RAFA PAYÁ
María Vicente (Hospitalet de Llobregat, 28 de marzo de 2001) es un talento superlativo con un físico descomunal para el atletismo. Llamada a grandes gestos en las combinadas, las lesiones han puesto en ‘stand by’ un progreso superlativo basado también en una gran capacidad de trabajo y una enorme capacidad de aprendizaje. 18 meses después de romperse el tendón de Aquiles cuando peleaba por el oro en los Mundiales indoor de Glasgow, y perderse los Juegos de París, está preparada, “aunque no al nivel que estaba”, para “cerrar el círculo” en Tokio. Días antes de saltar al tartán (el viernes 20 hará 100 vallas, altura, peso y 200; y el sábado 21, longitud, jabalina y 800) atiende a AS.
-Tokio ya está aquí, pero antes de mirar al presente toca repasar el pasado. Ese instante cuando peleabas por el oro en los Mundiales indoor de Glasgow 2024 y al ir a hacer un salto de altura se te rompe el tendón de Aquiles y encima supone perderse los Juegos de París. ¿Cómo han sido todos estos meses para llegar hasta ahora?
-La verdad es que lo que pasó fue bastante duro. la verdad, pero sobre todo el momento en el que me enteré de la gravedad real de la lesión. Desde el primer momento intenté tomármelo con filosofía, coger las pocas cosas positivas que puede tener una cosa así y creo que lo he sabido reconducir muy bien. He aprovechado para entrenar los puntos débiles, centrarme mucho en la recuperación, en una buena rehabilitación para no volver a recaer... Y a partir de ahí solo quedada seguir entrenando para intentar volver a estar al máximo nivel.
-Una recuperación física, pero imagino que también trabajo nivel mental...
-Sí, pero te diré que no le cogí miedo al Aquiles como tal, a poder rompérmelo de nuevo sino a lo que es una lesión. Al final hay que confiar mucho en el trabajo y en la gente que tienes cerca como Miquel y Patxi (Cos y Morales, fisioterapeutas de la RFEA) que me ayudaron con la rehabilitación, y en todo lo que me mandaba mi entrenador (Ramón Cid), en el que confío ciegamente. Hay que seguir adelante y hacer que las cosas pasen.
-¿Y en esa recuperación también ha trabajado con psicólogos y tal?
-No, bueno, yo tengo una psicóloga, pero no es deportiva ni nada, es general de la vida. Y alguna vez sí que hemos hablado de ello, pero tampoco como un tema a tratar porque no le daba más vueltas. Al final soy una persona que intento centrarme mucho en lo positivo y en el futuro. No me sirve de nada quedarme anclada en el pasado intentando ver qué podría haber hecho o dejado de hacer. Soy más del día a día. Esta temporada mi lema era: ‘Voy con todo, pase lo que pase’. No quería tener miedo a nada porque si lo sientes empiezas a hacer cosas diferentes... y las cosas salen diferente, y ahí es donde puede haber otros riesgos.
-¿Tener únicamente 24 años y saber que tiene tanto por delante también le ayuda a esa forma de pensar?
-Sí, yo creo que sí. Al final si París hubiese sido mi último ciclo olímpico igual mentalmente no hubiese sido tan fuerte. En Glasgow se vio que estaba para luchar por las medallas y las chicas que lo consiguieron quedaron en buenas posiciones en los Juegos. Por tanto, yo solo tenía que recuperarme, seguir entrenando y volver al nivel en el que estaba. Y un poco ese es el lema y lo que estoy intentando. Sé que ahora mismo no estoy al nivel que estaba, pero me tranquiliza saber que si en su momento pude llegar a ese nivel, podré volver trabajando, entrenando y cuidando el cuerpo.
-Dice que no estás al nivel de 2024, pero en el Campeonato de España se quedó a sólo nueve puntos de su récord de España...
-Al final, el tendón está recuperado, pero he estado parada mucho tiempo y quieras o no hay pequeñas cosas que por miedo como inconsciente modificas un poco, apoyas diferente por ejemplo, y eso me ha mermado un poco la preparación porque he tenido algún que otro parón porque te produce molestias en otros sitios. No he podido tener esa continuidad y no creo que esté al nivel de forma que me gustaría llegar. Pero bueno, al final las pruebas combinadas es saber aprovechar las bazas buenas que tienes e intentar que las malas no te resten mucho, así que eso es lo que estamos haciendo.
-Sin embargo, las pruebas que más se le indigestaban, altura y 800, ha mejorado bastante en 2025...
-Sí, pero las pruebas más rápidas y explosivas me están costando a nivel de dolores o molestias. Y justo el fastidio es que son las mías buenas. Pero como digo, son siete pruebas que puedes seguir entrenando y mejorando, y eso es en lo que nos hemos centrado. Creo que estoy mejor que en el Campeonato de España, ya que he podido entrenar estas semanas de continuo y ya está todo el trabajo hecho. Ahora hay que llegar allí con confianza y ojalá salga todo bien.
-Trabajo tremendo estos meses y encima le ha tocado casi estar con el F5 esperando esas renuncias que necesitaba para venir a Tokio...
-Sí (risas), la verdad es que he estado haciendo bastantes números. Al final han entrado otra dos más por debajo de mí, pero durante un tiempo pensaba que me quedaba la 25 (van 24) y que iba a estar fuera. Decidí seguir entrenando porque pensé: ‘Si esto no me sirve para este año, me servirá para el que viene’. Y eso es lo que me mantuvo en pie y con motivación.
-Con todo ese batiburrillo de sensaciones mentales y situaciones vividas. ¿con qué se volvería contenta de Tokio?
-Mi principal objetivo es intentar batir el récord de España (6.304 puntos que logró el 25 de abril de 2021) y si hablamos de posiciones soñaría con un puesto de finalista. No será fácil el ‘Top 8’, pero es un objetivo ambicioso al cual aferrarse.
-Que sea en un sitio tan lejano y con tanto calor y humedad, ¿le preocupa, le perjudica, le incomoda...?
-La verdad es que yo soy una chica muy simple, a mí me da igual todo (ríe). Con lo que me pongan por delante tiro. No suelo pensar estas cosas porque si lo analizo mucho me agobio. Yo me planto en los sitios y según me encuentre voy haciendo.
-Lo que también se espera es un ambientazo con 67.000 espectadores en las gradas. Eso también motiva mucho, ¿verdad?
-Sí, sin duda. Sobre todo porque el recuerdo que tengo de Tokio fueron los Juegos con el estadio completamente vacío. Fue un poco desolador. Además, después de Tokio fue cuando empezó un poco mi tragedia de lesiones con el cuádriceps, el Aquiles... así que tengo muchas ganas de volver a cerrar el círculo y de que todo empiece a ir mejor.

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