Hugo González de Oliveira (Palma de Mallorca, 1999) afronta sus terceros Juegos en un momento clave. En Río, debutó siendo un niño y, en Tokio, saboreó una final olímpica. Ahora, luchará por todo. Actual campeón del mundo del 200 espalda, con la segunda y cuarta mejores marcas del año en esta prueba, dice adiós a su vida en Estados Unidos para regresar a España. Pero antes, se examina en París...
Pregunta. ¿Cómo está? ¿A unos días de competir, piensa en todo lo recorrido hasta aquí?
Respuesta. Es mejor no darle tantas vueltas, pero si lo piensas, dos semanas son muy poco tiempo tras todos estos años. Estoy lleno de ganas, ilusión y con ganas de dejar de pensar y estar listo para la guerra.
P. ¿Tolera mejor la presión previa a la competición que el ciclo anterior?
R. Sí. No hay que estar pendiente de entrenamientos, maletas, viajes, concentraciones... A medida que se acerca, todo es más fácil, incluso en el agua porque toca descansar un poco.
P. Viene de la última concentración en Andorra, ¿cómo se lima algo de tiempo a estas alturas?
R. Ha sido una fase muy importante. En mi prueba (200 espalda) estamos cuatro nadadores en seis décimas y eso hace que cualquier detalle cuente.
P. ¿Y en qué se puede mejorar?
R. Mira, esta mañana, haciendo series, si acababan las centésimas en 02 ó 03, me molestaba mucho más que si era 1:59.98. Quiero superar cualquier barrera, tengo que cuidar todo al máximo y convertir cada entrenamiento en una competición.
P. ¿Qué detalles cuida más obsesivamente?
R. La comida, no. Diría que el sueño y el tiempo que camino. Vamos a competir muy tarde, las finales son sobre las 20.30, el autobús hasta la Villa tarda 40 minutos y me importan mucho el descanso y el tiempo que paso caminando, porque mi prueba castiga mucho mis piernas.
P. Más allá de los horarios (las series y semis de 200 estilos son el mismo día que la final de 200 espalda), ¿va a por todo en las tres pruebas?
R. Sí, llevo mucho tiempo con ellas y si finalmente toca ajustar horario, lo ajustaremos [en los Mundiales de Doha ya descartó pruebas]. Viene bien preparar todo por si acaso. El plan B no puede ser un plan B, tiene que ser un plan A.1. Hay que dar todo en 100 espalda, en 200 y luego en estilos.
P. Este año ha pasado del 1:55.30 que le dio el oro mundial al 1:54.51 de los Trials españoles, ¿se puede bajar más aún?
R. Sí, se puede. El 1:54 fue en una competición preparatoria (los Nacionales) y yo me llevé una gran sorpresa. Ahora queremos más. Doha y Mallorca salieron mejor de lo esperado, pero en ninguna dimos todo. No me depilé, no tomé cafeína... podemos rascar más. La preparación está enfocada solo a los Juegos.
P. Hay pelo, ¡pero muy poco! Cuánto puede frenarte, ¿una milésima o ni siquiera? (risas)
R. No sé decirte, pero es tanto físico como sensaciones mentales. Noto el agua muy diferente si me acabo de depilar. Con el café, me pasa igual, me siento diferente. Hay margen por eso, por la adrenalina de los Juegos y porque es la última competición de la temporada.
P. ¿Cuánto influye que sus dos grandes rivales sean tus compañeros de entrenamiento? [Murphy y Jones forman parte de su grupo en California]
R. Mucho. Pero para bien. Ayuda mucho haber pasado el año con gente que va a estar ahí. Durante dos minutos van a ser rivales y tengo que usar su recuerdo para ser mejor. Me imagino qué tiempos estarán haciendo ellos y eso me obliga a motivarme.
P. ¿Se cruza mensajes con el que será su gran rival en la carrera de su vida?
R. Tuve que escribir a Jackson Jones, el más joven, que se metió en el equipo bajando su marca tres segundos y su respuesta fue: gracias, pero me has ganado por una décima [risas]. Tiene el partido de vuelta en París. El sueño más bonito tiene que ser estar los tres en el podio y dejar al resto mirando. Llegamos siendo un grupo.
P. Terceros Juegos. Ya tiene la experiencia del debut, de una final olímpica, llega como campeón del mundo... ¿llegan en el momento perfecto? ¿Son tus Juegos?
R. Sí. He pasado seis años en el mejor equipo de natación del mundo (California). Por edad, 25 años, es el momento perfecto. Toca exprimir todo. No puedo quejarme de nada.
P. ¿Falta esa medalla para redondear su carrera?
R. Nunca llegué a soñar con una medalla olímpica. Pensaba en un campeonato internacional. Y ya tengo en Europeos y Mundiales. He tenido que recrear mis propios sueños porque he logrado todo lo que quería. Acabar con una medalla olímpica... Bueno, no acabaría, tendría que seguir. Sería sorprender al Hugo de 15 años, que creía que el límite era mucho más bajo del que es.
P. ¿Acabar? ¿Tan cerca lo ve? Vuelve a España, pero ¿después de París, qué?
R. Ni lo sé. No lo he pensado aún. Seguramente siga nadando. Cierro una etapa en Estados Unidos pero me gustaría probar cómo es practicar este deporte en España. Solo estuve aquí hasta los 18 y no puedo saber cómo se compite aquí. Cierro mi etapa allí y ahora no puedo pensar en eso.
P. ¿Pero le veremos en Los Ángeles?
R. A nivel físico no sería complicado clasificar. Lo que no sé es qué pinta tienen los próximos cuatro años, puede pasar de todo. Igual llega hasta una mejor versión. Puede que siga peleando por podios o que quiera participar. Todo depende de cómo esté la cabeza.
P. Cambio de residencia... y de técnico, supongo.
R. Con Dave Durden se acabó. Han sido los mejores años que he tenido y he aprendido muchísimo. Al volver a España ya sería con mi entrenador español y seguir mi plan aquí.
P. Imagínese: llega a la final olímpica. 200 espalda, ¿qué se piensa? Eso ya lo ha vivido...
R. Intentaré no pensar en nada, que no parezca una final. Ya sé lo que es y físicamente voy a llegar bien. El objetivo es que la cabeza no juegue una mala pasada e ir de menos a más. Si me ganan, que sea por mucho. No por décimas.
P. Siempre dio mucha importancia a que el deporte no condicionase su vida. ¿Se consigue?
R. El deporte no es el centro de mi vida. Si vuelvo siendo campeón olímpico, mi vida no va a cambiar. Y si vuelvo siendo sexto, tampoco va a cambiar. La palabra Juegos Olímpicos lo cambia todo, pero todo lo demás es igual.
P. ¿Para ganar medalla hay que bajar la marca de 1:54.50?
R. Sí. Es muy buena marca, que pensé que nunca haría, pero una vez hecha, hay que bajar más.
P. Sergi López, Martín López Zubero, Nina Zhivaneskaia, Mireia Belmonte... ¿y, ahora, Hugo González?
R. Sería un honor estar en esa lista. Ya se ha hecho. Si ellos lo han conseguido, por qué no una vez más.
P. Le he escuchado decir: "No tengo tiempo libre". ¿Necesita más?
R. Es que entreno cinco horas, pero si no puedo estar de pie mucho tiempo ni salir a tomar algo y tengo que estirar, ir al fisio, descansar unas determinadas horas... todo ese entrenamiento invisible absorbe. Necesito unas buenas vacaciones después de los Juegos. Este año empecé dos meses más tarde de lo habitual y ha ido genial. Es necesario desconectar cuando se puede.
P. ¿Y qué hace?
R. Olvidarme de que soy deportista. No pienso lo que como, a qué hora duermo, estoy con mis amigos. Apago redes sociales y me olvido del deporte.
P. Si en la Villa solo tiene la oportunidad de hacerse un selfie, ¿con quién?
R. Nadal. Es uno de los más grandes y de mi tierra (Mallorca). Me envió una felicitación tras ser campeón del mundo en Doha y fue la que más ilusión me hizo.
P. ¿Y si solo puede escaparse a ver una prueba?
R. El dobles de Nadal y Alcaraz.
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