BEGOÑA FLEITAS Y TOMÁS CAMPOS
Marca.com
En
las gradas de un escenario emblemático, el nuevo estadio de Vallehermoso, Raúl
Chapado (Ávila, 1970) atiende a MARCA para repasar la actualidad atlética, los
recientes Europeos 'indoor' y el futuro con Doha y Tokio en el horizonte.
¿Cómo
valora el papel del atletismo español en lo que llevamos de temporada?
El
atletismo español se ha fortalecido a su nivel, que es el europeo. Somos muy
consistentes en todas las especialidades, tanto pista como cross, ruta,
trail... Es la base si queremos aspirar a ese otro salto, que es muy
complicado, de Mundiales y Juegos Olímpicos. Si no tenemos buenos cimientos es
difícil optar a ese salto. Otra conclusión es que la nueva generación de
atletas deslumbran en la pista y fuera de ella, atraen a muchos aficionados:
Bruno Hortelano, Husillos, María Vicente, Ana Peleteiro... con nuevos
chispazos, como Mariano García, Jesús Gómez., siempre capitaneados por Orlando
Ortega.
España
ha obtenido un notable resultado en los Europeos 'indoor', con medallas,
actuaciones individuales sobresalientes y un conjunto esperanzador. Pero ahora
llegan el Mundial de Doha y los Juegos de Tokio. ¿Cuál es el verdadero nivel
que debe dar España en estas competiciones?
El
atletismo español va a ser muy potente. Incluso a nivel mundial estaremos entre
los mejores equipos europeos. Ahora arranca un ciclo de Mundial de cross,
Mundial al aire libre, Mundial indoor, Juegos... pero el atletismo no va de
medallas, va de opciones. En Londres hicimos un gran Mundial, aunque no hubo
medallas. La clave estará en la preparación, pero somos realistas. Nuestras
posibilidades en Doha son poquitas: la marcha, el triple, las vallas y el 4x400
si llegan todos bien. A nuestro favor está la gran competitividad del equipo.
En
Glasgow, ha habido medallas con Ana Peleteiro, Orlando Ortega, Álvaro de
Arriba, Jesús Gómez... ¿Son un ejemplo de un atletismo descentralizado?
Es
algo lógico, el atletismo es universal. No es una descentralización, hay
también gente en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. La diferencia es que
hace 30 años no podías brillar si no estabas en el CAR. Son dos modelos
compatibles. Los CAR son modelos del gobierno y esas condiciones nosotros
tenemos que aprovecharlas.
Lleva
algo más de dos años al frente de la Federación. ¿Cómo resumiría hasta el
momento su gestión?
Estos
dos años han sido de transformación de una entidad que era solvente, pero que
creo que necesitaba adaptarse a los nuevos tiempos, tanto en visibilidad de
nuestros deportistas como en los modelos de gestión, de comercialización del
deporte... Tenemos que ayudar a los deportistas y darles visibilidad. La otra
buena noticia es la evolución de la mujer, tanto en resultados como en
participación. Eso es que se está trabajando bien. Quizás queda ese paso con
las entrenadoras. Tenemos muchas, pero pocas que quieren dar el paso al alto
rendimiento. En cuanto a la gestión, hemos hecho procedimientos que hacen la
entidad más sólida y transparente. Necesitábamos generar esa confianza.
El
nuevo sistema de clasificación para Tokio y competiciones posteriores ¿es
beneficioso o perjudicial para España? ¿La Federación va a hacer reuniones por
sectores para explicar a los atletas y entrenadores el nuevo sistema?
Cualquier
cambio siempre genera polémica. Pero el atletismo lleva 100 años evolucionando
en todo. El modelo no es para nada desfavorable: los que iban a estar, estarán.
Y quizás el otro sistema, de ranking, se vuelve más justo porque es la media de
cinco marcas. Habrá un periodo de transición que costará, pero nuestros
deportistas y entrenadores se adaptarán perfectamente al sistema. Tenemos que
favorecer las ayudas para que puedan salir a competir fuera, es la clave. Ellos
tienen talento y clase para lograr los objetivos. Y llevamos ya dos años trabajando
ese sistema porque iba a entrar en vigor para Doha. Hemos hecho un calendario
para ver las pruebas que valen.
Pruebas
mixtas, pruebas fuera de los estadios, sistemas de clasificación a medias entre
mínimas y ranking, eliminación de algunas distancias en competiciones como la
Liga de Diamante, pruebas de 'eliminación'... ¿cree que algunas de las medidas
que se están adoptando ayudan a modernizar el atletismo o a desvirtuarlo?
Creo
que el reto es lograr la identificación de los atletas. ¿Cuánta gente en la
calle conoce a los grandes atletas? Hace 30 años teníamos muchos nombres: Coe,
Carl Lewis, Moses, Bubka... Ahora muchos de esos grandes atletas no se conocen.
En
año de elecciones a la presidencia de la IAAF, ¿a la Federación Española le
gustaría que siguiera Coe?
Es
que no veo otra alternativa. Yo quiero que siga Coe, ha hecho cosas muy
importantes, como es la de recuperar la credibilidad de una institución y un
deporte, tras escándalos económicos y de dopaje.
En cuanto al dopaje, ¿estamos ante una
generación más concienciada que las anteriores de lo que supone recurrir a las
trampas? ¿O han tenido mayor peso las políticas antidopaje que se han
desarrollado en los últimos años?
La
gran mayoría de los atletas siempre han estado en contra del dopaje. Ahora ese
rechazo quizás se ha visibilizado más. Debemos tener claro que el dopaje no
desaparece porque el engaño forma parte de la esencia humana, por eso tenemos
que mandar un claro mensaje de que 'aquí no os toleramos'. El atletismo con
dopaje no es deporte, es trampa. Siempre estaremos al lado de los limpios, pero
no estamos exentos de que un atleta mañana quiera hacer trampas.
En
una reciente entrevista en 'El Faro de Vigo', Ana Peleteiro afirmó que en
Glasgow había muchas personas que, por envidia, no querían que batiese el
récord de Carlota Castrejana. ¿A quiénes cree que se refiere la campeona de
Europa?
No
sé, yo te aseguro que pegué un grito enorme, sabía que era un gran salto. Ana
es una atleta espectacular en la técnica pero sobre todo en el dominio de la
prueba. Dio el zarpazo cuando tuvo que hacerlo. Todos los que estábamos allí
nos alegramos mucho porque Ana no ha tenido un camino fácil y gracias a su
trabajo y a su entrenador, es una de las atletas con más posibilidades de
quedar en cualquier competición este las tres primeras. Y sirve de inspiración
a las que vienen detrás.
¿Ha
hablado usted con Orlando Ortega tras el revuelo originado por sus
declaraciones en Glasgow y su posterior marcha a Chipre?
Sí,
Orlando está bien, desilusionado tras la carrera de Glasgow. Lo que ha hecho es
de gran campeón, busca soluciones porque quiere estar entre los mejores. Son
decisiones que todos los deportistas hemos tenido que tomar. Quizás buscaba un
grupo donde entrenar y ser competitivo. Sabe que tiene el apoyo de la
Federación. Estoy convencido de que va a hacer un tremendo aire libre.
¿Le
consta que haya un grupo de entrenadores descontento por la falta de ayudas por
parte de la Federación?
Los
entrenadores por naturaleza siempre tienen que tener esa sensación, pero el
atletismo no puede vivir sólo de la Federación. Ahora hemos aprobado los
presupuestos de 2019 y el estamento más beneficiado en las subidas, para su
formación y viajes, es el de entrenadores, que a nivel de ayudas está casi a la
altura de los deportistas. Pero somos un deporte con 40 especialidades y no
llegamos a todo. Hemos aumentado las ayudas a entrenadores y estamos mejorando
el sistema de formación, facilitando también el desplazamiento a centros del
extranjero. Pero el atleta y el técnico deben ser inconformista y pedir siempre
más, pero la realidad es la que tenemos.
Hay
varios atletas, encabezados por María Vicente, que no alcanzan la mayoría de
edad. ¿Qué ayudas tienen de la Federación y cómo se está trabajando con ellos
con vistas al futuro?
El
sistema es claro. En la Junta de Gobierno decidimos que los atletas sub 20 no
deben tener ayudas económicas, salvo que accedan por su nivel a la categoría
absoluta. Que lo mejor es invertir en ellos en estudios, fisiología, médicos...
porque el atletismo es amateur. Nuestra ayudas van destinadas a generarles más
competiciones internacionales y apostamos por el alto rendimiento desde la base
hasta arriba. Las ayudas llegan con aquellos que rinden en el equipo nacional.
España
no tendrá este año un Meeting de categoría IAAF al aire libre después de muchos
años. ¿Por qué ha perdido Madrid esa condición?
Hemos
renunciado nosotros porque las exigencias económicas de premios y gastos eran
altos y no llegábamos, la IAAF nos ha concedido una prórroga. Cuando hagamos
este mitin tiene que ser con todas las consecuencias. No tenemos grandes
patrocinadores y nuestros presupuesto estaba cinco o seis veces por debajo de
otras reuniones de esa categoría. No podíamos generar más deuda. Vamos a
empezar con un nivel europeo, que no se va a notar mucho en lo deportivo, y a
partir de ahí crecer con más aficionados y mayor aportación privada.
Usted
lleva apenas dos años al frente de la RFEA pero es muy joven y sus relaciones
con Alejandro Blanco son fraternales. ¿Se ve presidiendo el COE en un futuro a
medio plazo?
El
COE tiene un muy buen presidente y lo que tenemos que hacer desde las
Federaciones es ayudarle en esa gestión. Tengo que ocuparme de mi deporte y no me
planteo más cosas porque este trabajo es muy intenso. Pero es verdad que el
olimpismo para mí es muy especial, lo he vivido como deportista, con las
candidaturas olímpicas, como miembro del COE, como presidente de la Asociación
de Deportistas Olímpicos y siempre voy a estar dispuesto a ayudar al olimpismo
español. Si el deporte ha crecido en los últimos años es porque el eje central
ha sido el olimpismo y debe seguir siendo así porque es donde se asientan los
valores.
La
Federación y los atletas tienen diferentes patrocinadores. ¿Cómo se puede hacer
para conciliar los intereses de unos y otros en las grandes competiciones?
No
es tan difícil. Los derechos de imagen del equipo nacional corresponden a la
selección española y la Federación tiene sus propios patrocinadores, pero es un
deporte tan complejo que se respeta el calzado de entrenamiento y de
competición. Cuando terminan de competir con la selección, salen y deben
mostrar y potenciar a sus sponsors porque les ayudan y nosotros estamos
encantados. Si un atleta, vista como vista, obtiene una medalla, eso también es
positivo para sus patrocinadores personales.
Tanto
en el Mundial de Medio Maratón de Valencia como en el Mundial Máster de Málaga
hubo problemas con la delegación gibraltareña y Sebastian Coe presentó un
protesta formal. ¿Se puede volver a vivir una situación similar en el futuro?
Es
una situación extradeportiva que nos afecta, y mucho, en todos los deportes,
tanto en competiciones ya existentes como a la hora de pedir la organización de
eventos. Nos afectan dos casos. Por un lado Kosovo, con el que hay una
resolución en la que se les permite participar con su indumentaria pero no con
bandera e himno y eso nos hace estar en incumplimiento con la IAAF. Y por otro
lado Gibraltar, donde no se ha resuelto el tema. Hasta que no se solucione, se
va a debilitar mucho la capacidad de atraer competiciones. Es una situación en
la que el COE y las Federaciones estamos trabajando con el Gobierno.
¿Se
ha planteado pedir algún gran campeonato en el futuro inmediato?
Estamos
hablando para atraer grandes campeonatos. Pero al aire libre tenemos el
hándicap del estadio. Sólo tenemos dos recintos con opciones: uno es Barcelona,
que ahora vive una situación política que no es sencilla, y otro Sevilla, cuyo
estadio necesita una remodelación. Nuestros campeonatos son costosos y la
situación política, por lo que acabamos de comentar, no es fácil. La pista
cubierta sí tiene instalaciones para acoger Campeonatos de Europa y del Mundo,
pero hay que solventar varios temas.
De
todos los récords de España que se han batido desde que usted es presidente,
¿cuál es el que más le ha emocionado?
Al ser triplista, el de Ana me toca el
corazón, esa parte emocional es importante. Quizás por lo que significa la
colectividad destacaría el del 4x400, ese compromiso y el nuevo atletismo se
reflejan en el relevo. pero si sólo puedo elegir uno, me quedo con los dos de
Bruno del año pasado, por lo que significa desde el punto de vista deportivo y
humano. Me queda la espina clavada del más impresionante de todos, que al final
no valió por una pequeña línea: ese récord de Europa de Husillos.