, una veintena de compatriotas les contestan con los colores de su región, Oromía, donde llevan años reclamando más dinero, más autonomía y hasta la independencia. «¡Qué pereza!», pensarán, «otra tensión territorial». Pero no, no se trata de eso. Menos mal.
En las tres primeras jornadas, los seguidores etíopes, con su enfrentamiento de himnos, cánticos y hasta de bailes, han salvando el Mundial de Doha del silencio más absoluto, aunque la vergüenza no se puede esconder: aquí el atletismo no le interesa a nadie. El campeonato se organiza en este rincón del desierto de Arabia por la corrupción dentro de la Federación Internacional (IAAF) y la ambición del riquísimo Gobierno de Qatar por comprar todos los cuadros comprables, todos los rascacielos comprables, todos los deportes comprables. Pero ya está. Quien gane o quien pierda es intrascendente.
-«¿Venís de Etiopía o vivís aquí?», y, entre el grupo, un aficionado mira y responde con una mueca de incomprensión.

-«Etiopía, Etiopía», contesta, y la interacción no da para más.
Sobre los cañones de aire acondicionado que mantienen el estadio a unos 22 o 23 grados, una docena de guardias de seguridad rodean a los aficionados etíopes y un voluntario asegura que éstos forman parte del ejército de trabajadores de la construcción que están levantando edificios en Doha día y noche, día y noche, día y noche. «Han llegado en autobuses, han sido invitados a venir al Mundial», asegura.
Y así debe ser porque, más allá de los registros situados en carpas exteriores con refrigeración al máximo, los controles de entrada son realmente mínimos -unos señores en sillas de plástico- y sin tickets se puede pasar perfectamente. De hecho, aunque cuestan 30 euros -en internet, pues en el estadio no se ven taquillas abiertas-, sólo se han vendido 50.000 entre todas las sesiones del campeonato. Hablamos de un estadio con capacidad para 45.000 espectadores, así que la cuenta es fácil: a las 10 sesiones programadas podrían ir 450.000 personas más o menos, de modo que esos 50.000 billetes vendidos son poco más del 10%. El sábado, en la final de los 100 metros, el gran momento mediático del campeonato que llevó a contratar un carísimo videomapping para la presentación de los atletas, sólo había unas 8.000 o 9.000 personas y éstas, además, al ser el domingo laborable, huyeron mientras Christian Coleman celebraba su victoria.
En todo momento, unas grandes lonas cubren el segundo y tercer anfiteatro del recinto y, en el primero, los huecos se trampean con los animosos etíopes, los miembros de las distintas delegaciones (entrenadores, médicos, atletas que ya han competido...) y, como mucho, unos pocos trabajadores europeos que residen en Qatar: profesores de colegios privados como el SEK, personal del riquísimo Hospital Aspetar o pilotos de Qatar Airways. «¿Te apetece un café?», suelen preguntar los empleados, desocupados, de los puestos del interior del estadio, que también ofrecen bocadillos a 10 euros.

PETICIÓN DE APLAUSOS
«La sensación es un poco rara, hay muy poco ambiente», comentaba Eusebio Cáceres tras una final de longitud a la que nadie atendía. Para que alguien aplauda en los concursos en el estadio, las pantallas deben reclamarlo -«Clap»-. Si no, silencio. El escenario es triste, aunque peores son las carreras extremas de madrugada en el paseo marítimo, el Corniche, donde nunca hay ni un alma.
Al fin y al cabo, el país no da para más. Como demostró el calor y la humedad que golpeó el viernes al maratón femenino, el desierto no es lugar para vivir por mucho que las exportaciones de petróleo y gas hayan conseguido todo el dinero del mundo. Aquí residen unos 313.000 qataríes con privilegios -empleo en las empresas del Gobierno, excelentes sueldos y cero impuestos-, unos pocos europeos y los dos millones de obreros, en su mayoría indios, nepalíes o bangladesíes, entre grúas.
La ciudad, en una expansión exagerada, es una concatenación de grandes autopistas sin aceras, descampados de arena en obras y urbanizaciones con casitas y coches. Muchos, muchos coches. Andar es imposible por el calor y la ausencia de aceras, así que todos los locales van en coche. En los días laborables, cuando aparecen los minibuses que llevan a los trabajadores de sus austeros pisos de las afueras a las obras del centro, los atascos son insufribles y no hay manera de evitarlos. Bajo la arena están construyendo un metro y ya se encuentran enormes paradas al lado del Estadio Khalifa, pero todavía no funcionan las líneas. Lo harán en el gran momento de Qatar: el Mundial de fútbol, para el que quedan tres años (será en 2022). 
-«¿Quién te gusta más, Diego Costa o Morata?», pregunta uno de los responsables del hotel Holiday Villa, uno de los oficiales, con su túnica blanca -el thawb- y su pañuelo en la cabeza -el ghutra-.
- ...
- «Yo creo que tiene que jugar Alcácer, ese chico tiene gol».
El fútbol sí interesa y 2022 es el año que el país se ha propuesto para asombrar al mundo. Todo debe estar terminado para entonces e incluso, según dicen, la ley islámica, la sharía, se relajará. Habrá vista gorda -las relaciones homosexuales o extramatrimoniales están gravemente penadas-, habrá alcohol -ahora mismo sólo se encuentra en los hoteles de cinco estrellas a 12 euros la Heineken- y, posiblemente, cierto aperturismo. Las normas actuales, que recomiendan a las turistas no ir solas, no enseñar hombros y rodillas y no hablar con desconocidos, quedarán en paréntesis durante unas semanas. Los aficionados rusos o ingleses podrán desfasar y, además, tampoco les saldrá muy caro.
Es casi imposible comer por menos de 25 o 30 euros, pero el resto de gastos son asequibles: hay vuelo directo a casi todo el mundo, una noche en un hotel de cinco estrellas sale a unos 70 euros y, en taxi, un trayecto de 10 kilómetros hasta el estadio no pasa de los cuatro. Con un calor más aguantable -será entre noviembre y diciembre-, el Mundial de fútbol podría salvarse del bochorno del que el Mundial de atletismo ya no se puede apartar. Como casi todo, el deporte, con su emoción y su magnitud, también se puede comprar.

COLEMAN, GATLIN, DE GRASSE: LOS DETALLES TÉCNICOS DE LA FINAL DE 100 METROS, POR BRUNO HORTELANO


BRUNO HORTELANO
@BrunoHortelano

Se ha declarado al hombre más rápido del mundo en la era post-Bolt.
El sábado, Christian Coleman ganó la final de los 100 metros en el Mundial de Doha, con facilidad y a lo grande. Su marca: 9.76. Por detrás, Gatlin y De Grasse ni se acercaron, aunque también volaron (9.89 y 9.90, respectivamente).
Disfruté de esta carrera como un niño, porque como velocista -y fanático de la velocidad- soy consciente de lo excepcionalmente que se corrió. También, porque cada uno de los ocho finalistas aportó unos detalles distintos a la carrera, y podemos apreciar las sutiles diferencias para aprender algo. Me centraré en los tres medallistas.
Para bien o para mal, Bolt nos acostumbró a ver carreras de otro planeta cada vez que tocaba una pista. Sin embargo, Coleman fue el octavo velocista de la historia en bajar de 9.80. Está el sexto de todos los tiempos, por delante de ídolos míos como Maurice Greene, Donovan Bailey y Ato Boldon, pero lo que más me sorprendió fue cómo logró esa marca.
La estrategia de Coleman fue de hacer una salida relámpago, acelerar como nadie y aguantar. En apenas 20 metros Coleman ya destrozaba a los mejores velocistas del mundo con una salida explosiva. No, explosiva no... lo siguiente. Coleman es actualmente el plusmarquista mundial de 60 metros y dispone de una tremendísima salida, una que jamás se había visto (ni cuando corría Greene). En la calle contigua, Gatlin salió como un cohete, pero ni nos dimos cuenta. Coleman llegó a su velocidad punta antes que nadie (a los 40 o 50 metros) y luego intentó mantenerla. No corre especialmente "bonito", una cualidad que refleja su velocidad punta inferior a otros. Por eso, aunque fue el vencedor, no fue el que mayor velocidad obtuvo. Ahora lo explico.
Me encantó la carrera de De Grasse, aunque no ganara. Su salida no fue la de Coleman, pero extendió su aceleración unos 10 metros más (hasta los 50 o 60 metros) y alcanzó lo que a mí me pareció la mayor velocidad punta de los ocho corredores. No da tiempo a mucho en unos 100 metros, sin embargo a De Grasse le dio tiempo de adelantar a Blake y a Simbine. Incluso iba cogiendo a Gatlin y acortando la distancia con Coleman en los últimos 30 metros.
El 100 depende de varios elementos: optimizar la explosividad, la aceleración, la velocidad punta y la técnica de carrera, para reducir la desaceleración inevitable en los últimos metros. Coleman apuesta por su explosividad. Gatlin tiene buena aceleración, coge más tarde su velocidad punta y una vez alcanzada, la aguanta mejor que Coleman. De Grasse tiene menos explosividad que Gatlin, pero mayor aceleración y velocidad punta. Sin duda es el que mejor técnica tiene de los tres medallistas y por eso vemos como De Grasse suele "cazar" a sus rivales.
En resumen, vimos tres formas distintas de correr el 100 y esta vez ganó la explosividad sobrehumana. Intuyo que Coleman se ha dado de baja del 200 metros porque sabe que no podrá disfrutar de la misma ventaja que ha tenido en los 100, sobre aquellos atletas que tienen mayor velocidad punta, como Lyles, Guliyev y De Grasse.

sábado, 28 de septiembre de 2019

COLEMAN: "VEÍA A GATLIN POR LA TELE CUANDO TENÍA 8 AÑOS"


JUANMA BELLÓN
AS.com

-¿Cómo se siente?
-He sido bendecido con un talento increíble y esta noche pude demostrarlo. Poder venir y competir aquí y correr en esta carrera es un sueño. He estado trabajando increíblemente duro y esto hace que todo valga la pena.

-Menuda arrancada tuvo, esta vez si aguantó la recta.
-Por lo general, tengo un buen comienzo, pero no lo sigo con la ejecución, por lo que he estado trabajando en mi fase de desarrollo y siendo paciente. Esta noche todo valió la pena.

-Venía de un período movido, por su caso con la USADA.
-Al final, todas mis preocupaciones se evaporaron. Fue un sentimiento loco. Agregar mi nombre a la lista de los legendarios que vinieron antes que yo es un honor y una bendición. Es un gran sentimiento, demasiado bueno para ser verdad. Hacerlo aquí y salir con oro es increíble.

-Le quitó el título a Gatlin, que fue plata.
Justin Gatlin es un gran tipo y un gran competidor. Él siempre ha estado allí. Recuerdo haberlo visto en el 2004 cuando tenía ocho años y pensar que todos estos años después podría venir y ganar oro también es una gran sensación.

-¿Cómo vivió todo?
-La última vez fue una sorpresa cuando gané plata, pero esta vez había mucha presión, pero logré salir con oro.

COLEMAN VUELA DESDE LA SOMBRA


JUANMA BELLÓN
AS.com

El estadio Khalifa se convirtió en una especie de sala de música electrónica, con espectáculo de luces incluido, para que la megafonía lanzará una pregunta: “¿Quién será el hombre más rápido del mundo?". Era la final de 100 y la respuesta es Christian Coleman, cuyo nombre se proyectó en el tartán en letras gigantes cuando se anunció la calle cuatro. Era la antesala de su redención, el adiós a esos asuntos turbios de controles fallidos. El bólido de Atlanta era de oro. Un velocista ‘pura sangre’ compacto, bajito (1,75, como Mo Greene) y musculoso, de 23 años. Una bala de cañón controlada que tardó 9.76 en recorrer un hectómetro. Un heredero ‘maldito’ de Bolt.
En lo netamente atlético, ver desplazarse a Coleman es brutal. Salida tremenda (128 milésimas) y una arrancada por la que es el plusmarquista mundial de 60. Su cuenta pendiente era llegar vivo, con energías hasta los 100 metros, y en Doha lo logró. El cañonazo aguantó la recta del Khalifa.
Coleman gritó de rabia para convertirse en el sexto mejor esprinter de todos los tiempos tras Bolt (9.58), Gay (9.69), Blake (9.69), Powell (9.72) y… Gatlin (9.74), que cazó la plata con 9.89 y 37 años (bronce fue De Grasse con 9.90). Es la novena medalla en los Mundiales de Gatlin, un villano de libro, que ganó la primera en 2005. Tres oros y seis platas manchadas por dos positivos. Un historial deportivo poco verosímil, encenagado de por vida.
Trata de limpiar su imagen Coleman, que en esta final encontró una manera de salir del purgatorio. Había sido el mejor de 2019, hasta que la Agencia Americana (USADA) anunció que había fallado a tres controles en un año y todo se ensució a su alrededor. Aparecían abogados, su imagen de futuro de la velocidad se veía manchada y era puesto en cuarentena en las competiciones. A los pocos días, la USADA le absolvió por errores de forma. Coleman decía: “Yo no tomo nunca drogas, ni siquiera suplementos”. Tras el oro volvió a reivindicarse: “He sido dotado con un enorme talento y por fin olvidé todas mis preocupaciones. Es increíble unirme a una lista con gente como Greene, Bolt, Gatlin..”.
Coleman ya había sido plata mundial en Londres 2017, por delante de Usain Bolt, siendo el único que había ganado dos veces al Relámpago en un Mundial. Con su estilo nervioso, el estadounidense muestra siempre un rictus tirando a serio, aunque en distancias cortas a veces sonría. Ahora su gesto se ha endurecido más todavía tras el affaire. Siempre con estilo callejero, con ropa ancha y zapatillas de calle gigantes. Más introvertido y tímido que el Relámpago, invocar a Bolt sería una buena solución para escapar del lado oscuro.
A partir de hoy está inscrito en las series de 200. Si aparece tendría enfrente a Noah Lyles, otro estadounidense prodigioso, mucho más amigable que Coleman. “Es realmente buena para el deporte esta rivalidad”, dice Lyles. Puede que Coleman no piense lo mismo. Un bala de cañón, de gesto serio... pero de oro.


RESULTADOS MUNDIALES DOHA 2019
100 metros +0.6
1 Christian COLEMAN       USA    9.76   
2 Justin GATLIN                  USA   9.89   
3 Andre DE GRASSE          CAN   9.90
4 Akani SIMBINE                RSA   9.93
5 Yohan BLAKE                   JAM   9.97
6 Zharnel HUGHES             GBR  10.03
7 Filippo TORTU                  ITA    10.07
8 Aaron BROWN                  CAN  10.08 
 
Longitud
1 Tajay GAYLE                                 JAM  8.69   
2 Jeff HENDERSON                       USA   8.39   
3 Juan Miguel ECHEVARRÍA       CUB   8.34   
4 Luvo MANYONGA                        RSA   8.28   
5 Ruswahl SAMAAI                         RSA   8.23   
6 Jianan WANG                                CHN  8.20   
7 Eusebio CÁCERES                        ESP   8.01   
8 Yuki HASHIOKA                           JPN   7.97    
MUJERES
10.000 metros
1 Sifan HASSAN                   NED   30:17.62
2 Letesenbet GIDEY           ETH    30:21.23
3 Agnes Jebet TIROP         KEN   30:25.20
4 Rosemary WANJIRU      KEN   30:35.75
5 Hellen OBIRI                    KEN   30:35.82
6 Senbere TEFERI              ETH   30:44.23
7 Susan KRUMINS             NED   31:05.40
8 Marielle HALL                 USA    31:05.71

Maratón
1 Ruth CHEPNGETICH     KEN   2:32:43
2 Rose CHELIMO               BRN   2:33:46
3 Helalia JOHANNES         NAM  2:34:15
4 Edna KIPLAGAT              KEN   2:35:36
5 Volha MAZURONAK       BLR    2:36:21
6 Roberta GRONER            USA    2:38:44
7 Mizuki TANIMOTO         JPN    2:39:09
8 Ji Hyang KIM                   PRK    2:41:24
Martillo
1 DeAnna PRICE                 USA    77.54             
2 Joanna FIODOROW       POL    76.35 
3 Zheng WANG                   CHN   74.76             
4 Zalina PETRIVSKAYA     MDA  74.33             
5 Iryna KLYMETS               UKR   73.56 
6 Alexandra TAVERNIER  FRA    73.33             
7 Hanna SKYDAN               AZE    72.83             
8 Na LUO                              CHN   72.04