lunes, 31 de agosto de 2015

NO TODO EL ATLETISMO ES BOLT

CARLOS ARRIBAS
El País.com

“¿Gravedad? ¿Qué gravedad?” La gorra del saltador ingrávido, el pajarito catarí Mutaz Essa Barshim, es una declaración de principios, un desafío, que la realidad física, o sea, la ley de la gravedad, devuelve a la tierra. Barshim terminó cuarto de un concurso de altura decepcionante (con Bondarenko tocado por el lumbago, ganó, con 2,34m, el tercer hombre, el canadiense Derek Drouin), pero hubo otros atletas, las caras de un Mundial brillante, que sí que triunfaron en sus retos.
USAIN BOLT
Usain Bolt es el hombre sin mancha. Nunca ha perdido una carrera en una gran competición, un Mundial o unos Juegos, y la única vez que no ha ganado lo hizo sin correr, con una salida nula. Su historial inmaculado desde los Juegos de Pekín 2008 tuvo continuidad siete años más tarde en el mismo Nido. Fueron sus Mundiales más difíciles, también aquellos de los que su figura, ya, al final, la de un casi treintañero cansado, salió más engrandecida. El gran póster del atletismo en el siglo XXI llegó a Pekín herido justo el año en el que parecía que al fin había un rival de su talla, el norteamericano Justin Gatlin. Para ganar los 100m, lo que hizo por una centésima, en su vida había estado más acosado, necesitó dar con toda su alma hasta la última de sus 41 zancadas y un poco, la que dedica habitualmente a su show de vencedor. Después, todo fue un juego de niños, un paseo en el 200m, que solo un cámara sobre un semoviente giroscopio estuvo a punto de convertir en drama. Lideró a su Jamaica en los relevos y terminó con su habitual cosecha de tres oros. Con un total de 11 oros, dos platas en sus años jóvenes y un octavo puesto, tras Pekín ya supera a Carl Lewis (ocho oros, una plata y un bronce) como el mejor de la historia de los Mundiales.

DAFNE SCHIPPERS
La alegre Shelly Ann Fraser Pryce, medallista de oro en 100m y 4x100m, dice que encuentra muy sexys a las mujeres atletas, y que corren rápido y que son muy buenas, pero que por una extraña razón los hombres en calzones ajustados y camisetas parecen excitar más al público. Dafne Schippers, el relámpago rubio, la holandesa que con 21,63s borró de la historia de los 200m a Marita Koch y Heike Dreschsler, los productos anabolizados de la Alemania del Este, y se colocó tercera de la historia detrás de las dopadas Florence Griffith y Marion Jones. Sin embargo, no parece que su popularidad mediática (y su caché en los mítines), pueda alcanzar, fuera de las fronteras de su Holanda, los niveles que lograron las norteamericanas. Paga los pecados de Marion Jones, la última reina de la velocidad, que acabó en la cárcel, y el rastro del acné en el rostro joven de 23 años. “Pero no todos los que tienen acné toman anabolizantes”, dice su entrenador de toda la vida, Bart Bennema, el técnico que la transformó de heptatleta en tan magnífica velocista que después del doblete del Europeo de Zúrich sale de Pekín con el oro de los 200m y la plata de los 100m. “Es injusto: cantidad de jóvenes de su edad sufren acné”.

WAYDE VAN NIEKERK
Después del fenómeno Michael Johnson y del breve interregno de Jeremy Wariner, los 400m habían caído en las piernas y en los cuerpos monstruosamente musculados de tipos que parecían osos depilados, sin más gracia que la potencia. De esa sima ha sacado a una de las pruebas más hermosas del atletismo, y quizás la más dura, la persona más insospechada, un sudafricano de 23 años, ligero y apenas musculado, y con un gen enloquecido que le hace tomar la salida de la prueba como si fuera un 100m, entrenado por una venerable técnica de 74 años y pelo blanco llamada Anna Soffia Botha. Con un tiempo de 43,48s, en una carrera en la que hasta los 300m corrió más rápido que Johnson cuando batió el récord del mundo hace 19 años (43,18s), Wayde van Niekerk no solo consiguió convertirse en el cuarto cuatrocentista de la historia tras Johnson, Butch Reynolds y Wariner, sino que logró devolver la prueba a atletas normales, rápidos por naturaleza y con una gran capacidad de mejorar y de entrenamiento. Y encima, Van Niekerk, con bisabuelo italiano y largas estancias de entrenamiento en Gemona nel Friuli, es un chaval simpático, no uno de esos que tanto proliferan que parecen en pelea permanente con el mundo.

GENZEBE DIBABA
El atletismo es la lucha de uno contra sus límites y, sobre todo, contra los rivales, el territorio, también, de los ajustes de cuentas. Mediado julio, Genzebe Dibaba, quizás la zancada más bella del fondo, había ajustado cuentas con la historia, y el mundo se alegró por ello, batiendo el récord del mundo de los 1.500m: 3m 50,07s. En Pekín, la etíope de 24 años ha corrido el 800m más rápido, 1m 57s raspados, pero no en una prueba de dos vueltas a la pista, sino en su final eléctrico de los 1.500m, que ganó. Más especialista teóricamente de los 5.000m que de la milla, la etíope había llegado a Pekín dispuesta a conseguir la victoria en ambas distancias. El pasado reciente, sin embargo, se interpuso entre ella y su objetivo. En julio también había quedado en París para intentar batir el récord del mundo de los 5.000m, 14.11,15s en poder de su hermana mayor, Tirunesh, a medias con su compatriota Almaz Ayana. En Pekín, aleccionada por su marido y entrenador, Ayana, de 23 años, aceleró a los 2.000 metros con miles de 2m 42s, hasta que Dibaba, a quien le dolía un pie y llevaba en el cuerpo tres carreras de 1.500m y otra de 5.000m, no pudo más. Su terrible cambio de ritmo desapareció, pero no su belleza en carrera.
ASHTON EATON
Como Van Niekerk, Ashton Eaton es un cuerpo normal (1,85m, 1,84m) con unos poderes extraordinarios, tantos que es el mejor hombre 10 de la historia, el atleta más perfecto que haya existido. En la historia solo tres veces se ha logrado pasar de los 9.000 puntos en decatlón, la excelencia más absoluta, y dos de ellas ha sido el joven de Portland (27 años) que batió el récord del mundo (9.045 puntos), con unos 400m únicos (45s clavados), fruto de un 2014 medio sabático, dedicado a correr con calidad (bajó de 49s) los 400m vallas en el circuito mundial, y un lanzamiento de jabalina de 63,63, fruto no sabe de qué, porque al igual que no sabía por qué, haciéndolo todo según su entrenador, Harry Marra, y los manuales, le decían, era incapaz de pasar de 50m con el artefacto que más odia. La clave (“las narices que le echó”, como dice su mujer, la heptatleta canadiense Brianne Theisen) fueron sus 1.500m con la ayuda del argelino Bourrada. Sin olvidar los espagueti que le prestó su rival, y medalla de plata, el canadiense Damian Warner, para recargar los hidratos antes de la prueba en la que no hay rivales, sino compañeros de peregrinación, y todos se quieren y se ayudan. Desde el gran Usain Bolt (100m y 200m en 2009), nadie batía un récord del mundo individual en una cita como la de los Mundiales.

ALLYSON FELIX
Cuando Dafne Schippers se pregunte por qué, con lo buena que es no es tan popular como los atletas masculinos, quizás alguien le diga que antes de ella, la norteamericana Allyson Felix también estaba predestinada al estrellato y nunca dejó de ser una cara poco conocida más allá del mundo pequeño del atletismo. Quizás sea porque es una chica buena que ayuda a su padre, reverendo, en las catequesis de los sábados, que nunca ha roto una copa, que nunca ha batido un récord del mundo en unas distancias (de 100m a 400m) que están imposibles entre sus compatriotas de los años de barra libre y las alemanas del Este. Y tan silenciosamente como silenciosa es ella, Felix sale de Pekín con tres medallas: una de oro individual en los 400m, y dos de plata en los relevos 4x100m y 4x400m, en ambas batido Estados Unidos por Jamaica. Con 13 medallas en Mundiales (nueve de oro), Felix está a una de Merlene Ottey, la jamaicana llamada de bronce porque de sus 14 metales, siete fueron por un tercer puesto.

MO FARAH
El británico de origen somalí domina con tanta claridad los 5.000m y los 10.000m, que su tercer doblete consecutivo (dos mundiales y uno olímpico) apenas ha levantado expectación y aplausos. Han influido negativamente en su notoriedad la turbiedad de las historias que se cuentan de su entrenador, el norteamericano de origen cubano Alberto Salazar, hijo de un camarada de Fidel Castro en Cochinos que se hizo gusano en la primera época, y la seguridad, y el alarde de economía que le acompañaba, con la que se ha impuesto en ambas distancias de fondo. Y también que Pekín no es Londres, donde sus hazañas se magnificaron hasta convertirlo en el segundo Bolt de los Juegos.

CHRISTIAN TAYLOR
En Pekín han coincidido la semana del Mundial cuatro triplistas que han pasado de los 18m. Estaban, ante el foso de arena lejano, el cubano Pedro Pablo Pichardo y Christian Taylor, y hablando para la tele el retirado Jonathan Edwards (plusmarquista mundial, 18,29m) y el lesionado Teddy Tamgho. La noche siguiente a la que el norteamericano Taylor, tan cristiano como su nombre indica y tan nómada como un discípulo siguiendo a su entrenador por medio mundo, ganara su segundo Mundial con 18,21m, a solo 8cm del récord mundial, Tamgho está sentado en el túnel del estadio mirando ausente la pantalla de su teléfono. Y habla de Taylor: “Cuando vuelva yo, que volveré en Río, va a ser un rival duro. Tiene un salto único, magnífico. En vez de saltar alto y quedarse parado en el aire, como los cubanos en su segundo impulso, Taylor es como una piedra plana que lanzas contra una superficie de agua y rebota sin apenas levantarse, pero a una velocidad increíble”. El salto de Taylor fue, justamente, junto a los 45s y el récord de Eaton, los 400m de Van Niekerk y los 200m de Schippers, la mejor marca de los Mundiales.
KIPROP, YEGO Y BETT
Por primera vez en la historia un país que no es Alemania, Rusia-Unión Soviética o Estados Unidos, las tres grandes potencias, ha terminado el pimero en el medallero. Por primera vez, un país africano domina el gran ranking (y segundo, un país caribeño, Jamaica), Se trata de Kenia, con siete oros, seis platas y tres bronces. Tres figuras, dos excepcionales y una habitual dentro de su excepcionalidad, representan el dominio del país del valle del Rift: el lanzador de jabalina Julius Yego, medalla de oro con un lanzamiento de 92,72m que le convierte en el tercero de la historia; el corredor de 400m vallas Nicholas Bett y el gran Abel Kiprop, el hombre de los 1.500m. Los dos primeros han debido emigrar para destacar y vencer en disciplinas que no casan con la imagen habitual de Kenia, tierra de maratonianos, obstaculistas, fondistas y mediofondistas. Son atletas que se han forjado a sí mismos superando todo tipo de dificultades.

RÁNKING MUNDIAL FEMENINO, A 31 DE AGOSTO


100 m
10.74  0.2 Shelly-Ann Fraser-Pryce JAM
10.79  1.5 English Gardner USA
10.80  0.2 Blessing Okagbare NGR
10.81  1.7 Murielle Ahoure CIV
10.81  1.2 Tori Bowie USA
10.81  -0.3 Dafne Schippers NED
10.84  1.5 Elaine Thompson JAM
10.84  1.4 Kelly-Ann Baptiste TTO
10.89  -0.2 Veronica Campbell-Brown JAM
10.92  1.4 Jenna Prandini USA

200 m
21.63  0.2 Dafne Schippers NED
21.66  0.2 Elaine Thompson JAM
21.97  0.2 Veronica Campbell-Brown JAM
21.98  1.6 Allyson Felix USA
22.01  0.2 Candyce McGrone USA
22.07  0.2 Dina Asher-Smith GBR
22.14  0.2 Shaunae Miller BAH
22.18  1.9 Dezerea Bryant USA
22.20  0.4 Jenna Prandini USA
22.23  -2.3 Tori Bowie USA

400 m
49.26   Allyson Felix USA
49.67   Shaunae Miller BAH
49.83   Francena McCorory USA
49.95   Sanya Richards-Ross USA
49.99   Shericka Jackson JAM
50.14   Christine Day JAM
50.16   Christine Ohuruogu GBR
50.24   Natasha Hastings USA
50.32   Stephenie Ann McPherson JAM
50.37   Bianca Răzor ROU

800 m
1:56.99   Eunice Sum KEN
1:57.52   Melissa Bishop CAN
1:57.54   Maryna Arzamasova BLR
1:57.70   Rose M. Almanza CUB
1:57.87   Ajeé Wilson USA
1:57.95   Selina Büchel SUI
1:58.35   Joanna Jóźwik POL
1:58.37   Fabienne Kohlmann GER
1:58.50   Sifan Hassan NED
1:58.55   Rabab Arrafi MAR

1500 m
3:50.07   Genzebe Dibaba ETH
3:56.05   Sifan Hassan NED
3:56.29   Shannon Rowbury USA
3:57.30   Jenny Simpson USA
3:58.66   Laura Muir GBR
3:59.76   Dawit Seyaum ETH
3:59.79   Maureen Koster NED
4:00.65   Besu Sado ETH
4:00.94   Faith Kipyegon KEN
4:01.26   Mercy Cherono KEN 

5000 m
14:14.32   Almaz Ayana ETH
14:15.41   Genzebe Dibaba ETH
14:31.95   Faith Kipyegon KEN
14:34.10   Mercy Cherono KEN
14:34.22   Viola Kibiwot KEN
14:36.44   Senbera Teferi ETH
14:40.50   Gelete Burka ETH
14:43.28   Alemitu Haroye ETH
14:46.69   Vivian Cheruiyot KEN
14:47.75   Sally Kipyego KEN

10000 m
30:49.68   Gelete Burka ETH
30:50.83   Alemitu Haroye ETH
30:53.69   Belaynesh Oljira ETH
30:55.56   Mamitu Daska ETH
30:58.03   Ayalew Wude ETH
31:06.53   Netsanet Gudeta ETH
31:08.82   Genet Ayalew ETH
31:09.02   Shalane Flanagan USA
31:12.93   Sara Moreira POR
31:13.29   Vivian Cheruiyot KEN

100 m vallas
12.34  1.9 Sharika Nelvis USA
12.35  0.9 Jasmin Stowers USA
12.48  1.9 Dawn Harper Nelson USA
12.50  1.8 Keni Harrison USA
12.52  1.4 Queen Harrison USA
12.56  1.8 Tiffany Porter GBR
12.56  -0.3 Brianna Rollins USA
12.57  -0.3 Danielle Williams JAM
12.59  1.3 Sally Pearson AUS
12.59  -0.3 Cindy Roleder GER

400 m vallas
53.50   Zuzana Hejnová CZE
53.74   Shamier Little USA
53.99   Sara Petersen DEN
54.01   Cassandra Tate USA
54.09   Keni Harrison USA
54.12   Kemi Adekoya BRN
54.15   Kaliese Spencer JAM
54.24   Georganne Moline USA
54.27   Tiffany Williams USA
54.37   Wenda Nel RSA

3000 m obs
9:11.28   Habiba Ghribi TUN
9:12.51   Hyvin Jepkemoi KEN
9:13.85   Virginia Nyambura KEN
9:14.98   Hiwot Ayalew ETH
9:15.59   Emma Coburn USA
9:17.89   Purity Kirui KEN
9:19.25   Gesa-Felicitas Krause GER
9:20.01   Sofia Assefa ETH
9:20.44   Lydia Chepkurui KEN
9:20.64   Salima Alami MAR

Altura
2.03   Anna Chicherova RUS
2.01   Mariya Kuchina RUS
2.01   Blanka Vlašić CRO
2.00   Ruth Beitia ESP
1.99   Kamila Lićwinko POL
1.99   Marie-Laurence Jungfleisch GER
1.97   Erika Kinsey SWE
1.97   Isobel Pooley GBR
1.96   Eleanor Patterson AUS
1.96   Jeannelle Scheper LCA

Pértiga
4.91   Yarisley Silva CUB
4.85   Fabiana Murer BRA
4.83   Nikoléta Kiriakopoúlou GRE
4.82   Jenn Suhr USA
4.79   Anzhelika Sidorova RUS
4.76   Sandi Morris USA
4.75   Silke Spiegelburg GER
4.72   Jiřina Ptáčníková CZE
4.71   Ekateríni Stefanídi GRE
4.71   Demi Payne USA

Longitud
7.14  1.2 Tianna Bartoletta USA
7.07  0.4 Shara Proctor GBR
7.01  0.8 Ivana Španović SRB
6.99  0.8 Christabel Nettey CAN
6.97  -0.1 Brittney Reese USA
6.95  1.6 Darya Klishina RUS
6.95  1.1 Janay DeLoach USA
6.94  0.7 Lena Malkus GER
6.94  -1.0 Sosthene Taroum Moguenara GER
6.93  2.0 Quanesha Burks USA

Triple Salto
15.04  1.7 Yekaterina Koneva RUS
14.90  0.1 Caterine Ibargüen COL
14.78  -0.1 Hanna Minenko ISR
14.77  0.1 Olga Rypakova KAZ
14.66  0.4 Gabriela Petrova BUL
14.62  0.5 Olha Saladukha UKR
14.45  0.0 Kimberly Williams JAM
14.38  0.6 Kristin Gierisch GER
14.32  1.9 Susana Costa POR
14.32  0.0 Irina Ektova KAZ

Peso
20.77   Christina Schwanitz GER
20.34   Gong Lijiao CHN
20.02   Michelle Carter USA
19.48   Anita Márton HUN
19.26   Cleopatra Borel TTO
19.04   Gao Yang CHN
18.96   Brittany Smith USA
18.93   Tia Brooks USA
18.89   Dani Bunch USA
18.88   Aliona Dubitskaya BLR

Disco
70.65   Denia Caballero CUB
70.08   Sandra Perković CRO
67.13   Yaimí Pérez CUB
66.21   Dani Samuels AUS
66.14   Anna Rüh GER
65.98   Julia Fischer GER
65.72   Nadine Müller GER
65.04   Mélina Robert-Michon FRA
64.80   Whitney Ashley USA
64.79   Shanice Craft GER

Martillo
81.08   Anita Włodarczyk POL
76.33   Zhang Wenxiu CHN
75.73   Betty Heidler GER
74.92   Wang Zheng CHN
74.39   Alexandra Tavernier FRA
74.27   Martina Hrašnová SVK
73.97   Zalina Marghieva MDA
73.86   Sophie Hitchon GBR
73.74   Mariya Bespalova RUS
73.66   Sultana Frizell CAN

Jabalina
67.69   Katharina Molitor GER
66.62   Sunette Viljoen RSA
66.57   Kim Mickle AUS
66.47   Kara Winger USA
66.13   Lu Huihui CHN
65.92   Christin Hussong GER
65.75   Martina Ratej SLO
65.66   Barbora Špotáková CZE
65.07   Li Lingwei CHN
65.01   Madara Palameika LAT

Heptatlón
6808   Brianne Theisen-Eaton CAN
6669   Jessica Ennis-Hill GBR
6547   Carolin Schäfer GER
6531   Nadine Broersen NED
6516   Laura Ikauniece-Admidiņa LAT
6500   Barbara Nwaba USA
6467   Nadine Visser NED
6458   Anouk Vetter NED
6458   Claudia Rath GER
6458   Sharon Day-Monroe USA

domingo, 30 de agosto de 2015

RÁNKING MUNDIAL MASCULINO, A 30 DE AGOSTO


100 m
9.74  0.9 Justin Gatlin USA  
9.79  -0.5 Usain Bolt JAM
9.81  1.3 Asafa Powell JAM
9.84  1.3 Trayvon Bromell USA
9.86  1.1 Keston Bledman TTO
9.86  1.3 Jimmy Vicaut FRA
9.86  0.9 Mike Rodgers USA
9.87  0.0 Tyson Gay USA
9.91 1.8 Femi Ogunode QAT  
9.91  0.9 Nickel Ashmeade JAM

200 m
19.55  -0.1 Usain Bolt JAM
19.57  0.4 Justin Gatlin USA
19.80  2.0 Rasheed Dwyer JAM
19.87  -0.1 Anaso Jobodwana RSA
19.87  -0.1 Alonso Edward PAN
19.88  0.3 Andre De Grasse CAN
19.93  0.4 Isiah Young USA
19.94  0.6 Wayde van Niekerk RSA
19.99  0.6 Dedric Dukes USA
20.01  -0.3 Ramil Guliyev TUR

400 m
43.48   Wayde van Niekerk RSA
43.65   LaShawn Merritt USA
43.72   Isaac Makwala BOT
43.78   Kirani James GRN
43.93   Youssef Al-Masrahi KSA
43.93   Rusheen McDonald JAM
44.11   Luguelín Santos DOM
44.27   Steven Gardiner BAH
44.27   Abdalelah Haroun QAT
44.36   Machel Cedenio TTO


800 m
1:42.51   Amel Tuka BIH
1:42.66   Nijel Amos BOT
1:42.97   Ayanleh Souleiman DJI
1:43.34   Boris Berian USA
1:43.45   Adam Kszczot POL
1:43.56   Mohamed Aman ETH
1:43.56   Robert Biwott KEN
1:43.58   David Rudisha KEN
1:43.60   Ferguson Cheruiyot KEN
1:43.72   Marcin Lewandowski POL

1500 m
3:26.69   Asbel Kiprop KEN
3:28.75   Taoufik Makhloufi ALG
3:28.79   Abdelaati Iguider MAR
3:28.93   Mohamed Farah GBR
3:29.66   Nick Willis NZL
3:29.67   Elijah Manangoi KEN
3:30.10   Robert Biwott KEN
3:30.12   Silas Kiplagat KEN
3:30.17   Ayanleh Souleiman DJI
3:30.29   Aman Wote ETH 18 

5000 m
12:58.39   Yomif Kejelcha ETH
12:58.69   Paul Tanui KEN
12:58.69   Hagos Gebrhiwet ETH
12:59.04   Imane Merga ETH
12:59.78   Thomas Longosiwa KEN
13:00.30   Muktar Edris ETH
13:00.31   Ali Kaya TUR
13:00.49   Dejen Gebremeskel ETH
13:05.61   Ilias Fifa MAR
13:06.10   Bashir Abdi BEL

10000 m
26:50.97   Mohamed Farah GBR
26:51.86   Paul Tanui KEN
26:52.65   Geoffrey Kamworor KEN
27:04.77   Bedan Karoki KEN
27:07.51   Cam Levins CAN
27:08.91   Galen Rupp USA
27:17.18   Muktar Edris ETH
27:17.63   Imane Merga ETH
27:17.91   Geoffrey Kirui KEN
27:18.86   Mosinet Geremew ETH

3000 m obs
7:58.83   Jairus Birech KEN
8:00.45   Evan Jager USA
8:01.71   Ezekiel Kemboi KEN
8:05.20   Conseslus Kipruto KEN
8:10.09   Brimin Kipruto KEN
8:11.39   Paul Kipsiele Koech KEN
8:11.64   Jonathan Ndiku KEN
8:12.68   Clement Kemboi KEN
8:13.10   Hillary Yego KEN
8:13.37   Donn Cabral USA

110 m vallas
12.94  0.5 Orlando Ortega CUB
12.97  1.0 Omar McLeod JAM
12.98  0.5 David Oliver USA
12.98  0.2 Sergey Shubenkov RUS
13.03  0.2 Hansle Parchment JAM
13.04  0.2 Aries Merritt USA
13.06  1.5 Pascal Martinot-Lagarde FRA
13.11  0.5 Aleec Harris USA
13.12  2.0 Jason Richardson USA
13.13  0.4 Ronnie Ash USA

400 m vallas
47.79   Nicholas Bett KEN
48.05   Denis Kudryavtsev RUS
48.09   Bershawn Jackson USA
48.13   Johnny Dutch USA
48.17   Jeffery Gibson BAH
48.18   Kerron Clement USA
48.29   Boniface Tumuti KEN
48.34   Michael Tinsley USA
48.40   Patryk Dobek POL
48.44   Michael Stigler USA

Altura
2.41   Mutaz Essa Barshim QAT
2.38   Zhang Guowei CHN
2.37   Bogdan Bondarenko UKR
2.37   Erik Kynard USA
2.37   Derek Drouin CAN
2.37   Gianmarco Tamberi ITA
2.34   JaCorian Duffield USA
2.34   Donald Thomas BAH
2.33   Marco Fassinotti ITA
2.33   Daniyil Tsyplakov RUS

Pértiga
6.05   Renaud Lavillenie FRA
5.94   Raphael Holzdeppe GER
5.93   Shawn Barber CAN
5.92   Thiago Braz BRA
5.91   Konstadínos Filippídis GRE
5.84   Paweł Wojciechowski POL
5.82   Sam Kendricks USA
5.82   Piotr Lisek POL
5.82   Michal Balner CZE
5.81   Kévin Menaldo FRA  

Longitud
8.52  1.8 Jeffrey Henderson USA
8.41  0.9 Zarck Visser RSA
8.41  0.3 Greg Rutherford GBR
8.39  1.3 Marquis Dendy USA
8.38  1.4 Rushwal Samaai RSA
8.34  0.2 Jarrion Lawson USA
8.27  0.4 Aleksandr Menkov RUS
8.27  0.7 Mike Hartfield USA
8.26  1.3 Li Jinzhe CHN
8.26  0.4 Kafétien Gomis FRA

Triple Salto
18.21  0.2 Christian Taylor USA
18.08  0.0 Pedro Pablo Pichardo CUB
17.53  1.0 Omar Craddock USA
17.52  0.3 Nelson Évora POR
17.50  1.2 Marquis Dendy USA
17.48  0.5 Will Claye USA
17.42  1.9 Aleksey Fyodorov RUS
17.34  1.7 Lyukman Adams RUS
17.29  0.2 Dmitriy Sorokin RUS
17.24  0.7 Teddy Tamgho FRA

Peso
22.56   Joe Kovacs USA
22.20   David Storl GER
21.69   O'Dayne Richards JAM
21.64   Christian Cantwell USA
21.58   Asmir Kolašinac SRB
21.58   Tom Walsh NZL
21.49   Jordan Clarke USA
21.37   Ryan Whiting USA
21.30   Reese Hoffa USA
21.11   Ryan Crouser USA

Disco
68.29   Piotr Małachowski POL
68.19   Jason Morgan JAM
67.93   Christoph Harting GER
67.39   Zoltán Kővágó HUN
67.24   Lukas Weißhaidinger AUT
67.20   Gerhard Mayer AUT
66.90   Philip Milanov BEL
66.75   Benn Harradine AUS
66.67   Martin Kupper EST  
66.40   Fedrick Dacres JAM

Martillo
83.93   Paweł Fajdek POL
79.91   Krisztián Pars HUN
79.90   Mostafa Hicham Al-Gamal EGY
79.36   Dilshod Nazarov TJK
79.25   Yevhen Vynohradov UKR
78.72   Serghei Marghiev MDA
78.71   Wojciech Nowicki POL
78.52   Dzmitry Marshyn AZE
78.29   Marco Lingua ITA
78.22   Sukhrob Khodyayev UZB

Jabalina
92.72   Julius Yego KEN
90.16   Keshorn Walcott TTO
89.27   Thomas Röhler GER
89.09   Tero Pitkämäki FIN
88.99   Ihab Abdelrahman EGY
88.98   Antti Ruuskanen FIN
88.18   Vítězslav Veselý CZE
86.82   Ari Mannio FIN
86.21   Jakub Vadlejch CZE
86.14   Andreas Hofmann GER

Decatlón
9045   Ashton Eaton USA
8725   Trey Hardee USA
8695   Damian Warner CAN
8561   Rico Freimuth GER
8538   Ilya Shkurenyov RUS
8469   Kevin Mayer FRA
8462   Kai Kazmirek GER
8461   Larbi Bouraada ALG
8419   Michael Schrader GER
8398   Willem Coertzen RSA 

RUTH BEITIA SE QUEDÓ A DOS CENTÍMETROS DE LA MEDALLA

CARLOS ARRIBAS
El País.com

Cuando los días feos de Pekín, en el hotel de la selección española, los melancólicos se sienten Bogart y musitan, nostálgicos, siempre nos quedará Ruth. El sábado de la superluna, cuando en Pekín empieza a brillar ya su cara más brillante, Ruth Beitia recibe a la prensa en los subterráneos del Nido iluminados por tristes fluorescentes que vibran y mientras habla y lamenta, lanza una furtiva mirada al monitor televisivo que en esos momentos proyecta la vuelta de honor de tres saltarinas con medallas y banderas, dos rusas, Maria Kuchina y Anna Chicherova, y una croata, Blanka Vlasic, y se da cuenta, y todos se dan cuenta, de que, ella ya no es Ingrid Bergman, y de que quizás no vuelva a serlo. “Cada día es un regalo y oportunidad que pasa es una oportunidad que nos e va a repetir”, dice. No le cae una lágrima por la mejilla porque es de las que sabe guardarse las emociones, las felices y las penas también, pero su voz tiembla. “¡Cómo me duele no estar donde esas tres!”, dice Beitia, que terminado quinta de una final que pensaba que podía ganar, y que podría haber ganado, en la que saltó magníficamente hasta 1,99m. Después, en 2,01m, la altura que dio las medallas, la altura de las campeonas, chocó. “He peleado. Lo he luchado bien, pero no he sacado ni sobresaliente ni notable, como mucho un bien ramplado”.
En el podio había dos treintañeras de largas piernas, interminables las de Chicherova, más proporcionadas las de la gigantes croata tan maqueada, dos saltadoras que en la última década han ganado Mundiales y Juegos Olímpicos, dos veteranas contra las que Beitia ha crecido hasta alcanzar, pasados los 33 años, su mejor nivel. Beitia, con ellas, habría redondeado un podio de veteranas en el filo fino entre el pasado y el presente. “E íntimamente pensaba que estaba para saltar más de dos metros y ganar una medalla, como ellas han hecho, y estaba para saltar más”, dice la cántabra, doble campeona de Europa y bronce en el Mundial de Moscú en sus tres últimas grandes competiciones al aire libre. “He fallado pero no sé que ha fallado. Y en el último intento no sé que me ha pasado, pero me he ido”.
Falló en la final más igualada que se recuerda, con seis saltadoras jugándose los metales con el listón a 2,01m.
Vlasic, la croata de 31 años que llegó a saltar 2,08m, la segunda marca de la historia, a los 25, volvía a un gran podio después de cuatro años lesionada. Para ella fue la plata por culpa de un nulo sobre 1,92m. El bronce, pues los 2,01m los superó a la segunda, fue para Chicherova, de 33 años, con 2,07m como mejor marca, campeona olímpica en Londres e inamovible en todos los grandes podios desde Osaka 2007. El oro fue para el futuro, para otra rusa, una jovencita de 22 años llamada Maria Kuchina, que no basa su salto en la ventaja que proporciona un centro de gravedad alto, sino en una capacidad de botar con sus talones de Aquiles como magníficos muelles que solo los cubanos suelen exhibir. Kuchina, un prodigio desde juvenil (saltó 1,97m a los 18 años, récord mundial júnior) y una gran competidora, hizo el concurso perfecto: ni una sola vez derribó el listón, ni siquiera en 2,01m, altura con la que lograba su mejor marca personal, hasta chocar, como sus rivales, contra la barrera a 2,03m.
Kuchina ya había ganado los últimos Mundial y Europeo en pista cubierta. En el primero, en Sopot, Beitia quedó tercera; en el otro, en Praga, quinta como en Pekín. “Pero un quinto no tiene nada que ver con el otro. El de Praga fue horroroso porque no supe competir”, dijo la cántabra. “De este me voy triste y con mal sabor de boca porque me sabe a poco, pero he competido bien”.
Aunque aún ironiza cuando alguien con sus preguntas deja caer la cuestión de su edad, de sus 36 años, y dice, “¿me estás llamando vieja?”, la mejor atleta española de la historia, también interiormente, volvió a hablar, como hizo tras los Juegos de Londres 2012, de su final de carrera. “Posiblemente este haya sido mi último Mundial al aire libre”, dice. Y viendo la cara de la gente, añade. “Pero, tranquilos, que esto no ha sido más que un pequeño tropezón, una caída de la que me levantaré rápido. Y siempre me queda Bruselas, la final de la Diamond League que quiero ganar. Y, si no, siempre está ahí Río 16…”

TERCER PLENO MUNDIAL DE BOLT

CARLOS ARRIBAS 
El País.com

Algunos habían llegado a publicar que a Usain Bolt aún le dolía la entrada de la Segway televisiva, el único objeto sobre la tierra capaz de derribarlo en una pista, y que no estaría en el relevo. Daba pie, así, a escribir la misma crónica de todos los Mundiales, cansina: aquella en la que aquel al que todos dan por muerto y enterrado resucita y arrasa. Eran exageraciones, claro. Ni a Bolt le dolía la Segway (y ni siquiera tuvo miedo a acercarse a un cámara motorizado, como para demostrar su valor) ni por nada del mundo iba el gigante a perderse la fiesta del relevo, aquella con la que suele completar su colección de oros en todos los campeonatos.
Tenía también Bolt una cuenta pendiente con los vecinos del norte: en el Mundial de Bahamas, en mayo, el equipo de Estados Unidos derrotó a Jamaica, y la cosa no habría ido a mayores si no hubiera sido porque uno de los estadounidense, Ryan Bailey (en Pekín sustituido por Bromell) le hizo a Bolt, nada menos, el gesto de cortarle el cuello, el mensaje de que estaba acabado.
No fue el mejor 4x100 de la historia de la Jamaica de Usain Bolt, pero como Estados Unidos estuvo a su nivel habitual (entre mal y muy mal, peor), el superhéroe de Pekín pudo terminar la noche como acostumbra, cerrando el estadio y despidiendo al público caluroso en paseo triunfal con la bandera jamaicana; y con él, sus compañeros de equipo, Asafa Powell, Nesta Carter y Nickel Ashmeade, también acostumbrados a clausurar los Mundiales con su triunfo.
Es el tercer pleno mundial de Bolt, su tercer set de tres oros, 100m, 200m y relevo, después de los de Berlín 09 y Moscú 11. En Daegu 13, le falló su oro de los 100m (salida nula), pero se resarció batiendo el récord del mundo (37,04s) en un 4x100 eléctrico con el campeón del año, Yohan Blake, haciendo la curva. El sábado cálido y sudado de Pekín, el tiempo de Jamaica fue de 37,36s, exactamente el mismo que el de Moscú hace dos años, y para conseguir la victoria si el cuarteto caribeño no mostró su habitual perfección en los cambios de testigo (entre Powell, que hizo la contrarrecta, y el hombre de la segunda curva, Ashmeade, hubo barullo, Estados Unidos sí que estuvo a la altura de su fama con un cambio fuera de terreno entre Tyson Gay, que salía sin resuello de la curva, y Mike Rodgers, que no veía el momento de arrancar, pues ya veía a su lado, dos calles más a la izquierda, a Bolt acelerando para recibir el testigo de Ashmeade. Lo hizo y recreo en la última recta sus mejores momentos en la pista del Nido. 
Descalificado en series en Berlín y por los suelos en la final de Daegu, descalificados de nuevo en Pekín (y de ello se enteraron durante la vuelta de honor), en los Mundiales el relevo de Estados Unidos hace buena la teoría que tanto circula y que dice que fuera de sus universidades son tan individualistas y estrellas sus velocistas que no son capaces de organizar más de dos sesiones de entrenamiento para conjuntarse. La plata fue para la increíble China de Bingtian Su, el asiático más rápido de la historia, y el bronce para el Canadá de Andre de Grasse.
Para los jamaicanos, el relevo es la vida. La gran competición atlética del país, la que llena todos los años el estadio nacional, es la lucha de todas las escuelas con sus mejores equipos, su orgullo. Ganaron en hombres y en mujeres, donde el grupo liderado por la feliz Shelly Ann Fraser Price fue muy superior al estados Unidos de Allyson feliz, que al menos no fue descalificado. “Vi el jaleo que montaron esos en los 300 metros y di a gracias a Dios por no ser nosotros, pero lo que les pasó tiene un nombre: presión. Nos habían ganado en Bahamas y se habían cargado con toda la presión. Pero ya se lo dije entonces: iba a volver en Pekín y he vuelto”, dijo Bolt. “Asafa tiene razón, somos un buen equipo que nos tomamos las cosas con calma hasta que llega el gran momento. El relevo es mi prueba favorita”.

viernes, 28 de agosto de 2015

DAFNE SCHIPPERS ILUMINA LA NOCHE DE LOS PRODIGIOS

CARLOS ARRIBAS
El País.com

Era viernes, fue la noche de los prodigios en el prodigioso Nido, el mejor estadio de atletismo jamás construido por la calidad de las marcas que en él se logran: una holandesa blanca y rubia como la cerveza, de físico masivo y nombre bucólico-pastoril, Dafne Schippers (23 años), corrió los 200 m en 21,63s: solo dos negras norteamericanas de nombre que a veces al atletismo le gustaría olvidar por el pasado que representan, Florence Griffith (los imposibles 21,34s de 1988) y Marion Jones (21,62s en 1998), han corrido la distancia más rápido que ella, la ‘flying dutchwoman’. Un ruso sin alma, un cosaco llamado Serguéi Shubenkov (24 años), bajó de los 13s para ganar los 110m vallas, sr el primer blanco que gana la prueba en un Mundial y fastidiar la historia humana del plusmarquista mundial, derrotado, Aries Merritt, quien la próxima semana deberá sufrir un trasplante de riñón para curar una grave enfermedad.
Schippers, antigua heptatleta que finalmente se decidió por la velocidad pura y dura (quedó segunda en los 100m tras Shelly Ann Fraser), corrió una curva tan mala que llegó a la recta quinta de las ocho finalistas, de las que tiraba matadora la jamaicana Elaine Thompson, que lucía en el pelo la guirnalda de margaritas que su amiga Shelly Ann le había prestado. En su final extraordinario, nunca visto, imposible, la holandesa, doble campeona de Europa, necesitó los últimos 90 metros para, como una locomotora de alta velocidad arrasando la pista, superar a todas.
Si la pista hubiera medido un centímetro menos no habría llegado a tiempo para lanzar su pecho por delante del de Thompson, quien se quedó a tres centésimas del oro y a una solo del récord de Jamaica, que logró hace 24 años la aún activa Merlene Ottey. Tras cruzar la meta exhausta e incrédula por una victoria que 90 metros antes parecía imposible, Schippers vio el cronómetro detenido en 21,63s y su incredulidad se multiplicó. “No me entraba en la cabeza que hubiera logrado ese tiempo”, dijo la holandesa, cuya mejora marca hasta el momento era 22,03s. “Lo primero que pensé fue que el cronómetro se había estropeado”.
En la televisión holandesa, seguramente, no faltarían minutos y minutos de comparaciones entre lo conseguido por su atleta del siglo XXI con lo que logró en 1948 Fanny Blankers-Koen, la ‘flying housewife’ (la ama de casa voladora), quien ganando en los Juegos de Londres cuatro medallas de oro (100m, 200m, 80m vallas y el relevo) se convirtió en un ejemplo para la juventud y para todo el país en la dura posguerra de reconstrucción y reconciliación. Blankers-Koen se convirtió en un mito para todo el mundo, pero en el resto del mundo, fuera de las fronteras holandesas, quizás el viernes por la noche de luna se hablaría más de un trozo de otra leyenda oscura que Dafne borró con su marca, parte de la figura de Marita Koch.
Hasta la noche de Pekín, la walkiria blanca más rápida en la distancia, y plusmarquista europea, era Koch, la diosa del atletismo femenino anabolizado de la Alemania del Este con una marca de 21,71s conseguidos en Karl Marx-Stadt hace 36 años, el 10 de junio de 1979. Otra parte de la alemana del Este sigue aún vigente, y seguirá por los siglos de los siglos: su récord de 400m, 47,60s, batido en Camberra (Australia) hace 30 años, en 1985. Desde hace 10 años, los más eficientes de la lucha antidopaje, ninguna atleta se ha acercado a 1s de ella.
Lo de Dafne y Serguéi no fue lo único que pasó en la noche blanca (y la luna a punto de convertirse ya en círculo perfecto). Dos blancas rubias y muy caucásicas, una alemana, Cindy Releer, plata, y otra bielorrusa, Alina Talay, bronce, desalojaron a las favoritas norteamericanas negras de los dos puestos del podio tras la vencedora, la jamaicana Danielle Williams.
El mejor decatleta de la historia, Ashton Eaton, corrió los 400m, su quinta prueba del día, en 45 segundos justos, y las tres primeras de la longitud, la veterana Tianna Bartoletta (antes, cuando ganó el título en 2005 con 30 centímetros menos, se llamaba Madison), la británica de Anguilla Shara Proctor y la serbia Ivana Spanovic, pasaron de los siete metros en la final, algo que no ocurría desde el Mundial de 1987, cuando el atletismo femenino vivía otros tiempos y los sistemas de medición de la cita romana eran de geometría variable como se descubrió meses después.
Entre tanta excelencia, el atletismo español, alérgico a los prodigios, presentó la pelea casi sádica hasta caer muertos en la recta de los 400m (ambos lograron marca personal) de los decatletas Jorge Ureña (4.066 puntos en las cinco primeras pruebas) y Pau Tonnesen (4.024), la eliminación esperada de David Bustos en una semifinal de 1.500m que corrió ausente cuando la carrera se aceleró, y los n10º, 14º y 32º puestos de las marchadoras María José Poves, Raquel González y Laura García-Caro en los 20 kilómetros.

USAIN BOLT SE AFIANZA Y TAMBIÉN ES EL MEJOR EN LOS 200 METROS

CARLOS ARRIBAS
El País.com

Hablan por ahí de gente con poderes, de gente cuya sola voluntad, o sus manos o su mirada, puede convertir el agua en vino, la tormenta en calma, la materia en aire, la noche en día, las leyes de la fisiología en palabrería. A algunos les llaman predicadores y a otros engañabobos, y suelen dedicarse a oficios extraños y no muy bien vistos, secretos. Hay uno de entre ellos, sin embargo, que ni es predicador ni reverendo, pero ejerce sus poderes ante las masas que, gozosas en el estadio por miles o embobadas ante su pantalla televisiva por cientos de millones, sucumben a su poder mental, se postran y le adora. Ese uno es un atleta. Se llama Usain Bolt. Es jamaicano, tiene 29 años y el jueves en la noche de Pekín, antes de ganar, como se deseaba, como se esperaba, la final de los 200m de un Mundial por cuarta vez consecutiva, se transformó a sí mismo, luego trastornó al mundo entero, que, unánimemente, exactamente 19,56s después de las 14.55, hora española, emitió por sus gargantas secas una sola exclamación: ¡Qué barbaridad! Solo 19 centésimas de segundo después, menos tiempo del que dura un parpadeo pero una eternidad para quien perdía el tren, una mitad del mismo mundo compasivo suspiró un ‘pobrecito el americano’ que siempre pierde, dedicado a Justin Gatlin, el tigre convertido en gatito por los poderes extraordinarios del atleta sin límites; la otra mitad gritó palabras que no se pueden escribir y hablaron entusiasmados de justicia deportiva y de dopaje. El bronce fue, por dos milésimas, para el sudafricano Anaso Jobodwana (19,861s frente a los 19,863 del panameño Alonso Edward).
Como anunciando el advenimiento de un suceso único, cuando Bolt y los otros siete finalistas de la carrera entraron en la pista, el viento que nunca deja de revolver los papeles en las gradas superiores del Nido, se calmó; la temperatura aumentó hasta los 26 grados, la humedad descendió, y tras un respiro de silencio de apenas unos segundos el estadio volvió a chillar. Después todos los espectadores se quedaron serios, como serios estaba los rostros de los dos atletas que se batían en duelo, magnetizados por sus preparativos. La carrera más importante había llegado. El momento. No se reprodujo el ambiente de show festivo que rodeó el domingo la final de 100m, ni Lang Lang ni reggae ni fuegos artificiales o planos de la luna. Gatlin, batido entonces por una sola centésima, había anunciado que, en realidad la carrera en la que había depositado sus esperanzas para romper la tiranía del jamaicano era la de 200m. Y Bolt, serio toda la semana, le había respondido que se equivocaba, que el 200m, la prueba que le hizo figura mundial cuando solo tenía 15 años y era un escolar de mochila y piernas demasiado largas para su cuerpo torpe, era la carrera que a él le trascendía, la distancia, mitad curva, mitad recta, que le convertía en otra persona, que nadie, ni siquiera él, podía hablar de ella en vano. Y ese instante místico vivido por Bolt se transmitió al estadio y a sus rivales, y ahí nació la tensión que solo el ¡bang! del disparo de salida fue capaz de romper. Entonces entraron en acción los que entienden de atletismo, los exatletas convertidos en gurús, los comentaristas, los físicos y hasta los dibujantes técnicos.
El trazado de la curva de un estadio es una cosa sencilla, un compás y poco más, que los atletas en plena carrera convierten en un misterio. Tanto Bolt como Gatlin, como Mo Greene, como todo tipo de entrenadores, estaban de acuerdo: la curva decidiría la carrera. La curva, que no está peraltada como la de los velódromos, permite, al atleta que sabe dibujar bien sus apoyos sobre ella embocar la recta final con un empuje extra. La curva, pensaba, y así lo dijo, Gatlin, debe ser mía. Contaba el norteamericano con varios factores a su favor. Él partía por la calle cuatro, lo que le permitía tener a la vista a Bolt como el cazador tiene a la vista a la pieza que busca, mientras el buscado, en su papel de señuelo, no podía ver lo que ocurría a sus espaldas, debía correr como quien huía. Gatlin, además, aunque no tan rápido de reacción como Bolt (tardó 14 centésimas de segundo más en despegar sus zapatillas de los tacos) es más bajo y más explosivo, tarda menos en ponerse en acción. Y sus piernas, más cortas, deberían ser más efectivas corriendo casi de lado. Y pese a todo, terminada la curva, Gatlin pudo ver que a su derecha, dos calles más allá, el cuerpo de Bolt, enorme unos centímetros por delante, era un muro que le costaría derribar. Y aunque ya entonces todos daban por perdida la carrera para Gatlin, este se empeñó en seguir combatiendo.
Casi como en la final de los 100m Gatlin llegó casi a igualar a Bolt. En los 100m, conseguido ese objetivo, a cinco metros de la línea, se precipitó y se lanzó adelante, trastabillando. En los 200m, llegado ese momento, cuando aún la recta se extendía otros 50 metros más, Bolt, el trascendido, el transformado, el atleta nacido para correr los 200m, la carrera que ama, la distancia que le corresponde, pareció el avión que despega al final de la pista. Fue el efecto óptico que produjo el agotamiento final de Gatlin, que ya no podía más, combinado con la exuberancia y la frescura del atleta con poderes extraordinarios.
Si en los 100m no tuvo ni una centésima de respiro, en los 200m Bolt tuvo tiempo de relajarse para disfrutar de su triunfo, para golpearse el pecho. Luego, en su slang de Kingston dijo: “One Don”, que, traducido, significa, “one boss” (un jefe). Y Gatlin, convertido, dijo amén.

martes, 25 de agosto de 2015

VUELVE EL REY DAVID

CARLOS ARRIBAS
El País.com

David Rudisha, de nuevo campeón del mundo, es uno y único, pero tan grande es que en su unidad y en su unicidad es capaz de generar la ilusión de que hay muchos David Rudisha escondidos bajo una eterna posición de front runner, un cráneo privilegiado y un físico elegante e imponente de guerrero masai.
Hay un Rudisha más veloz que el viento que no necesita pensar en tácticas ni en cambios de ritmo porque su velocidad de crucero asfixia cualquier estrategia, cualquier esperanza. Es el Rudisha que alcanzó su plenitud el 9 de agosto de 2012 en Londres, en una final olímpica que nadie olvidará, aquella en la que se convirtió en el primer ser humano que bajaba de los 101 segundos en las dos vueltas de pista, los 800 metros. Hay un Rudisha que se lesionó en mayo de 2013 y que, durante su interminable recuperación de dos años atravesó el desierto de las dudas.
El invencible perdía carreras. Perdió la condición de intocable, el respeto de unos rivales que antes no se atrevían a atacarle. Ese mismo Rudisha llegó a Pekín con solo la octava mejor marca del año, rodeado de corredores jóvenes con piernas cortas de dinamita y acero. No tiene velocidad para asfixiar como antes, decían; con esa zancada tan larga no tiene cambio de ritmo para responder en los últimos 50 metros. Olvidaban de quién hablaban.
Hablaban de uno capaz de obligar a todos, desde la cabeza siempre, a correr las semifinales a un ritmo tan lento como 1m 47s y aun así lograr que el rival más temido por su sprint, el botsuano Nivel Amos, el que quedó segundo tras él en Londres bajando de 1m 42s, quedara eliminado para la final; hablaban de uno que comenzó la final más lento aún (54,15s los primeros 400m, a ritmo de paseo) escudado por su compatriota Rotich, una lentitud que pareció entontecer las entendederas de los que hablaban. Amel Tuka, el bosnio llegado del 400m, se conformaba con ir atrás, a cola, lejos de Rudisha, pensando en sus devastadores últimos 50m. Adam Kszczot, más nervioso, con un final más largo, intentó un ataque sorpresa por el interior al inicio de la curva de los 200m. Inmutable y velozmente inteligente, Rudisha cerró el hueco y aceleró la marcha, iniciando, como quien no quiere la cosa, sin necesidad de un aparatoso cambio de ritmo, su progresión implacable. Delante de él, el vacío en el que su larga zancada no encontraba obstáculos; detrás, una desbandada, un sálvese quien pueda: el polaco que resistía y el bosnio que se preparaba y que, dada la distancia que quiso recuperar en la recta, llegó tarde. Ganó Rudisha, uno, único, con 1m 45,88s. Cinco segundos más lento que en Londres. La segunda final más lenta en unos Mundiales.
A sus espaldas, los explosivos no hablaban de victoria. Sencillamente se preguntaban qué error podían haber cometido para no ganar una carrera táctica, una carrera como la que ellos querían. Y no encontraban más respuesta que una constatación: como Rudisha no hay ninguno. “Una vez que la velocidad ha vuelto a mí ya sabía que ganaría”, dijo el keniano. “No me importaba el ritmo, lento o rápido, sabía que ganaría”.
Antes de que la clausurara el rey David recuperando la corona que la lesión le impidió defender en Moscú 13, la noche ya era puramente de gozo keniano y llanto norteamericano. Cuando aún daba el sol, un empacho de himno y banderas kenianas (se entregaban las medallas a Cheruiyot, ganadora de los 10.000 la víspera, y a los tres dirigidos por Kemboi que coparon el podio de los 3.000 obstáculos). Otro keniano, un Nicholas Bett de 23 años que en todas las eliminatorias mejoraba segundo a segundo su marca personal, se imponía por la calle nueve, la que mejor conviene a su zancada, en los 400m vallas. La prueba supuso un desastre para los favoritos, los estadounidenses Michael Tinsley, quien tropezó en la valla más difícil, la de la salida de la segunda curva y terminó último, y Kerron Clement (cuarto). Bett mejoró otro segundo su marca, dejándola en 47,79s. Es el primer keniano que gana un oro en una distancia inferior a los 800m.

LA FELICIDAD DE SHELLY ANN

CARLOS ARRIBAS
El País.com

A veces se celebran misas en la catedral del Nido, que los días sin oficios los turistas chinos visitan con la boca abierta —como se abre en el Duomo o la torre Eiffel— cuando los guías les conducen al techo ligero, y ven las vistas de su Pekín cambiante. Para eso se construyó como se hizo, para asombrar a los incrédulos, para competir en capacidad de atracción con las pequeñas obras de arte que los atletas elaboran los contados días de función.
Al día siguiente de la gran concelebración con Usain Bolt, los fieles, con alma de resaca, pero con aún sed de emociones fuertes, sufrieron con Renaud Lavillenie. Su maldición, un recordatorio de que el hombre no todo lo puede. Y se divirtieron con la final de 100m femeninos, que también pareció un concurso de peluqueras locas y clientes complacientes, y con la alegría que parece infinita de Shelly Ann Fraser Pryce, la jamaicana que siempre gana y da gracias a Dios y a los estigmas que toca con éxtasis místico.
Lavillenie el mejor pertiguista del siglo, el hombre que acabó con el récord de Bubka (6,16m), el campeón olímpico de Londres, consiguió su cuarta medalla mundial, que, como las tres anteriores, tampoco fue de oro, para gran alegría de un canadiense, un novato pecoso y pelirrojo de 21 años llamado Shawn Barber, quien ganó y se pellizcaba porque no se lo podía creer. Bronce en Berlín 2009, bronce de nuevo en Daegu 2011 y plata en Moscú 2013, Lavillenie llegó a Pekín con la confianza de haber saltado más que ninguno en la temporada (6,05m frente a los 5,93m de Barber y los 5,94 del alemán Raphael Holzdeppe, su verdugo en Moscú y plata tras el canadiense) y la necesidad de triunfar en el llamado último desafío. Comenzó a saltar en 5,80m, altura que superó a la primera. Después tropezó tres veces con 5,90m: superaba el listón con claridad pero caía a plomo sobre él en el descenso ante la desesperación de su entrenador, Philippe d’Encausse, colorado de cara como un tomate en la tribuna.
Barber, canadiense de Toronto nacido por accidente en el Nuevo México de Walter White y saltarín por la Universidad de Akron, en el Ohio de Jack Nicklaus, es osado y laborioso, y brillante. Esta temporada, en la que ha mejorado en 18 centímetros su mejor marca, la ha trabajado como un estajanovista, participando en nada menos que en 27 concursos antes de llegar a Pekín. Es un ganador nato que ha sido campeón de la NCAA en pista cubierta y al aire libre este año, y también de los Juegos Panamericanos, donde no se perdió ni un salto de los fijados por el comité técnico: comenzó en 5,60m, siguió con 5,65m, 5,80m, 5,90m y 6,00m. Todos los superó a la primera, salvo el último, altura con la que no pudo.
En los 100m femeninos, frente a la diminuta Fraser Pryce y sus rastas verde selva y su flequillo de margaritas amarillas, y sus piernas increíblemente veloces, se quiso fuerte la holandesa Daphne Schippers, quien, con el físico fuerte y el acné de las walkirias de la Alemania del este devastadoras hace 30 años, intentó alcanzar a la jamaicana como el galgo a la liebre, pero sin tanta gracia. Ayudadas por la gran calidad de la pista del Nido, ambas hicieron grandes marcas: 10,76s (-0,4 m/s) la jamaicana, que logró así su tercer Mundial en 100m (la primera mujer que lo consigue: estaba empatada a dos con la desgraciada Marion Jones) para sumar a sus dos oros olímpicos en la distancia y para poder seguir dando gracias a Dios, que todo lo puede.
En las tripas oscuras del estadio, en las catacumbas que los turistas no visitan porque los camiones de la basura que por allí circulan les atufarían y ensordecerían con su estrépito hediondo, está también la zona mixta, donde se quiere hacer hablar a los campeones derrotados. Por allí pasa por la mañana, cuando el sol aún deslumbra y quema y la humedad empieza a crecer Naroa Agirre echando fuego por los ojos. Es la manera de expresar la rabia que siente contra ella misma, contra su incapacidad de dominar a sus años (36) el gen Tauro que la desborda.
Después de pelearse con un juez por un segundero mal puesto ha sido incapaz de clavar la pértiga con el listón a 4,55m, la altura que la habría clasificado. A su paso solo vale la mudez. ¿Qué se le puede preguntar que no sea inútil? Unos metros más allá, en el mismo túnel curvo, un soldado en posición de firmes sobre una pequeña tarima monta guardia día y noche ante la puerta del control antidopaje. De allí sale, solo, a media noche cumplida, Lavillenie. Le esperan, silenciosos, miembros de su equipo. Nadie habla. Es la soledad y la tristeza del campeón derrotado. ¿Qué se le puede decir que no sea una estupidez? ¿hablarle, quizás, de la caída de la Bolsa de Shanghái?

BOLT SIGUE SIENDO EL REY

El País.com

El Nido rugía su nombre en rítmico coro, ¡Usain Bolt! ¡Usain Bolt! Y el respondía, como siempre, haciendo el payaso, con su mímica infantil, sus sonrisas exageradas. Dos horas antes, en las semifinales, había sufrido para conseguir llegar allí, a la calle quinta de la final del Mundial, y se dudaba tanto de su capacidad para hacer frente al tornado Justin Gatlin, el de la salida más rápida del otro lado del Misisipi, que hasta parecía que había llegado su momento, Usain Bolt, el increíble mister Bolt, había decidido caer con estilo. Y hasta apareció Lang Lang, el pianista más rápido del mundo, y en un teclado instalado en el césped tocó unos arpegios velocísimos durante exactamente 9,58s, el récord del mundo de los 100m, la gran obra de arte de Bolt. Y tal era el ambiente que hay quien pensó que esa música no era un homenaje, sino el epitafio a un campeón. Y por las pantallas gigantes de millones de LED del estadio se transmitieron en directo imágenes de la luna creciente, de su cara visible. Y viéndolas, alguien dijo que también podría ser la cara oculta de la luna, pues con Bolt todo era posible, y recordó las palabras de Mo Greene, uno que ha sido campeón olímpico y mundial de los 100m, y también récordman: “Que nadie dé por muerto nunca a Bolt pues él ha estado en lugares en los que ningún ser humano ha estado antes, y solo él sabe lo que es estar en esos territorios”. Y también los técnicos recordaron que en la semifinal que parecía sentenciarlo había en realidad hec,ho una carrera prodigiosa, pues había tropezado en el quinto apoyo tras la salida y trastabillando y todo había sido capaz de remontar y vencer.
Y entonces, la luz del Nido, artificial en la noche pequinesa de temperatura primaveral, sin sudores, pareció cambiar. Gatlin que corría dos calles más allá, se acercó a Bolt y chocó los nudillos de su mano amistoso con el jamaicano. Y él respondió. Sonó la música de Carros de Fuego épica y entonces comenzó la carrera que debía acabar con todas las carreras, con todos los adjetivos, con Usain Bolt, invicto en una gran final desde hace siete años, desde su oro olímpico conseguido justamente en el Nido de Pekín, donde despierta adoración desde entonces. Comenzó la carrera que se convirtió en una de las más apasionantes. No fue Bolt contra el tiempo, no fue Bolt contra lo imposible, contra la nada, como en otras grandes ocasiones en las que hacía falta mirar el cronómetro para abrir la boca alucinado y gritar ¡guau!. El domingo, en Pekín de nuevo, fue Bolt contra otro atleta, contra otra máquina perfecta de músculos y corazón. Y fue un duelo que solo se resolvió en los últimos metros, allí donde el gigante jamaicano reina omnipotente como dios.
Bolt hizo una de las mejores salidas de su vida. Tan buena que Gatlin, la bala, solo fue capaz de sacarle unos centímetros de ventaja en los primeros 20 metros, la fase en la que esperaba sacarle un metro. Pero Gatlin, de zancada corta y velocísima, también sabe progresar en velocidad y mantenerla. Dos calles a su izquierda, Bolt desencadenado podía ver con el rabillo que el norteamericano no cedía, que resistía, que resistía. Y fue una lucha más de voluntades que de fuerza la que se entabló, la que ganó el más fuerte, el hombre que lo ha ganado todo. A falta de cinco metros, de apenas dos zancadas, Gatlin ya no pudo más. La voluntad cedió y las piernas se le doblaron. Trastabilló y perdió velocidad. Y Bolt pudo al fin apoyar la planta de su pie por 41ª y definitiva vez y cruzar el primero la línea y responder con su rugido a los feroces alaridos delirantes y felices del estadio. El cronómetro se paró en 9,79s (viento en contra de 0,5 m/s), la mejor marca personal del año para el jamaicano, que superó por una centésima (la ventaja más corta de todas sus grandes victorias) al durísimo Gatlin, cuyos 9,80s son solo su sexta mejor marca del año, inferior en tres centésimas a la de la semifinal en la que pareció haber acabado con todos.
Así ganó Bolt su tercer oro en los 100m (los ha ganado todos desde Berlín 2009 salvo el de Daegu 2011, donde cometió una salida falsa), que sumados a sus tres en 200m le permiten igualar con seis a Serguéi Bubka, hasta ahora líder solitario de un ránking que puede cambiar el jueves si, como espera, Bolt vuelve a derrotar a Gatlin en la final de revancha, la de los 200m.
Terminada la carrera no terminó el show. Mientras Bolt felicísimo daba vueltas y vueltas a la pista con su bandera y con su pose habitual, Lang Lang volvió al teclado para interpretar, más pausado la melodía de la victoria. Y sonaba tan melancólica que la imagen que mejor la acompañó fue la del atleta que había perdido, la de Gatlin, tan grande en la derrota como en la pelea por la victoria, llorando desconsolado en el hombro de su madre la huida de su sueño redención definitiva: volver a ganar un Mundial 10 años después del primero y tras regresar de cuatro años de sanción. Sin Bolt reinando habría sido una tarea titánica; con Bolt, el que siempre corre más cuando más hay que correr, una aspiración imposible.

jueves, 20 de agosto de 2015

RÉCORDS EN PELIGRO

ENRIQUE MELLADO
MARCA.com

Como en todo Mundial de atletismo, el foco estará puesto especialmente en los velocistas, aunque todo apunta ahora mismo a que en las distancias cortas será más complicado que se pueda batir récords, si acaso Shelly-Ann Fraser sí está en condiciones de asaltar el 100 y 200 femenino. En estos momentos, la prueba que más atractivo genera en cuanto a las posibilidades de bajar marca es el 1.500, tanto masculino como femenino.
Hace años que la extraordinaria marca de Hicham El Guerrouj (3:26.00), conseguida en Roma en 1998, perdura en los libros de historia del atletismo, pero por primera vez desde Bernard Lagat da la impresión de que alguien la pueda rebajar. A veces parece que en la media y larga distancia los récords sean más fáciles de romper, pero en este caso el marroquí estableció unos registros muy difíciles de superar.
Hace años que Asbel Kiprop domina esta distancia, especialmente desde su triunfo en los Juegos de Pekín de 2008, donde su marca fue de 3:33:11. El Mundial de Moscú en 2013 le consagró definitivamente.
Aunque también probó el 800, sin duda le tomó la medida al 1.500, pese a que su actuación en la final de Londres 2012 defraudó merced a su última posición. Ya en 2013, comenzó el año de la redención, como él lo denominó, y sus tiempos volvieron a demostrar que se trata de un atleta fuera de serie. Su última demostración fue en Mónaco, hace apenas un mes, durante la Liga de Diamante. Allí Asbel consiguió acercar el crono al récord absoluto de Hicham El Guerrouj gracias a su 3:26:69, mejor marca en años. "Me emociona saber que he sido capaz de correr en 3:26. Hice el 800 en 1:50 y el último mil en 2:18", decía al término de la prueba.
A quien no sorprendió, sin embargo, fue al plusmarquista español en esa misma distancia, Fermín Cacho: "Hacía mucho tiempo que no se corría por debajo de 3:27. Pero no me sorprende porque el atletismo evoluciona y los récords están ahí para batirlos". Eso sí, que pueda con la marca de Hicham, en Pekín depende de la evolución de la propia carrera: "No es fácil batir el récord en un Campeonato del Mundo porque lo que uno quiere es el conseguir triunfo, y si corres a ese ritmo al final te puede pasar factura y ni siquiera alcanzas las medallas".
El soriano, además, explica: "Si alguien sale los primeros 800 o 1.000 tirando muy fuerte, cosa que no es fácil que suceda, ahí es cuando se puede conseguir el récord". A este respecto, el propio Kiprop también se ha pronunciado: "Ahora sólo puedo decir que una carrera rápida es lo ideal para mí; si es lenta necesito estar preparado".
Cacho, medalla de oro en los Juegos de Barcelona 92 y cuya mejor marca es 3:28:95; analiza los estilos de uno y otro: "El Guerrouj era de salir fuerte, buscaba una carrera rápida y en los últimos 400 marcaba un ritmo de que le siguiese quien pudiese. Kiprop es un poco diferente, pero al final es él quien tiene que tirar para ir rápido".

Tirunesh Dibaba
La etíope Dibaba también en 1.500 metros, logró lo que el keniano estuvo a punto de conseguir, precisamente en la mismo certamen y podría repetir en Pekín. Tirunesh batió un récord del mundo que llevaba casi 25 años en las listas, y que poseía la china Yunxia Qu, sospechosa por dopaje. Cacho comentó sobre este récord: "Dibaba hizo muy buena carrera, está fuerte. El atletismo y el deporte femenino avanzará más porque creo que la mujer aún no está al cien por cien incorporada a la alta competición. Hay mucho más margen de mejora y por eso lo de Dibaba no me sorprendió. Veremos en los próximos años aunque luego se frenará un poco".

PREVIA DEL CAMPEONATO DEL MUNDO DE PEKÍN 2015

Óscar Fernández Villar.

El universo atlético centra su atención en el próximo Campeonato del Mundo, que se celebra en Pekín (China) del 22 al 30 de agosto. Esta edición cuenta con algunas novedades con respecto a los años anteriores. La primera es el sistema de clasificación. Se eliminaron las mínimas A y B, se estableció una única mínima y luego se repescó hasta completar una cuota por prueba. El sistema tiene la ventaja para la IAAF de que sabe con toda seguridad el número de atletas clasificados, pero tiene el inconveniente de que es imposible predecir dónde estará el corte para clasificarse. Las otras novedades son de menor trascendencia. Una es la incorporación de dos pruebas de veteranos (800 en categoría masculina y el 400 en categoría femenina) y la creación de un nuevo premio por parte de la IAAF. Se denomina Golden Shoe y se dará por medio de una votación popular a las mejores marcas de cada día.
El campeonato puede estar marcado por los niveles de contaminación y las altas temperaturas que pueden afectar, en mayor medida, a los fondistas.
Al igual que las ediciones anteriores, el campeonato cuenta con innumerables bajas. El deporte de élite lleva a exigencias máximas y eso lleva a numerosas lesiones. Francia ha sido el país que más se ha visto afectado: Mekhissi-Benabbad, Valentin Lavillenie, Tamgho, Soumaré, Belocian, Lesueur, Diniz, Djimou, Soumaré, Mayer y Meftah son un buen ejemplo de lo comentado. Tiene en casa casi mejor equipo que el que acudirá a Pekín. Pero ningún país se ha visto libre de lesionados. Los británicos perdieron a Gemili, los alemanes a Robert Harting, los suecos están sin Sanna Kallur y los italianos no contarán con Trost, Schemberi, Donato y Straneo. Los rusos perdieron a todos los marchadores del grupo de Chegin debido a sus 31 positivos y tienen alguna baja de última hora, como la de la campeona olímpica Antyukh, sin opciones a llegar en forma. Algo parecido que Valerie Adams, vigente campeona en peso. España también se ha visto afectada por las bajas y finalmente Diana Martín y Eusebio Cáceres no acudirán a Pekín.
Había varias incógnitas que se han ido despejando en los días previos. Una afectaba a Genzebe Dibaba, que dudaba si correr 5000 o doblar (1500/ 5000). Después de su récord del mundo de 1500, confirmó que doblaría. En la misma tesitura estaba Allyson Felix. La norteamericana dudaba si doblar 200/400, pero finalmente ha optado solo por participar en la vuelta a la pista y los relevos.
Una de las características de todos los campeonatos del mundo es que suelen darse muchas sorpresas y muchas pruebas suelen tener pronóstico incierto. En este, las incertidumbres se acrecentan al tener bajas en pruebas que eran dominadas por atletas de manera clara. Harting y Adams son dos claros ejemplos.
Buena parte de los protagonistas en los Juegos Olímpicos de Londres volverán a tener un papel estelar, pero la perspectiva es muy distinta. Bolt y Rudisha partían de favoritos en 2012 y ahora no sería ninguna que no ganaran. El triple salto se presenta como una de las pruebas estrellas. Los duelos entre Pichardo y Taylor están siendo lo mejor de la temporada y de su enfrentamiento puede surgir cualquier cosa.
Estados Unidos es el país con más participantes. En hombres lleva a 83 atletas (casi el 8 % del total) y en mujeres son 75 (8,4 %). El anfitrión, China, es el segundo en ambos sexos (37 hombres y 46 mujeres). Los terceros en hombres son Alemania y Japón, con 36. El tercer país en mujeres es Rusi,a con 43. España lleva a 41 atletas en total, casi el doble de hombres que de mujeres. Llama la atención que Cuba presente más atletas en maratón que en triple salto, donde solo cuentan con Pichardo. Rusia no lleva a ninguna lanzadora de martillo, ni de peso ni ninguna velocista (100, 200). Y solo un atleta en marcha. Con este panórama, lo lógico es que se quede en un par de oros y sobre 10 metales, casi la mitad de lo que consiguieron en Moscú 2013, donde lideró el medallero.
España obtuvo dos medallas en Moscú con Miguel Ángel López y Ruth Beitia, que vuelven a ser las mejores bazas del equipo nacional. Así lo declaró el propio Ramón Cid, director técnico de la Real Federación Española de Atletismo. El murciano contará con los chinos y los italianos como principales rivales. Los tres marchadores japoneses también son de altísimo nivel: Suzuki batió el récord del mundo este invierno y Fujisawa y Takahashi son dos marchadores que deberían estar luchando por los metales. Europa baja enteros con las bajas de los marchadores rusos y Diniz. El ucraniano Dymitrenko lleva muy mal año, pero se puede esperar cualquier cosa de él. Brid-Smith demostró en Cantones que puede estar con los de arriba.
Las principales rivales de Beitia son Chicherova, que acaba de superar los 2 metros en el Campeonato de Rusia, y Kuchina, que está muy irregular. En Tallin (Estonia) se quedó en la primera altura. Licwinko y Vlasic son las otras dos candidatas a luchar por el podio. La croata parece recuperada de la lesión en el tendón que la apartó de los últimos mítines de la Diamond League. Pooley lleva una buena progresión y podría ser la tapada de la final.
HOMBRES
El Campeonato del Mundo contará con duelos estelares. Sobresale por todo lo que se lleva hablado de ellos el Gatlin vs. Bolt. Sus temporadas son totalmente opuestas: el primero está intratable y con referencias de que llega todavía mejor, y el jamaicano llega después de dos años malos y un rayo de esperanza en la Diamond League de Londres. A la vista de su temporada, tendría problemas para llegar segundo, pero hay que confiar en su fiabilidad en las grandes citas. Otras opciones a medalla: Gay, Brommell, Rodgers, Powell y Vicaut. Será interesante ver al chino Su Bintiang, primer atleta nacido en Asia que ha bajado de 10 segundos.
Después del 100 llegará el 200, y ahí podemos tener sorpresas. En función del resultado del 100, alguno puede abandonar. Los norteamericanos llegan con Young como mejor hombre después de Gatlin. El mejor jamaicano del año es Dwyer, pero quedó quinto en los trials jamaicanos. Entró en la lista por su buena actuación en los Juegos Panamericanos. Andre de Grasse lleva 47 carreras en sus piernas este año: es el peaje que tienen que pagar los atletas de la NCAA. Alonso Edward, Hughes –compañero de entrenamiento de Bolt– y los otros jamaicanos serán los grandes protagonistas.
En el 400, Kirani James llevaba una temporada triunfal sin rivales hasta la irrupción de Van Niekerk en París (Francia). Llama la atención el bajón de EE. UU. en esta disciplina. En el 800, Amos parecía tener tomada la medida a Rudisha, pero apareció el bosnio Tuka en Mónaco para colarse entre los candidatos. El 1500 parece territorio Kiprop y el argelino Makhloufi, Souleiman y Centrowitz son los otros candidatos a medalla.
En el 5.000 y 10.000 será Farah contra Kenia y Etiopía. Ndiku, la mejor baza keniana, se cayó en el único enfrentamiento directo contra el británico. Soi es impredecible en el final, pero ya sabe lo que es derrotar a Farah. Los etíopes Kejelcha y Gebrhiwet son tremenadamente rápidos. El mejor keniano en 10000 es Kamworor, pero no tiene un buen final. Merga y Edris están acostumbrados a llegar siempre juntos, y a ellos se sumará Farah. El maratón es una de las pruebas del campeonato con un triple enfrentamiento: Kenia-Etíopa-Kiprotich (Uganda). Kenia llega con Kimetto y Kipsang, que dejarán de ganar mucho dinero por representar a su país. Etiopía cuenta con Berhanu, invicto en la distancia, y Lelisa, su mejor hombre en la actualidad.
Los 3000 metros obstáculos son cosa de los kenianos y Jager. Birech es el que mejor temporada lleva, Kemboi nunca falla y Kirpruto va a más.
En 110 metros vallas, Omar McLeod llega como líder mundial, pero con problemas físicos a mitad de temporada. Es un atleta de la NCAA, por lo que estará muy cargado. Oliver es el favorito. Sus rivales son sus compatriotas y los europeos Martinot-Lagarde y Shubenkov. El 400 m. v. está abierto. Batman siempre está ahí: venció en los USA Trials por delante de Dutch. Tinsley no causó gran impresión en esa prueba. El keniano Bett fue la sorpresa, por su mejor marca la consiguió en el Campeonato de Kenia.
En salto de altura, el duelo del año pasado fue Barshim vs. Bondarenko, pero el ucraniano no está al mismo nivel del año pasado y Barshim está muy irregular. Este año contamos con el siempre fiable Drouin. Tamberi está en el mejor estado de su vida y destaca también el chino Zhang. La duda es saber si aguantará la forma después de una temporada muy larga.
En pértiga hay seis atletas por encima de 5.90. Lavillenie sigue siendo el favorito, pero si se descuida se puede quedar hasta sin medalla. Holzdeppe ha vuelto a ser el que era. Barber, Da Silva, Filippidis y Lisek completan el club. 
El salto de longitud tiene color norteamericano. Jeff Henderson y Marquis Dendy llevan una temporada inmejorable. La duda es saber si Dendy aguantará toda le temporada a ese nivel. Rutherford parece que va a más ,y suele ser regular. Menkov estuvo lesionado en 2014 y parece que regresa a su nivel. Visser y Samaai son impredecibles.
El triple salto es otro de los platos fuertes con el duelo entre Pichardo y Taylor. EE. UU. presenta un potente equipo. Todos ellos son gators de Florida. Craddock fue el campeón norteamericano y es un atleta muy a tener en cuenta. Évora lucha por regresar a su nivel después de las operaciones.
Kovacs parte como favorito en peso, sobre todo por la lesión del alemán Storl, que llega mermado. Cantwell fue el segundo en los USA Trials. Walsh lleva una gran temporada.
La lesión de Harting deja el disco huérfano. Malachowski es el favorito. Milanov llega en el mejor momento de su vida y Urbanek también está regular. Kovago también llega en buena forma.
La jabalina está abierta. Los finlandeses y los checos seguro que estarán ahí. Ruuskanen ha demostrado que es un enorme competidor y que va a más. Pitkamaki está regular. La mejor opción checa es Vesely, que también está rindiendo a gran nivel. Röhler acaba de batir su marca personal en Kourtane (Finlandia). Yego podría dar la primera medalla para Kenia en esta disciplina. Y Walcott no llega bien.
El decatlón parece que tendrá color norteamericano. Eaton y Hardee son los principales favoritos para ganar el oro. A ellos se suma el canadiense Warner. La principal oposición pueden ser los alemanes.
Los 50 km marcha son una prueba abierta. Los rusos llevan a Yargunkin, que no es del grupo de Chegin. Hefferman, vigente campeón, está teniendo problemas con la técnica, mismo caso que Barrondo. Tallent parece el favorito, pero hay que tener en cuenta a los tres japoneses, a los chinos y a Toth.
MUJERES
Fraser-Pryce ha sido la gran dominadora de los 100 en los últimos años y todo hace presagiar que lo seguirá siendo. Sus principales rivales son Schippers, Bowie, Okagbare, Gardner y Ahoure. El 200 queda más huérfano, ya que la jamaicana no participará. Schippers tiene más opciones en el doble hectómetro. Pradini fue la mejor en sus campeonatos nacionales por delante de McGrone. Ambas pueden estar en medallas. Campbell-Brown lleva una temporada ha está siendo una montaña rusa. Será interesante ver a la joven Thompson.
En el 400, Felix es la favorita. Dejó fuera a McCorory al elegir esta prueba. Sus grandes rivales las tiene en casa, sobre todo Hastings. También tendrá que estar atenta a la bahameña Miller. En 800 destaca la presencia de Sum, que parte como favorita. Montaño se encontró con la victoria en el Campeonato de EE. UU. un año después de dar a luz, pero llega con algún problema físico. Ludlow acaba de correr en 1.57.2 entrenando (estaba fuera del equipo, pero entró por Wilson). La relevación de Sopot (Polonia) fue la suiza Buchel, que lleva una temporada sobresaliente. Bishop derrotó a Montaño y Almanza en Toronto 2015. Lamote y Kohlmann son otras dos buenas opciones europeas. El 1500 es territorio Genzebe Dibaba, que luchará contra Simpson, Rowbury y Seyaum. Kipyegon y Hassan están en gran forma, pero tres pasos por detrás de la pequeña de las Dibaba. Y Aregawi lleva un verano con molestias: acaba de bajar de Etiopía donde estuvo entrenando.
El 5000 parece que será etíope, con Ayana y Dibaba. La mejor opción keniana parece Cherono, la eterna rival de Genzebe Dibaba. En 10.000 tendremos el duelo Etiopía-Kenia. Cheruiyot regresa a una gran competición después y parece que está en buena condición. Las norteamericanas de adopción Saina y Kipyego son las otras dos opciones de Kenia. Las tres etíopes están a un nivel muy parecido, por lo que todo hace pensar que se decidirá todo en el último kilómetro. En maratón se repite la historia con el duelo Etiopía-Kenia. Edna Kiplagat parte como una de las favoritas por su historial; Tufa viene de su sorprendente victoria en Londres; y Mare Dibaba lleva unas temporadas extraordinarias. La anteriormente atleta azerbaiyana es la última vencedora en Chicago. Eunice Kirwa podría romper la hegemonía de los dos grandes países de la especialidad: aunque es keniana de nacimiento, defiende a Baréin.
En los 3000 obstáculos volveremos a ver un duelo Etiopía-Kenia, pero la favorita es la subcampeona olímpica, la tunecina Ghribi. No suele competir mucho a lo largo del año, pero sus actuaciones suelen ser excelentes. Nyambura ha estado trabajando su penosa técnica; Kiyeng fue la vencedora en los trials de su país; Ayalew es la gran opción etíope; y Coburn es técnicamente perfecta, lo que la puede hacer temible si llega con ellas a los metros finales.
Las vallas es cuestion de las norteamericanas: las cuatro que van por EE.UU. y las dos briánicas que también nacieron allí. Harper-Nelson fue la mejor en los USA Trials; Rollins empezó suave, pero va a más; y Nelvis es la que llega con mejor marca; pero está más irregular: fue tercera en los trials, detrás de Keni Harrison. La británica Porter y su hermana Oficili parecen las únicas capaces de hacerles frente. Hejnova renació esta temporada y se presenta como una de las candidatas a medalla en los 400 m. v. Shamier Little es el futuro de la especialidad: desde muy joven lleva destacando y este año ha hecho triplete al vencer en la NCAA, el Campeonato de EE. UU. y los Juegos Panamericanos de 2015. Se le puede hacer larga la temporada. Petersen lleva cuatro récords nacionales este año y es la revelación del año. Tate y Carter fueron segunda y tercera en el Campeonato de EE. UU. Spencer no está al nivel de antaño, pero es una atleta competitiva.
En salto con pértiga, Silva lleva un año excepcional. Con su agarre a 4,10 es capaz de superar a todas. A Murer y Suhr las derrotó en Toronto. A ellas se suman Kyriakopoulou y Sidorova en la lucha por las medallas. Se presume una final igualada en la que un nulo en las alturas más bajas puede dejar a una atleta fuera del podio.
Reese es la dominadora de la longitud en los últimos años, pero este año está siendo dominada por Bartoletta, que regresó, de manera más constante, el año pasado a la longitud. Las norteamericanas llevan a cuatro saltadoras, la tecera es DeLoach. La mayor amenaza puede venir del norte, con la canadiense Nettey, que se esá hartando a batir su marca personal y que ya realizó un gran invierno. Proctor también batió el récord nacional este año. Spanovic y Klishina también deberían estar en la lucha por las medallas.
El triple salto está siendo dominado por Ibargüen, pero tendrá que estar a su mejor nivel si no quiere ser superada por Koneva, que también está en forma. Rypakova no ha vuelto a su nivel después de la maternidad. Petrova es la más regular del año, después de las dos grandes dominadoras. Y Saladukha siempre rinde al máximo nivel: el año pasado lo hizo después de estar muy mal a nivel personal, incluso temiendo por su vida y la de su familia. Knazyeva también debería estar entre las mejores.
En el lanzamiento de peso el duelo está servido entre Schwanitz y Gong. Ambas proceden de una escuela técnica similar. Carter, hija de otro gran lanzador, también ha superado los 20 m este año. Borel está en una segunda juventud y viene de vencer en los Panamericanos. Marton también podría estar luchando por esa tercera posición.
El lanzamiento de disco parece cosa de tres: Perkovic, Caballero y Pérez. La croata parte con ventaja sobre las dos cubanas. Samuels y las tres alemanas son las otras candidatas a las medallas.
Wlodarcyk no parece tener límites ni rivales en el lanzamiento de martillo. Heidler, su eterna oponente, está a años luz está temporada. El resto parece abierto: Tavernier, Hrasnova, Wang y Zalina Margheieva, que regresó de su sanción hace 15 días. La china Zhang está lejos de su mejor forma.
La jabalina parece abierta. Entre 66.40 y 66.62 hay cuatro atletas. Spotakova empezó la temporada con muchos cambios y eso le afectó al rendimiento, pero su nivel ha ido a más. Viljoen es otra clásica de las medallas y debería estar arriba nuevamente. Mickle y las tres alemanas también pueden estar luchando por estar en el podio. Se estrena Rebryk con Rusia.
El heptatlón es otra prueba sin una clara favorita. Theisen-Eaton dominó Gotzis (Austria). Ennis-Hill va cogiendo la forma poco a poco, pero no está al nivel de antes de tener a su hijo. Johnson-Thompson es todo calidad y debería estar luchando por lo más alto si está recuperada de las dos lesiones que ha tenido esta temporada. Schafer y las tres neerlandesas pueden estar en puestos privilegiados.
Las atletas chinas, ausentes las rusas, son las claras favoritas en marcha. Liu batió el récord del mundo en La Coruña, pero su propio entrenador (Damilano) me reconocía que tenía miedo de que no llegara bien a Pekín. Drahotova es joven, pero ambiciosa: siempre compite de manera valiente y con excelentes resultados. Giorgi fue segunda en la Copa de Europa de Marcha de este año, celebrada en Murcia. Allí también brilló, además de Drahotova, su compatriota Rigaudo. La alentejana de nacimiento, y algarviana de acogida, Cabecinha es, junto con Évora en triple salto, la opción más destacada de Portugal para conseguir medalla.