IVÁN DEVESA
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Su juventud
Nacido en 1955 en Dayton (Ohio) fue un niño que no parecía
indicar que podría ser una estrella del deporte. Pequeño, débil, gafas… y más
preocupado siempre espoleado por su familia de prepararse académicamente y no
deportivamente, tal es así que logró una beca para estudiar en Atlanta una
ingeniería y compaginar siempre sus estudios con el deporte.
En su época de adolescente práctico el fútbol americano y el
baloncesto antes de decantarse por el atletismo. Uno vez dentro del mundo del
atletismo empezó por los 100mv para posteriormente quedarse definitivamente en
los 400mv, donde haría historia.
Su explosión
En el año 1975 fue su inclusión en la élite del atletismo
pero pese a ello no llegaba como uno de los favoritos a los Juegos Olímpicos de
Montreal en 1976. Fue sin duda donde se dio a conocer definitivamente,
proclamándose de forma absolutamente sorprendente como campeón olímpico con una
gran superioridad y además con récord mundial, 47.63s cuando apenas había
disputado 20 pruebas de vallas en su carrera. Fue el único atleta americano en
ganar un prueba individual de atletismo en esos juegos, lo que hizo que se
hablase aún más de él en su país.
La histórica racha victoriosa
Si ser campeón olímpico y con récord del mundo parece
difícilmente mejorable, solo fue la punta de lanza de la tremenda carrera del
atleta americano.
Después de disputar pocas pruebas en el 400mv ya era el
campeón mundial y poseía el récord mundial, su maravillosa técnica de 13 pasos
entre cada valla rozaba la perfección y al año siguiente de su éxito olímpico
lograba mejorar su plusmarca mundial, dejándola en 47,45s.
Poco después perdía ante el alemán Harold Smith en Berlín,
ante el que se tomaría la revancha días más tarde en la Copa del Mundo de Dusseldorf,
su primero de tres triunfos en esta competición.
Donde comenzaba una de las rachas más gloriosas e impresionantes
del atletismo, desde su derrota en Berlín frente a Harold Smith hasta su
siguiente derrota, frente a su compatriota Danny Harris en Madrid en Junio del
87, transcurrieron 9 años, 9 meses y 9 días. Es decir, estuvo prácticamente 10
años sin perder ni una sola carrera, enlazando la friolera de 122 triunfos
consecutivos, una de las mejores rachas victoriosas de la historia del
atletismo.
Con todo merecimiento Edwin se convirtió en una leyenda no
solo del atletismo sino del deporte, siendo el paradigma de la invencibilidad,
gracias a su gran trabajo físico y sus duros entrenamientos.
Su excepcional Palmares
Durante esa gran rachas de 122 triunfos, su palmares se fue
engrosando con grandes títulos, además de conseguir mejorar su tope mundial en
la distancia.
Tras el triunfo en los Juegos del 76 y la Copa del Mundo del 77,
repetiría triunfo en la Copa
del Mundo del 79 disputada en Montreal (cabe recordar que por aquel entonces
todavía no existía el campeonato del mundo cuya primera edición fue en 1983).
En 1980 no pudo participar en sus segundos juegos, debido al
boicot en los Juegos de Moscú, donde no participaron los deportistas
americanos. Pese a ello aprovecho el año para rebajar de nuevo su plusmarca
mundial y dejarla en 47,13s.
En 1981 sumo su tercera medalla de oro consecutiva en la Copa del Mundo, al vencer en
Roma.
El año 1983 fue sin duda otro genial año para él, mientras
seguía sin perder ni una carrera en años, sumo el título mundial en los
primeros Campeonatos del Mundo de atletismo celebrados en Helsinki.
Además unos días después, en la fecha de su cumpleaños,
logró su última récord mundial con 47,02s en Coblenza. Ese registro es
actualmente la segunda mejor marca de todos los tiempos, solo superada por la
del también norteamericano Kevin Young en los Juegos de Barcelona con 46,78s.
Moses con él oro olímpico de Los Ángeles.
Tras no poder estar en los Juegos del 80, en el 84 conseguía
en su país, en Los Ángeles su segunda medalla de oro olímpica al imponerse con
47,75s.
En 1986 lograba otra medalla de oro, en este caso en los
Goodwill Games disputados en Moscú.
En 1987 fue cuando se trunco la racha de 122 triunfos y casi
10 años sin perder, pero pocas semanas después de esa derrota sumo un nuevo
título mundial en Roma 87.
En el 88 correría su última temporada y pese a ya no ser el
atleta invencible que había sido, participo en sus terceros Juegos, en Seúl y
fue capaz de llevarse la medalla de bronce.
Su vida tras el atletismo
Tras su retirada del atletismo, fue inducido al Hall Of Fame
del atletismo norteamericano en 1994. Se dedico al bobsleight, llegando a lograr
una medalla de bronce en una prueba de la Copa del Mundo y sobretodo fue un icono de la
lucha contra el doping, estando a la cabeza del Comité Olímpico Americano de
sustancias prohibidas.
Además hizo algún intento de volver al atletismo ya acercándose
a los 50 años
Sin ninguna duda Edwin Moses es uno de los atletas más
legendarios, por su gran ética de trabajo, su gran técnica en la prueba de los
400mv, su carácter competitivo, su pasión por el deporte del atletismo y por su
maravillosa racha de triunfos que lo convirtieron en la leyenda invencible.
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