ÁNGEL CRUZ
AS.com
Una pequeña de seis meses llamada Eva llena en Mónaco la
vida feliz de Yelena Isinbayeva, la zarina de la pértiga, una madre feliz,
dedicada en exclusividad a cuidar de su hija. Eva nació el 28 de junio en el
Hospital Princesa Grace, en el pequeño país mediterráneo. El padre es un
discreto jabalinista ruso, llamado Nikita Petinov, de 24 años, ocho menos que
ella.
Celebró su boda con Nikita el 12 de diciembre pasado, pero,
según ha confesado, estaba casada con él desde seis meses antes. Casi en
secreto y sin festejos.
Yelena Isinbayeva pasa el tiempo entre los cuidados a su
hija, a la que amamanta, la limpieza de la casa (“todo tiene que estar muy
pulcro cuando hay un bebé”) y los largos paseos por el puerto de Mónaco
atestado de veleros deportivos y de yates. Suele estar acompañada por su marido
y por algunos familiares que viajan desde Rusia “en turnos, porque sólo les
conceden visados por 90 días”.
La reina de la pértiga, una de las deportistas más
carismáticas de los últimos tiempos, asegura que se mantiene en forma, aunque
no ha comenzado aún los entrenamientos.
Pero ya tiene proyectos, según ha confesado en la página web
rusathletic.com. “Muy pronto nos iremos a vivir a Volgogrado y Evgeny Trofimov,
mi entrenador, ha hecho ya planes para Río 2016. ¡Me gustaría ser campeona
olímpica por tercera vez!”, dice la plusmarquista mundial (5,06 metros). Ya tiene
el oro de Atenas 2004 y Pekín 2008 y el bronce de Londres 2012.
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