JORDÁN SANTOS
http://www.martiperarnau.com/
Recientemente cayó en mis manos, a través del periodista Carlos Arribas, un documento que me obligó a abrir la ventana de mi oficina en Ciudad del Cabo: los datos hematológicos de la palentina Marta Domínguez, por los cuales se enfrenta a una posible sanción por parte de la IAAF (aunque la Federación Española de Atletismo la haya absuelto de toda culpa).
Así que con una pinza en la nariz, aquí va un desglose de lo
que pueden significar los valores de los distintos parámetros. ¿Se dopó
realmente Marta? (Atención, spoiler: sí).
Antes de explicar punto por punto las posibles razones que
han llevado a las autoridades deportivas a querer sancionar a la atleta, un
breve resumen de los parámetros más usados por el Pasaporte Biológico (hablaré
solo de los datos que tenemos, el hematológico; hay otros que no trato aquí,
esteroideo y endocrino verbigracia):
Para seguir la evolución de los valores hematológicos de una
atleta, la Agencia Mundial Antidopaje usa básicamente dos índices. Hay más,
pero no plenamente aprobados aún y que no tendrían capacidad para implicar una
sanción.
Uno de ellos es el llamado OFF-Score, que tiene en cuenta
cambios en la concentración de hemoglobina y el porcentaje de reticulocitos, y
el otro es el ABPS (del inglés abnormal blood profile score o puntuación de
perfil hematólogico anormal), que es mucho más completo, ya que tiene en cuenta
el hematocrito, la hemoglobina, conteo de glóbulos rojos, porcentaje de
reticulocitos, volumen corpuscular medio (MCV), hemoglobina corpuscular media
(MCH) y concentración de hemoglobina corpuscular media (MCHC). Ojo: no todos
los valores hematológicos sanguíneos sirven para sancionar. Muchos
sencillamente son usados como evidencia adicional por los expertos para decidir
si una variación cantosa del OFF-Score, por ejemplo, es resultado de dopaje u
otra causa (se me ocurre hemolisis, por ejemplo).
La Agencia Mundial Antidopaje se vale entonces de un modelo
matemático conocido como teorema de Bayes para establecer qué variaciones en
los distintos parámetros pueden ser indicadoras de dopaje y cuáles no. Entramos
ya en el terreno de las probabilidades (pantanoso y donde temo que los abogados
de Marta Domínguez traten de desacreditar el método). El nivel de especificidad
para el Pasaporte Biológico tal y como está planteado hoy en día fija el límite
al 99 %, con umbrales inviduales entre los percentiles 0,5 y 99,5 de las
distribuciones esperadas para un atleta limpio. Así que cualquier valor por debajo
de ese percentil 0,5 o por encima del 99,5 sería considerado anormal (que no
dopaje) y exigiría más investigación por expertos para que estudien el caso de
forma individual. Este estándar de sensibilidad implica que solo habría un
falso positivo cada 1000 análisis (por lo que el riesgo de un falso positivo es
ridículamente bajo), pero que por desgracia también implica muchos falsos
negativos (puerta abierta para jugar con dosis, plazos y demás).
Personalmente aumentaría la sensibilidad a 1 de cada 100,
porque aunque haya más falsos positivos, siempre podrían descartarse con
subsecuentes análisis de otros parámetros por un panel de expertos y, a cambio,
se escaparían muchos menos tramposos.
De Marta Domínguez tenemos los datos del OFF-Score (última
columna de sus datos), así que nos centramos en él. La fórmula clásica para
calcular este parámetro es sencilla:
OFF-Score = (Hemoglobina (g/dL) x 10) – (60 X √%
reticulocitos)
Esta fórmula (algo controvertida, todo hay que decirlo) nos
viene a decir que aquellos OFF-Score por debajo de 80 o por encima de 110 son
sospechosos.
Eso sí, esto no es ley universal, ya que los parámetros del
perfil hematológico deben ajustarse en función de diferentes factores como por
ejemplo:
Sexo (factor fijo)
Raza (factor fijo)
Edad (factor fijo)
Altitud (factor
variable)
Tipo de deporte
(factor fijo)
Instrumental de
análisis (factor variable)
Esto implica que Marta, siendo mujer de raza blanca, atleta
de fondo, en la treintena, etc., tendrá unos valores de referencia no
necesariamente iguales a los que tendría un velocista jamaicano de 19 años, por
por poner un ejemplo (para avisar que los valores mínimo de 80 y máximo de 110
que he citado antes no son más que una referencia).
En fin, una vez explicado todo esto, vamos a ver qué tiene
Marta en su pasaporte.
En la lista de sus datos hematológicos aparecen varias
fechas marcadas especialmente en rojo con aquellos parámetros que hicieron
saltar las alarmas.
Vemos que el 5 de agosto de 2009 tenía una hemoglobina (Hg)
de 15,7 g/dL y un porcentaje de reticulocitos de 1.19 %. Milagrosamente, tan
solo una semana más tarde la Hg caía ligeramente a 14,40 g/dL y el porcentaje
de reticulocitos sufría un retroceso que ni el IBEX, hasta 0.42 %. Primer
strike.
Esa hemoglobina de 15.7 g/L que aparece marcada en rojo ya
se pasa en primer lugar del percentil 99,5 al que aludía anteriormente sobre la
sensibilidad del pasaporte. Digamos que es un valor anormalmente alto para
ella. Pero vamos a ver los OFF-Score en esas fechas… Pasa de 91,55 a 105,12 en
ocho días, suspicious.
Hay dos posibles hipótesis para explicar estos valores (tres
si somos personas creyentes y con fe en lo sobrenatural). La hipótesis primera
sería una posible transfusión sanguínea en ese lapso de tiempo que va del 5 al
13 de agosto. La segunda, tal y como apuntaba el triatleta y médico Clemente
Alonso, un ciclo de EPO que acabaría a principios de agosto con el objetivo de
llegar limpia por dentro a la competición clave que se disputó en esas fechas,
el Mundial de Berlín, donde Marta Domínguez se hizo con la medalla de oro en la
prueba de 3000 obstáculos. Ambas hipótesis tienen puntos a favor y puntos en
contra, por lo que no es tan fácil decantarse por ninguna.
La hipótesis de la transfusión explicaría el desplome del
porcentaje de reticulocitos (de 1.19 % a 0.42 %), lo que haría subir el
OFF-Score de 91 a 105 en un periodo de ocho días. Esto se debería a que todos
los glóbulos rojos maduros que se inyectan en una transfusión hacen que el
cuerpo ralentice la eritropoyesis (la creación de nuevos glóbulos rojos), por
lo que el número de reticulocitos (glóbulos rojos jóvenes) caería
dramáticamente (que es precisamente lo que ocurre en esa semana de agosto de
2009). Sin embargo, una transfusión también sueleimplicar en general una subida
en los valores de hemoglobina, cosa que no se da en este caso (podría quizá
explicarse por el uso de algún expansor de plasma para amortiguar la subida de
los valores hematológicos como, por ejemplo, el hidroxietil almidón o HES,
aunque sería entrar ya en terreno de la especulación. Quizá os suene esta
sustancia: con ella cazaron a Ezequiel Mosquera en la Vuelta a España de 2010.
La segunda alternativa (uso de EPO hasta principios de
agosto y parar la semana antes de la competición) explicaría por una parte los
buenos valores de hemoglobina del 5 de agosto (más que buenos, anormalmente
altos, como he dicho antes) y su posterior y leve caída una semana después, así
como la bajada en el porcentaje de reticulocitos por medio de una
retroinhibición de la eritropoyesis. Suena plausible de primera, pero presenta
algunos inconvenientes.
El primero es que el desplome en el porcentaje de
reticulocitos es muy acusado y con una retroinhibición al uso sería de esperar
que no lo fuera tanto. El segundo problema es que el uso de EPO en principio
suele administrarse siguiendo protocolos diferentes. En general, salvo para los
auténticos amantes del riesgo, un ciclo de EPO se acaba dos o tres semanas
antes de la competición objetivocon el fin de llegar limpio a la carrera. El
usar EPO unos pocos días antes del Mundial de Berlín parece demasiado
arriesgado incluso para alguien con la experiencia de Marta en estos mundos de
la trampa y el engaño. Casi cualquier versión de las utilizadas hoy en día como
las Epoetinas alfa (tipo Abseamed, Binocrit, Epoetin Alfa Hexal, Eprex o
Erypo), la Darbepoetina alfa (Aranesp o Nespo), Epoetinas beta (por ejemplo
NeoRecormon), Epoetina beta Metoxipolietileno-glicol o la CERA (Myrcera y Dynepo), así como las Epoetina
zeta (tipo Retacrit, Silapo etc) son auténticos faros en un control antidopaje.
Habría pitado seguro (aquí me acuerdo de los lumbreras de Sergio Sánchez o José
Luis Blanco, cazados con EPO en el mismísimo Campeonato de España… Auténticos
genios con los plazos, oiga. Vaya sensación de impunidad tenían que tener para
arriesgar tanto).
Hay quien podría argumentar que quizá Marta Domínguez usó
EPO, pero en microdosis, y que por eso no dio positivo, pero esto ya entra en
conflicto con una investigación reciente que señala que las microdosis de EPO
no dejan huella en el pasaporte biológico (Ashenden M., Gough C. E., Garnham
A., Gore C. J., Sharpe K. Current markers of the Athlete Blood Passport do not
flag microdose EPO doping. Eur J Appl Physiol. 2011 Sep;111(9):2307-14), y en
el caso de Marta hay una huella que ni el big foot, así que la hipótesis
también tiene sus pegas.
Alternativa para toda la familia: combinación de ambas con
ciclo de EPO hasta unas semanas antes (explicando los buenos valores hasta el 5
de agosto) seguida de microtransfusión (no hay por qué meterse una bolsa
entera) + expansor… Hagan juego.
Lo único que está claro es que esos datos no se pueden
explicar de manera natural. Ahí hay algo raro y esa variación de una semana
para otra no la explica un hipotiroidismo ni aquí ni en el país de la piruleta.
Más valores con los que jugar a los médicos:
Día 27 de julio de 2010. No tenemos valores de una semana
antes, pero el valor de los reticulocitos llama una vez más la atención (0,48
%… lo normal suele ser entre 0,5% y 1,5%). Podríamos hacer cábalas, pero
adelanto el marcador: huele a transfusión desde aquí y eso que estoy en
Sudáfrica, que queda bien lejos.
Para los más expertos hay otros valores que llaman la
atención. Un ejemplo son los valores de hemoglobina del 29 de octubre de 2009
(12,80 g/dL) y 25 de septiembre de 2010 (12,40 g/dL), que se salen del rango
esperado para el perfil de la atleta en cuestión (percentil 0,5 superado. En
agosto de 2009 superó el umbral por arriba y ahora por abajo).
Teniendo en cuenta el alto valor de los reticulocitos en
esas fechas (hasta 1,42 %) dichos valores podrían ser compatibles con una
extracción de sangre (en el caso de la del 29 de octubre, previsiblemente para
usarla en la temporada siguiente. ¿Quizá en el Campeonato de Europa de
Barcelona, donde, como se aprecia, el 27 de julio hubo una más que posible
transfusión y fue medalla de plata? La de septiembre de 2012 no sé si llegó a
usarse nunca). No hay que olvidar que al sacar sangre, el cuerpo acelera su
eritropoyesis para compensar la pérdida haciendo que los reticulocitos suban como
la espuma, tal y como ocurrió entonces, aunque la administración de EPO tendría
una consecuencia similar (lo descarto porque esperaría valores más altos de
hemoglobina). En esta última posible extracción, al médico se le fue la mano:
el OFF-Score cayó hasta 52. Compárenlo con los 105 y 106 de agosto y julio de
2009 y 2010. Una variación superior al ¡100 %! Milagros a Lourdes, amigos.
Tienen un papelón los abogados de Marta Domínguez, porque
los datos son muy claros. Tres expertos ya han recomendado sanción y eso no es
casualidad. Quizá aludan a que se usan criterios de probabilidad matemáticos
(cierto), a que no hay base científica (falso) o a que ese día llovía. Quizá
basen su defensa en una filtración de datos médicos confidenciales y se libren
por defecto de forma, pero los datos, legalmente filtrados o no, no mienten.
Marta Domínguez se dopó para conseguir sus medallas en Berlín y Barcelona. Que
aquellos que la protegen lo lleven en su conciencia.
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