lunes, 2 de abril de 2018

JULIO GÓMEZ, DE "NIÑO DE LA GUERRA" A CAMPEÓN DE ESPAÑA


ÁNGEL CRUZ
AS.com

Julio Gómez Almazán fue uno de los 2.895 niños de la España republicana que fueron enviados por sus familias a la Unión Soviética para preservarlos de la Guerra Civil. Nació en Madrid el 7 de noviembre de 1931 y se marchó con siete años camino de lo que podríamos llamar exilio. Llegó a Moscú, fue acogido allí con cariño, estudió Ingeniería, empezó a practicar atletismo y años después regresó a España, concretamente en 1956.
 “En la Unión Soviética nos trataron siempre muy bien. Comencé haciendo atletismo en lo que allí se llamaba Escuela de Ingenieros de Construcción (el equivalente español a Ingeniería de Caminos) y en las universidades el deporte era obligatorio, sobre todo la natación, el esquí, la gimnasia deportiva y el atletismo”, cuenta Julio Gómez a este periódico.
“Empecé en 5.000 metros, pero luego me orienté hacia el 800 y el 1.500. Aquello era en 1951. Llegué a ser campeón universitario de estas dos distancias en 1954”.
Y llegó a ser campeón nacional de 1.500 metros en 1960, en el Estadio de Montjuïc, que años después iba a ser sede de los Juegos Olímpicos de Barcelona y ahora recibe el nombre de Lluís Companys, en honor al presidente de la Generalitat ejecutado tras la guerra.
Los cinco campeonatos anteriores los había ganado el catalán Tomás Barris, un mito del atletismo en aquella época, y el primer atleta español con reconocimiento internacional. Julio Gómez venció en ese 1960, y Barris volvió a ser campeón en las siguientes cuatro ediciones.
Ese mismo año, Julio compitió en los Juegos Olímpicos de Roma, aquellos en los que deslumbró Abebe Bikila, corriendo descalzo la maratón, bajo la luz de las antorchas, entre los monumentos de la Roma Clásica. Julio fue sexto en los 800 metros con una marca de 1:53.7 en la serie sexta de la primera ronda, y fue eliminado.
Antes de volver a España había batido el récord mundial de 4x800 metros con el club Burevestnik Moskva, en la capital soviética, el 16 de mayo de 1956, con un tiempo de 7:26.2, que mejoraban por dos décimas el conseguido el año anterior en Riga por el equipo del Ejército Rojo.
Hizo la primera posta y le siguieron Valentin Kovalyov, Georgeiy Govorov y Anatoly Osminkin. La plusmarca no ha sido oficialmente aceptada por la Federación Internacional de Atletismo porque Julio era español, y para reconocer récords mundiales en relevos de atletismo todos los componentes deben tener la misma nacionalidad. Sus compañeros eran soviéticos, lógicamente. Pero, en todo caso, el registro ha sido consignado, con esa salvedad, en los libros que recogen el historial de los récords mundiales.
En España le llamaban El Ruso y perteneció al Real Madrid, que por aquellos años tenía sección de atletismo. En su época fue uno de los grandes especialistas españoles en mediofondo. Trabajó como ingeniero y participó en la construcción de la Autopista del Mediterráneo. A sus 86 años, actualmente vive en Blanes (Girona).

No hay comentarios: