miércoles, 7 de octubre de 2009

Gay, Jeter, Gebre y Yesenia Centeno


Ángel Cruz

Regreso de vacaciones y reactivo nuestro blog después de un viaje largo, bonito y enriquecedor a un país con escasa tradición en el atletismo, pero bello, atractivo y fascinante. Y entre lo que he podido leer por allí y por allá y el tiempo que he empleado reciclándome aquí, encuentro algunos temas dignos de comentario y de respuesta al comentario, que para eso están los blogs, o así me lo parece a mí.
Vamos a ello.

Tyson Gay Ha corrido en 9.69. Una barbaridad. Bolt es Bolt, pero Gay es un velocista fantástico, que ha tenido la mala suerte de coincidir en el tiempo con alguien como Usain. A mí me deleita el jamaicano, pero me gustaría que alguien le apurase. Y Gay puede hacerlo. Recordemos que El Relámpago sólo ha corrido una vez en su vida (los 9.58 de Berlín) más rápido que el estadounidense. Son atletas distintos, tanto por técnica y por su aspecto físico como por temperamento. Por ejemplo, las cámaras se han enamorado de Bolt, pero no se enamorarán nunca de Gay, más frío, más distante... ¡Viva la diferencia!

Carmelita Jeter
La chica de Los Ángeles ha corrido más velozmente que nadie en la historia, salvo que su compatriota Florence Griffith. Fast Flo hizo 10.49, 10.61 y 10.62, siempre en 1988. Luego murió en extrañas circunstancias. Sobre ella siempre pesó la sombra el dopaje. Carmelita ha hecho 10.64 en Shanghai y también 10.67 en Tesalónica. Se pone por delante de Marion Jones, convicta y confesa de haber tomado de todo con tal de correr más rápido. Mis compañeros de AS saben que designé a Meter como favorita en los Mundiales de Berlín… pero sólo quedó tercera. Ya escribí en el primer blog de atletismo en AS que las apuestas no son lo mío. Por cierto, su hermano Eugene, más conocido como Pooh, juega al baloncesto en el Unicaja Málaga, a las órdenes de Aito García Reneses.

Haile Gebrselassie
Cuando la noticia es que un atleta no bate el récord mundial, es que ese atleta es grande, muy grande. Como dicen los sabios de estas cosas, el récord es la excepción, no la norma. Nunca puede serlo. Pero cuando se pide a Bolt, por ejemplo, que en cada carrera rompa los límites de la velocidad, o que Gebre, otro ejemplo, destroce los de la resistencia (maratón), se puede caer en el pecado mortal de asegurar que 9.80 es marca que apenas vale para nada en 100 o que los 2h 06:08 de Haile en Berlín son cosa sin importancia en los 42.195 metros. Los periodistas solemos caer en el exceso, a veces, pero hay que valorar las marcas en su justa medida. El etíope hizo un marcón, récords del mundo aparte. No fracasó, sino que venció de nuevo en la carrera más importante del mundo, que esta vez se corrió con temperatura inusualmente alta.

Yesenia Centeno
Sanción de dos años a la española de origen cubano. Todo caso de dopaje me parece grave, porque supone transgredir las normas, hacer trampas a los compañeros (muchos de ellos son también amigos) y engañar a los aficionados. ¿Qué pretendía hacer Yesenia, dopándose, que ya no hubiera hecho en el atletismo? ¿O es que seguía una estela iniciada años antes? Me gustaría saber, sobre todo, quién le proporcionó las sustancias dopantes, quién le dijo cómo había que utilizarlas y en qué momento. Un anabolizante más un diurético. Una sustancia para dopar y otra para enmascarar el dopaje. Nada circunstancial. Todo premeditado. Pero, una vez más, nos quedaremos en la inopia. En España, tras un positivo, nunca ha caído nadie del entorno del deportista, que yo sepa. En otros países, sí. Seguimos a la espera. La buena noticia es que a Yesenia se la cazó en España y en un control hecho por la Federación Española, con lo que se gana en credibilidad en la lucha nacional contra el dopaje.

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