JESÚS MÍNGUEZ
AS.com
Tokio
2020 se celebrará un año más tarde. El coronavirus tampoco ha respetado la gran
cita que convoca cada cuatro años al deporte mundial y que debía comenzar el 24
de julio. Así se lo comunicó hoy el primer ministro, Shinzo Abe, al Comité
Olímpico Internacional (COI), que aceptó la propuesta, según confirmaron
después en un comunicado conjunto. "Los Juegos deben reprogramarse para
una fecha posterior a 2020 pero no más tarde del verano de 2021 para
salvaguardar la salud de los atletas", expusieron sin ofrecer una fecha
concreta. Pero Tokio piensa en el verano del año próximo.
El
mandatario nipón mantuvo una conversación telefónica con Thomas Bach,
presidente del COI, y en ella le planteó el escenario de 2021 como el
preferido. Los líderes concluyeron que Tokio puede ser "un faro de
esperanza para el mundo durante estos tiempos difíciles" y acordaron que
se mantenga el nombre de 'Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020' y que la
llama permanezca en Japón.
"Japón,
como país anfitrión, bajo las actuales circunstancias, ha propuesto que (el
COI) estudie si se puede aplazar en cerca de un año para que los atletas puedan
tener la mejor condición y Bach me respondió que está de acuerdo en un cien por
ciento", contó luego Abe a la prensa. "Así que hemos llegado al
acuerdo de realizar los Juegos en Tokio no más allá del verano de 2021",
cerró.
Ahora
Tokio, que ha invertido unos 35.000 millones de euros en total para levantar
los Juegos, de los que 12.000 se destinan a presupuesto operativo, debe hacer
frente a muchos obstáculos. Pero ante la perspectiva de una cita incompleta, ha
preferido optar por el margen de un año. El problema más grave es qué hacer con
la Villa Olímpica. Los 5.600 apartamentos construidos en la bahía están
vendidos, y sus nuevos propietarios debían entrar a partir de septiembre.
También hay sedes temporales que deben mantenerse, millones de noches de hotel
por recolocar y ampliar los contratos de todos los trabajadores.
Por
su parte, el COI tendrá que negociar con las federaciones internacionales. Los
Mundiales de Atletismo de Eugene (EE UU) están programados del 6 al 15 de
agosto, pero World Athletics ya mostró sus disposición a moverlos. Los de
Natación son en Fukuoka (Japón), del 16 de julio al 1 de agosto. También debe
definir los preolímpicos (hay un 43% de deportistas por clasificar) y pactar
con televisiones y aseguradoras los nuevos términos.
El
pasado domingo, el Ejecutivo del organismo olímpico reconoció por primera vez
la posibilidad de un aplazamiento y se dio un plazo de cuatro semanas, hasta
finales de abril, para abrir conversaciones con el gobierno de Japón, la
ciudad, patrocinadores, televisiones, federaciones internacionales y
deportistas para determinar si era mejor el otoño de 2020, 2021 o 2022. Pero el
país anfitrión no ha querido esperar más.
Durante
el lunes, la presión internacional solicitando un retraso de un año creció.
Australia, Canadá, Polonia, Irán, Suiza o Portugal anunciaron que no enviarían
a sus deportistas si los Juegos se desplazaban al otoño del 2020, pues no se
garantizaba la protección de la salud ante la extensión de la pandemia del
COVID-19. Estaba en marcha un boicot sanitario.
Estados
Unidos, a través de la presidenta de sus comités Olímpico y Paralímpico,
Sussane Lyons, también solicitó retrasar la cita. La amenaza de no contar con
la gran potencia olímpica (121 metales en Río 2016) era latente. "Está más
claro que nunca que el camino hacia el aplazamiento es el más prometedor",
expuso Lyons tras realizar una encuesta entre 1.780 deportistas. Tokio 2020
será en 2021.
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