domingo, 29 de diciembre de 2019

GARCÍA BRAGADO: "TENGO QUE OLVIDAR LOS 50 AÑOS Y PENSAR EN TOKIO"


EP

El atleta Jesús Angel García Bragado tiene claro que intenta "no ponerse límites" y que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los octavos de su carrera, son "la ilusión y la motivación" que le hacen seguir hacia adelante, a sus 50 años y tras una larga carrera como marchador, donde espera poder despedirse del atletismo y del deporte, que le ha dado "todo". "Uno con la edad va notando los límites aunque intento no ponérmelos. A pesar de que muchas veces pienso que ya tengo 50 años, intento olvidarlo, dejar eso de lado y pensar en seguir hacia delante, en Tokio. Mi decisión es estar en los Juegos y la idea es intentar hacer un buen tiempo en invierno que me lo permita, aunque ya esté clasificado. Solo tengo que poner el crono y conseguir el tiempo que pide el Comité Olímpico Internacional", destacó García Bragado a Europa Press.
El campeón del mundo de 50 kms marcha en 1993 y subcampeón en 1997, 2001 y 2009 logró clasificarse para los Juegos Olímpicos del próximo verano al finalizar octavo en los Mundiales de Doha y ahora está pendiente de cumplir con la mínima olímpica en el Campeonato de España de este invierno. Los de la capital japonesa serán los octavos para el madrileño. "Intento mantener la ilusión de cuando fui a los primeros en el 92. Me hace mucha ilusión poder ir a Tokio y poderme despedir del atletismo y del deporte, que me lo ha dado todo, en otros Juegos. Por eso creo que le puse tanta ilusión al Mundial de Doha porque sabía que era una oportunidad para mí de poder estar en Japón el año que viene. Esa es la ilusión que tenía y la motivación que me hace seguir hacia adelante", recalcó.
El marchador ha estado recientemente en Sudáfrica realizando entrenamientos durante tres semanas "preparando la temporada" junto con todo el equipo nacional, con la idea de hacer un "buen tiempo" en invierno. "Me gustaría conseguir la marca que nos piden para estar en los Juegos, aunque ya tenga todos los números para poder ser el seleccionado", afirmó. El inagotable 'Chuso' se enfrentará a un nuevo reto en Japón, donde se prevén altas temperaturas para julio y agosto, fecha en la que se disputarán los Juegos y para los que ya se están tomando medidas de precaución como trasladar las pruebas de marcha y los maratones a Sapporo, tras el "duro" Campeonato Mundial de Atletismo vivido en Doha el pasado mes de septiembre.
"Allí el principal hándicap era el calor que íbamos a soportar y teníamos que prepararnos. El calor principalmente es una percepción mental, porque tú y yo podemos estar en la calle y tú tienes más frío que yo o viceversa. El objetivo era que fuera solo eso, una percepción mental. Lo que hice fue someterme a situaciones de mucho estrés térmico, de mucho calor", relató. El veterano atleta español explicó que tras varios entrenamientos en una cámara térmica, viajó a Doha 14 días para "llegar más avanzado" en este aspecto. "Además de esta previa preparación, seguí entrenándome para poder estar más preparado y convencido de que podría soportar un esfuerzo de 4 horas como la de 50 kilómetros marcha", sentenció.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

MARÍA LASITSKENE: "ES UNA VERGÜENZA"

EFE

La campeona mundial de salto de altura, la rusa María Lasitskene, criticó este lunes a las autoridades rusas por la exclusión de cuatro años dictaminada por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que tachó de "vergüenza" para el país, y adelantó que seguirá compitiendo como neutral.
"No dudaba de dicho desenlace. No me creía los cuentos de que todo irá bien. Lo que ha pasado hoy es una vergüenza", escribió en su cuenta de Instagram.
Lasitskene, que se proclamó en septiembre pasado en Doha campeona mundial por tercera vez consecutiva, un hito sin precedentes, ha sido en los últimos años muy crítica con el presidente de la Federación Rusa de Atletismo, Dmitri Shliajtin, que dimitió recientemente tras un nuevo escándalo de dopaje.
"¿Mis planes de futuro? Luchar por mí misma y competir. Nunca tuve intención de cambiar de ciudadanía y no lo haré ahora. Demostraré en la pista que los deportistas rusos están vivos, aunque sea en calidad de neutrales. Es lo que hice durante los últimos años", señaló.
La saltadora, una de las pocas atletas rusas que ha dominado su disciplina pese a la marginación del atletismo ruso desde los Juegos de Río, criticó a las autoridades por defender a los deportistas "sólo de palabra".
"Lo que me indigna es que los atletas están solos en esta lucha", dijo.
Aunque algunos políticos rusos han llamado a todos los deportistas rusos a boicotear las competiciones internacionales, leyendas del deporte de este país han apoyado que los atletas que demuestren que están limpios compitan como neutrales.

FERNANDO CARRO, MEJOR ATLETA DEL AÑO

JUANMA BELLÓN
AS.com

Fernando Carro se levantó este martes 10 de diciembre por la mañana temprano. Sobre las 9:30 ya hizo unas llamadas de teléfono. Estaba nervioso. Era un día especial, recibiría el premio José Luis Alonso a atleta del año en el restaurante Pedro Larumbe de Madrid. Eso sería a las 21:30. Antes hizo muchas más cosas… Con las piernas todavía tocadas del Europeo de cross, fue al INEF a hacer series. Esta vez tocaba 15x300, con el grupo femenino de Arturo Martín… Carro ponía el ritmo a Clara, Elena, Agueda, Anapatri, Bea… 13:45. Fin del entrenamiento y ducha.
A las 15:00 tenía preparado un reportaje. Pero iba justo de tiempo, fue al Restaurante Los Austrias, tomó un pincho de tortilla y se compró un bocadillo de lomo con queso. Le pidió un favor a Adri Ben. Fotos (clavos incluidos). Un buen rato. Charló con Mariajo Pérez y Solange Pereira y a las 16:30 se subió con su fisio José Antonio Bodoque a comerse el lomo y el queso (“Dieta de deportista, pero todavía está caliente”, bromeaba). Cogió su FIAT azul, que posiblemente cambiará por un Peugeot, y a la radio. Entrevista a las 18:00.
Después se trataba de decidir outfit para la gala. Era un día importante. ¿Chaqueta, chinos…? Al final una chaqueta y vaqueros semirotos. Tras la decisión cogió el coche y se fue a la calle Serrano. Allí le esperaba Rafa Pajarón, el presidente de los Amigos de los Martes, y la hija del histórico José Luis Alonso. Otras veces entregó el premio a Casado, a Ruth Beitia, a Manolo Martínez, a Natalia Rodríguez, el último a la marchadora María Pérez. Esta vez se lo dio a Fernando Carro, que lo celebraba feliz con la gente de Moratalaz, Jesé Ramos, Arturo Martín, Jesús del Pueyo… y Arturo Casado, su ídolo, premiado en 2010 por su oro europeo, y que le dijo a Carro: “¡Ves! Es tu momento”.
El madrileño, de 27 años, consiguió este 2019 el récord de España de 3.000 metros obstáculos (8:05.69 y se lo arrebató a Berlanas). Se hizo un fijo en la Diamond League (octavo en la final), fue undécimo en los Mundiales de Doha y ganó el Europeo por selecciones. Le votaron entre 104 personas (directivos, estadísticos, periodistas, entrenadores, clubes, veteranos, jueces) y ganó a Orlando Ortega y Cienfuegos.
 “Este premio supone algo grande para mí, cerca de mi gente querida y ser reconocido por tantos sabios del deporte. En 2018 gané la medalla de plata en Berlín y este año el récord nacional (8:05.69). Sobre todo me he asentado en unas marcas de nivel mundial. Estoy ahí por si alguna vez surge la oportunidad de hacer algo grande”, decía Carro mientras brindaba en un día que tuvo todo. Series, reportajes, bocadillo de lomo y cena de gala. Así fue el día del atleta del año.

MARTÍN FIZ: "AL FINAL SE CORRERÁ DANDO BRINCOS"


EFE

El atleta Martín Fiz afirmó este miércoles durante la presentación en Barcelona de la Carrera de las Empresas, apadrinada por Banco Santander y de la cual es embajador, que se debe "poner un límite", porque al final se correrá "dando brincos", en relación a las innovaciones en las zapatillas.
Fiz se mostró partidario de la tecnología, pero con restricciones. "Las zapatillas, como los GPS, han ido evolucionando. Ahora las zapatillas van muy deprisa y otros deportistas de otras marcas se están viendo afectados porque la diferencia es abismal. Se debe poner un límite", reflexionó.
El atleta, además, auguró un futuro sorprendente si esta tecnología se sigue implantando: "Esto ocurre en carreras de ruta, pero no me extrañaría que en Tokio que con el sistema de carbono veamos a un atleta de altura rebasar los 2,50 metros y a uno de triple salto que llegue a la arena con dos saltos".
Martín Fiz, en definitiva, opinó que se va a producir "un antes y un después". "Todos los atletas deben competir con las mismas características. Se trata de correr, no de dar brincos y al final se va a ir dando brincos", insistió.
El embajador de la Carrera de las Empresas sigue compitiendo al máximo nivel en la categoría másters. "Estoy en buen nivel y para 2020 quiero intentar varias cosas, me gustaría participar el 16 de febrero en Barcelona, con un récord de másters 55 de 1 hora, 10 minutos y 24 segundos", subrayó.
La Carrera de las empresa aglutinará a 3.000 participantes, un 34 por ciento de mujeres, de 250 empresas. Es un evento aire lúdico y con una vertiente solidaria, en colaboración la Fundación Arrels. Los corredores deben ir vestidos tal como van en su día a día en el trabajo, por ejemplo, de médicos, cocineros o con traje.
La carrera contempla dos categorías, de cinco y diez kilómetros a lo largo de L'Hospitalet. A diferencia de la edición pasada, en esta ocasión los dos recorridos son distintos para evitar aglomeraciones debido al distinto nivel de los participantes.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

MUTAZ BARSHIM: "MIS OBJETIVOS SON EL RÉCORD MUNDIAL Y EL ORO OLÍMPICO"


CARLOS ARRIBAS
El País.com

Mutaz Essa Barshim (Doha, Qatar, 24 de junio de 1991) acababa de cumplir 27 años el día que conoció el valor absoluto, máximo, del atletismo concebido como una lucha personal contra cualquier límite. Intentando superar 2,46m, lo que nadie ha conseguido nunca, el mejor saltador de altura del siglo se rompió el tobillo. Fue el tercer intento, ajustadísimo de un concurso disputado el 2 de julio de 2018 en Alba Regia (Hungría). Barshim es un junco, una pluma de 70 kilos y 1,92m. Se operó, se recuperó lo justo para ganar un Mundial y el día más lluvioso de todo el otoño madrileño aterrizó en la capital, donde el martes será galardonado por el Diario AS en su gala del deporte. Le acompañará en la fiesta el cubano Javier Sotomayor, quien dejó en 1993 el récord del mundo en 2,45m. “Me gusta la lluvia. Para mí este tiempo es perfecto, siempre que no tenga que saltar, jeje”, dice el qatarí, cuya mejor marca, 2,43m, data de 2014. “Nunca había estado antes en Madrid, no. De hecho, nunca había estado antes en España”.
Pregunta. Creo que nunca hubo una persona más feliz que usted, el 4 de octubre pasado, en el estadio Khalifa, de Doha después de saltar 2,37m y ganar el Mundial…
Respuesta. Fue alucinante, fue como dicen que es la historia, muy grande, muy grande, más de 40.000 personas empujando. Eran los Mundiales, en mi casa, en mi país, y mi gente había venido. Tenía que darles un buen espectáculo. Era muy, muy importante ganar ese título mundial. Fue mi primera gran competición después de la lesión. Antes del Mundial no estaba al 100%. La lesión había sido muy grave y psicológicamente estaba un poco bajo, pero cuando vi tanto público jaleándome me olvidé de todo, me olvidé de la lesión, del dolor, estaba preparado para morir ese día. Estaba 100% pensando ‘no me importan las consecuencias, hoy lo tengo que dar todo’. Y toda la gente que vino a verme, ellos son los verdaderos campeones, no yo.

P. ¿Ve como algo simbólico que se lesionara intentando batir el récord intocable?
R. Creo que todo sucede por alguna razón. Cuando intenté saltar los 2.46m, ningún humano lo había conseguido jamás, así que no podía dar solo el 60%, o el 80%, o el 100%. No, tenía que dar el 200%, el 300%. Así que cuando iba corriendo sabía que me estaba arriesgando, era un intento muy peligroso. Estoy seguro de esto, pero es mi decisión, es mi trabajo. Cuando empecé a entrenar para ser saltador de altura sabía que tenía una responsabilidad, que tenía que tomar decisiones con mucho riesgo. Así que da pena que fuera justo allí, fue un momento muy extraño emocionalmente. Porque me sentía muy bien, y era solo julio, y estaba muy contento de estar así para la temporada, pensaba que si todo iba bien podría intentar batir el récord mundial. Y aquel intento estuvo muy cerca, pero en el deporte no siempre pasa lo que uno quiere, y cinco minutos después no podía andar.

P. ¿Hay algo que le pueda preocupar más a un saltador que su tobillo?
R. Los saltadores de altura solo tenemos nuestro cuerpo y las piernas son el motor. Fue muy duro romperme los ligamentos del tobillo [el izquierdo, el del pie de impulso]. Nunca dudé, nunca llegué a pensar que fuera el fin de mi carrera, pero siempre queda una incógnita, ¿volveré a saltar de nuevo al máximo nivel? Cuando me lesioné había saltado 2,40m, e intentaba 2,46m, el récord del mundo, estaba en el top, era el líder mundial... Este es el tipo de preguntas que siempre me acompañarán, estas dudas, si será posible o no, y me cuestiono a mí mismo, y el doctor dice, ok, no podrás volver a andar en dos meses, ni hacer nada hasta dentro de cuatro meses... Este tipo de cosas.

P. ¿Después de la operación, aún duda? ¿Está igual de fuerte que antes su tobillo, su tendón de Aquiles tan flexible?
R. En el Mundial me sorprendió que estuvieran fuertes como para saltar 2.37m, no me lo esperaba. Pero necesitan un tiempo. Ahora están bien, sanos, recuperados. No sé si igual que antes, no estoy seguro, porque una vez que se rompen, no pueden volver a estar igual. No están al 100%, pero no necesito que lo estén para saltar tan alto.

P. ¿Es importante para crecer tanto contar con un rival como Bondarenko, del mismo nivel?
R. En los tiempos de Sotomayor estaba también Patrick Sjoeberg, que saltaba 2,40m… entonces se saltaba mucho, pero después llegó un gran vacío y la gente dejó de creer, y pensaba que nadie podría volver a saltar tanto. Pero en 2013 [tenía 21 años] salté 2,40m y la gente volvió a creer, sí, es posible. Y Bondarenko y yo lo saltamos, 2,40m, en casi todas las competiciones. 40, 41, 42, 43... Y lo hacíamos sin pensar que saltábamos tanto. Lo único en lo que pensábamos era en ganar, yo quería ganar, él quería ganar...bang, bang, bang... Él me ayudaba, yo le ayudaba. Es muy importante tener ese tipo de rivalidad. Para mí es mejor saltar 2,40m aun no ganando que ganar saltando 2,32 o 2,30m. Eso no me motiva. Busco siempre algo grande, aunque quede quinto con ese salto, pero si es de 2,40m, soy feliz.

P. Todos los que han saltado 2,40m esta década se han lesionado, usted, Bondarenko, Drouin, Protsenko...
R. No es fácil saltar 2,40m varias veces al año. Para el cuerpo es muy, muy duro. Estar sano y saltar tanto es casi imposible. Es muy triste que Bondarenko no se haya recuperado aún, claro que me va a afectar, a no ser que llegue alguien que me presione como él. Siempre intento en todas las competiciones ganar, y no solo ganar, saltar lo más alto que pueda... La rivalidad siempre lo hace más fácil.

P. ¿Es tanta la presión a la que se somete al cuerpo que las lesiones son inevitables?
R. Son duras algunas partes del salto, no todas, pero se necesita saltar fuerte para rendir. Creo que se trata de ser inteligente. Yo y Bondarenko y algunos más somos más listos ahora. Cuando era joven era estúpido. Saltaba en dos o tres competiciones todas las semanas. En un mes competía a lo mejor veinte veces y varias por encima de 2,35m, 2,40m, 2,42m. Y sin pensar, porque a lo mejor era más joven y me recuperaba mejor. Pero ahora tengo que ser más listo y tengo que escuchar a mi cuerpo. Si me duele algo tengo que ir con calma y no competir esa semana. Porque lo he ganado todo, he ganado todas las competiciones que necesito. Ahora, para completar el currículum, solo me quedan dos objetivos: de medallas olímpicas tengo bronce y plata, así que me falta el oro, y luego el récord del mundo y ya está. Así que tengo que pensar bien y centrarme solo en las grandes competiciones, las grandes cosas.

P. Parece obvio que después del bronce y la plata olímpicos tiene que venir el oro en Tokio, ¿lo ve así de claro?
R. Lo sé, eso sería lo normal, ir para arriba, si todo va bien. Pero son los Juegos Olímpicos, sé que va a ser muy difícil, hay muchos saltadores muy buenos que se están entrenando ya, y no va a ser fácil. Pero sé de lo que soy capaz e intentaré hacerlo lo mejor posible. La semana que viene empiezo a prepararme y haré todo lo que pueda. Espero poder dar a mi país su primer oro.

P. Psicológicamente, después de la lesión, ¿sigue sintiendo la llamada de batir el récord del mundo?
R. Siempre he sido así, nunca he tenido un solo objetivo, el récord del mundo. Me gusta mirar a toda mi trayectoria. Cuando me retire quiero haber conseguido todo lo que sea posible: récord del mundo, récord de competición o récord olímpico, medallas, lo que sea. Para poder decir que he hecho todo lo que he podido. Y claro que sí, sigo saltando, así que sigue siendo uno de mis objetivos batir el récord del mundo.

P. ¿Le parecería la suya una trayectoria incompleta si no lo lograra batir?
R. No, no lo creo. Porque el récord del mundo es solo una cosa, y una cosa no determina toda mi trayectoria. Creo que aunque me retirara hoy estaría muy contento con lo que he conseguido. Estoy muy agradecido de todo lo que he logrado, y creo que no se puede hablar del salto de altura sin mencionar algunos de mis saltos. Así que no creo que un solo récord, una sola competición, o una sola medalla vayan a determinar todo lo que he hecho. Pero de todas formas, siempre intento mejorarme. Y mirando al futuro, están el récord mundial y el oro olímpico. Creo que voy a lograr grandes cosas.

martes, 3 de diciembre de 2019

GARCÍA BRAGADO: "EN TOKIO PONDRÉ PUNTO Y FINAL A MI CARRERA"


Marca.com

Jesús Ángel García Bragado recibirá el hoy 2 de diciembre en la Ciudad de la Raqueta de Madrid el Premio María de Villota en su categoría de Hazaña Deportiva. Jesús García Bragado logró en los pasados Mundiales de Atletismo, celebrados en Doha, su clasificación para disputar por octava vez unos Juegos Olímpicos. García Bragado fue campeón del Mundo de 50 km Marcha en los mundiales celebrados en Sttutgart en el año 1993 y más de un cuarto de siglo después, sigue al más alto nivel.

¿Qué supone para usted el recibir un galardón como es el Premio María de Villota en el apartado de Hazaña Deportiva?
Es un honor. A María de Villota la conocí personalmente hace mucho tiempo en el Consejo Superior de Deportes. Era un encanto de persona, igual que su familia. María nos dio a todos una lección de vida. Además, fue una pionera en un deporte como la Fórmula 1. Es un claro ejemplo para todos. Me hace una gran ilusión este premio.

Después de tres décadas al más alto nivel, ¿con qué perspectiva ve su carrera?
Cuando empecé a competir, era el siglo pasado, y ya estamos bien metidos en el siglo XXI. Todo ha cambiado mucho. Ahora, por ejemplo, hay muchos más países compitiendo y eso ha incrementado el número de participantes. El atletismo ha cambiado en la misma medida que lo ha hecho el mundo. En el año 92, aún existía la CEI, que era la heredera de la Unión Soviética, y ahora hay grandes potencias que en aquella época no tenían tanto nivel, como China o varios países sudamericanos. Otro cambio muy relevante es que cada vez se celebran más competiciones internacionales fuera de Europa, que ha dejado de ser el centro del atletismo. Todos los países han encontrado en la política deportiva una gran herramienta de promoción. El deporte se ha globalizado y las medallas se reparten entre más países.

Y la forma de entrenar y afrontar las competiciones desde el lado del atleta, ¿Ha cambiado mucho desde que comenzó a competir?
También ha cambiado mucho. Si en el año 92 hubiera sabido lo que sé ahora, otro gallo me hubiera cantado. En estos años, hemos entendido mejor conceptos como la fisiología del cuerpo en las carreras de resistencia...Por ejemplo, antes se entrenaba demasiado y, además, mal. Ahora los entrenamientos son más eficaces. Lo importante no es estar en el puesto del trabajo todo el día, sino trabajar sabiendo cuándo hay que hacerlo más o cuándo menos.

También ha cambiado el atletismo en todo lo que no es competición propiamente dicha. El 'envoltorio' de una competición es ahora muy potente....
Es increíble. Hay que ver todo lo que se monta en un mitin o por ejemplo cómo ha sido desde el punto de vista tecnológico el Mundial de Doha. Para el espectador es sorprendente. Ahora mismo, todas las competiciones se han convertido en un gran espectáculo. La idea es atraer al espectador. Hay que competir con otros deportes.

¿Con qué se queda de su carrera?
Me quedo con la trayectoria. Pero si tengo que elegir algo, sería con el oro de Sttutgart y también con la medalla de Berlín, pero si no hablamos de medallas, me quedo con el recibimiento que los deportistas me hicieron en la Villa Olímpica. Aquel pasillo de mis compañeros fue toda una experiencia. Fue algo espontáneo. Me sentí halagado y honrado a la vez.

A un atleta que está empezando en la marcha, ¿qué consejos le daría? Tiene que tener capacidad de entrenar, superarse y esforzarse. También tiene que entender la técnica y la motricidad de la marcha. Tiene que ser una atleta con mucha coordinación y capacidad de resistencia.

¿Son ustedes los marchadores una 'rara avis' dentro del atletismo?
Siempre ha sido la especialidad más diferente. Hemos evolucionado a mejor. Ahora tenemos más reconocimiento, pero es una disciplina que exige mucho tiempo y dedicación.

¿Son los marchadores especialistas en el sufrimiento?
Está claro que hay que tener capacidad de sufrir. La marcha es un deporte agonístico que requiere mucho esfuerzo y superación personal. Hay que estar dispuesto a pasar un mal rato. Ahí está, en parte, la satisfacción de poder con tu propio esfuerzo, mejorar tus marcas...esa es la esencia del atletismo.

En Tokio disputará sus octavos Juegos Olímpicos. ¿Será su última gran competición?
Mi decisión personal es poner punto y final a mi carrera deportiva en los Juegos Olímpicos. Y así lo afrontaré. Será la última vez que me ponga un dorsal.
¿Cómo será el día después tras tantos años dedicado al atletismo?
Seguiré dedicado al atletismo dentro del mundo del entrenamiento. Proyectos no me van a faltar para seguir dedicándome a esto. Además, quiero dedicar más tiempo a mi profesión de podólogo.

SOTOMAYOR: ¿CÓMO VOY A QUERER QUE BATAN MI RÉCORD DEL MUNDO?


JUANMA BELLÓN
AS.com

-Tiene el listón de 2,45, la altura de su plusmarca mundial, en la puerta de casa.
-Esta varilla, el listón, me hace recordar cada día que tengo la mejor marca mundial de la historia. También el Museo del Deporte Cubano lo tiene puesto en la entrada, que por allí también paso con frecuencia, y en el Museo Olímpico de Lausana igualmente está. Así que hay varias cosas que me hacen tener presente ese salto. Aquí en Cuba es una marca reconocida y supone un orgullo.

-Han pasado 26 años de su último récord mundial, el 27 de julio de 1993 en Salamanca, y todavía sigue vigente.
-Así es. Pero no olvide que esa no fue mi primera plusmarca. Todo comenzó con el 2,43 de hace 31 años (en 1988), también en Salamanca (le quitó el tope al sueco Sjöberg). Después llegó el 2,44 en San Juan (Puerto Rico) en 1989, y luego ese día del 2,45 en Salamanca. En los dos últimos récords todo el mundo se abalanzó hacia la colchoneta para celebrar las marcas.

-¿Tiene la sensación de que pudo llegar más lejos? Por algún entrenamiento o algo...
-En entrenamiento nunca salté más de 2,40, así que por ahí no, pero en competición si podría haber llegado más lejos de no haberse muerto mi entrenador (José Godoy) tan temprano. Falleció tras el récord de 2,44, y aunque el 2,45 vino después, ya no era lo mismo.

-¿Le cambió la vida ser el plusmarquista mundial?
-Como atleta, sí, pero como persona, no, porque yo siempre me he sentido igual. Eso sí, acarrea unos compromisos y una responsabilidad con tu familia, tus seguidores, tu gente...

-¿Una medida gráfica del récord mundial?
-Es como saltar un larguero de fútbol, que mide 2,44, y al que le guste el voleibol, la red masculina está en 2,43.

-Siente que con el tiempo su récord ha ganado valor...
-Sí, porque han pasado muchos años. Más hoy en día, con tanta tecnología y la ciencia que se aplica al deporte. Así que, por supuesto, que tiene un valor extra. En Cuba nos ayudó la capacidad de superación y nuestros entrenadores.

-También fue oro en Barcelona 1992.
-Sí, eso como medalla para mí fue lo máximo. El título olímpico es lo que todos anhelamos­­­. Antes podía haber estado en dos Juegos, pero no pude asistir. Así que me hizo una ilusión especial. La recuerdo como una final estratégica y fue uno de los mayores regalos de la vida.

-En Sídney 2000 cazó una plata...
-En Atlanta 1996 me lesioné y la final de Sídney se desarrolló con lluvia, que ahí yo era pésimo, porque me obligaba a cambiar mi técnica. Salté 2,32 y llegó el agua. Cogí una plata, en ese momento no estaba feliz, pero después ya sí.

-Récord mundial en Salamanca, oro en Barcelona... Su vida está conectada a España.
-Sí. Muchísimo. Gané varios títulos, obtuve el Premio Príncipe de Asturias, me preparé mucho en Guadalajara, Alcalá de Henares, Coslada... y todo hace que me sienta muy ligado a España. Además, actualmente tengo la nacionalidad. Me hace mucha ilusión recoger todos los premios, pero los cubanos y españoles son un orgullo mayor.

¿Pensaba que su récord mundial duraría tanto?
-Cuando lo hice por primera vez en 1988 nunca pensé que 31 años después sería el plusmarquista. Tanto no.

-¿Quiere que caiga su récord?
-No (se ríe). ¿Cómo voy a querer? Convencido estoy de que se batirá, pero no es que anhele que se haga rápido. Cuando toque. Es una marca sin fecha de caducidad, como los productos. Los puedes consumir en un mes, en un año, en dos, en tres... No sabes cuándo se lo va a tomar alguien.

-Sabe que también tiene el Premio AS Barshim, que saltó 2,43, ¿le ve candidato?
-De momento, es el único que puede hacer la plusmarca. No veo a otro saltador con posibilidades.

-¿Qué diferencias hay entre Barshim y usted?
-Cada cual tiene sus características. Él es bien técnico y buen competidor y yo dependía de mi potencia y mi fuerza.

-Tiene buena relación con Iván Pedroso, que ahora triunfa como entrenador en España (Yulimar Rojas, Peleteiro...).
-Sí, somos muy buenos amigos. Iván fue grande, pero también hubo atletas espectaculares como Juantorena, Quirot, Quesada... A que haya tanto talento ayuda el sistema deportivo de Cuba, que tenemos grandes entrenadores que saben detectar figuras.

-¿Qué es lo que más le apasiona del salto de altura?
-La elegancia y la técnica. Y la forma de competir, que se disfruta. Porque cada atleta que intenta un salto sabe lo que representa. El público goza y los deportistas se tensan a medida que la varilla sube.

-¿Cómo vivió la retirada? Estuvo en una banda de música.
-A mí siempre me gustó la música y su mundo. Y, en 2001, cuando no había dado mis últimos saltos, tenía mi banda: Salsa Mayor. El ritmo es importante para la música, pero también para el salto de altura. En mi vida paro por La Habana, que tengo mis hijos.
-Y está muy vinculado al equipo cubano de atletismo.
-Fui mánager de la selección por ocho temporadas y ahora soy el secretario general de la Federación. También entreno a dos atletas.

-¿Son saltadoras de altura?
-Claro, hombre. No voy a entrenarlas en vallas (ríe).

-¿Cómo ve el atletismo cubano? Tienen talentazos como Juan Miguel Echevarría.
-Creo que en Tokio 2020 los resultados serán mejores que los de Doha, que tuvimos tres medallas. Juan Miguel es el candidato que puede llegar a los nueve metros en longitud. Tiene el talento para hacerlo.

-Y hablando de límites, ¿cuál será el del salto de altura?
-Es muy difícil decir eso. Creo que el tope del ser humano es 2,50, pero ya no estaré yo en vida. Lo saltará, pero en los próximos 50 años no sucederá.