miércoles, 5 de marzo de 2025

ABEL ALEJANDRO JORDÁN: "NO IRÉ AL MUNDIAL DE NANKIN"

 

RAFA PAYÁ

AS.com

Abel Alejandro Jordán (21 años) es una perla del atletismo. El vigués que llegó a Madrid en su primer año de vida, hijo de emigrantes cubanos que llegaron a España en 2002, y que estudia ingeniería mecánica en la Universidad Estatal de California es un talento sideral de la velocidad y las vallas que llega a los Europeos de Apeldoorn con el objetivo de brillar y un ambicioso plan de traerse dos medallas, en 60 lisos (sábado y domingo) y en 60 vallas (jueves y viernes). Antes de empezar con el plan de seis carreras en cuatro días, atiende a AS.


-Su nombre suena fuerte desde hace tiempo, pero quizá el gran público le está descubriendo últimamente. Cuénteme cómo empieza su historia en el atletismo.

-Empecé a los 10 años cansado del fútbol. Mis padres vieron que no me motivaba y como era un chico muy rápido empecé, como cualquier niño, jugando y por probar. Y me acabó encantando porque era un deporte que dentro tenía un montón de deportes, muchas disciplinas. Comencé con la velocidad, pero también longitud, peso... y las vallas, que me encantaron. Cuando eres niño las vallas no son tan altas y el reto es mejorar e ir subiendo según te vas haciendo más mayor. Las vallas no son es una prueba continuista como la velocidad, que no cambia.


-Entonces decidió irse a estudiar y a entrenar a Estados Unidos. ¿Su decisión fue por el atletismo o por los estudios?

-Fue principalmente por el deporte. En España tenemos universidades increíbles públicas y si hubiese sido solo por estudios me habría quedado. De hecho, el primer año lo hice en la Politécnica de Madrid. Si al haber llegado a California no me hubiese encontrado cómodo con el entrenador o con mi grupo de entrenamiento me habría vuelto. Mi principal objetivo para ir a EE UU era el desarrollo personal, vivir la experiencia y aprender inglés, además del desarrollo deportivo como principal meta.


-Un velocista que hace lisos y vallas es extraño en cualquier lugar del mundo, pero en España es una auténtica rara avis. ¿Cómo se ve en cada una? ¿Cree que tendrá que elegir en algún momento una de ellas?

-Mi idea es seguir corriendo las dos, yo me veo como un atleta dual, como quien hace 800 y 1.500, o 1.500 y 3.000. Yo corro velocidad y vallas. Puede sonar más raro, pero al final un buen vallista entrena la velocidad y yo lo único que hago es competir con esa velocidad. Si en el futuro tuviese que decidir será meramente por temas físicos, si veo que mi cuerpo no aguanta más la tralla de la doble prueba, pues escogeré una dependiendo de la situación en la que me encuentre en ese momento. Pero a día de hoy quiero mantener las dos, me gustan las dos y disfruto las dos.


-Llega a los Europeos con la mejor marca (6.54) en 60 lisos empatado con el sueco Larsson. ¿Dónde se ve en ambas pruebas?

-Espero ser finalista en las vallas y pelear por cualquier cosa, y al 60 llego con la ambición de ganar, de pelear por el oro. Si voy con la mejor marca es porque tengo madera para terminar primero, pero no hacerlo no sería un fracaso para mí. Es decir, voy con la ambición de ganar, pero no con la expectativa ni la obligación. Es mi primer Europeo absoluto en una prueba individual y me queda mucho por aprender, pero no tengo miedo, voy a ganar. Ahora, si no gano, no sería el fin del mundo para mí. Tengo muchos años por delante para aprender de los errores y de todas estas experiencias que estoy viviendo.


-El calendario en Apeldoorn empieza con las vallas. ¿Hubiera preferido al revés?

-Sí, pero el orden en los certámenes va cambiando. En el Campeonato de España me tocó el liso antes, pero en EE UU normalmente me han tocado las vallas antes. Estoy acostumbrado a las dos opciones, no tengo problemas.


-Le veo humilde, pero a la vez ambicioso, ¿sueña con colgarse dos medallas?

-Obviamente, voy a por las dos. Creo que tengo nivel para representar muy bien a España en ambas pruebas y cualquier atleta debería llegar a un Europeo con ganas de comerse el mundo, ya luego lo que pase allí se verá se queda allí, pero tu disposición inicial tiene que ser hacerlo lo mejor posible y quiero pelear por ganar medalla en ambas pruebas, y si puedo ganar las dos.


-La velocidad de vallas tiene bastante tradición y éxitos en los últimos años en España con Orlando Ortega, Asier Martínez y Quique Llopis. Usted ha llegado dando una patada a la puerta y peleando de tú a tú por los títulos con ellos...

-El año pasado ya di pinceladas, hacía como 60 años que nadie doblaba podio en vallas y lisos en aire libre. En 2024 ya corrí en 6.59 sin obstáculos, pero en las vallas no conseguí ir tan rápido y este año sí he sido capaz de aplicar esa gestión de la velocidad en las vallas y utilizarla a mi favor. Se ha visto corriendo porque he corrido en 7.53.


-Le queda un año u medio de carrera universitaria en EE UU. ¿Ve su futuro viviendo allí o su idea es volverte a España?

-En España. Es mi casa y quedarme allí sería simplemente por atletismo y no me haría bien enfocar toda mi vida únicamente en torno al atletismo. Me haría obsesionarme y seguro que al final no sacaría mi mejor versión. En España tengo a mi familia y los amigos para despejarme y para los momentos en los me encuentre mal. Ahora todo está yendo bien, pero seguro en algún momento irá mal y tener ese refuerzo emocional me ayudará un montón.


-En 2025, además de los Europeos hay varias citas muy importantes. ¿Cuál es su hoja de ruta?

-Al Mundial bajo techo de China no voy a ir porque tengo que ir a competir a EE UU. Hacer las dos cosas sería mucho lío y mucha talla para mi cuerpo. Necesito descansar porque llevo como 25 carreras en pista cubierta, que son bastantes, y no quiero llegar al aire libre pasado de rosca. Sí que me gustaría estar en el Europeo de Naciones (27-29 de junio en Madrid) representando a España, y luego en el Europeo sub-23 (17-20 de julio en Noruega). Es mi último año como sub-23 y quiero aprovecharlo al máximo.



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