Pistorius espera llegar cómodamente a Londres

Reuters

Una mujer que lleva pértigas en un bolso lucha por avanzar entre una multitud de niños que gritan en un encuentro de atletismo celebrado en el norte de Italia.
Caster Semenya, la campeona mundial femenina de 800 metros está junto al medallista de oro olímpico de 100 metros planos de 2004 Justin Gatlin, pero el alboroto no se debe a la presencia de ninguno de los dos.
Es Oscar Pistorius, quien nunca ha participado en competencias mundiales o en unos Juegos Olímpicos, el atleta al que animan los jóvenes locales pese a que algunos en el mundo del atletismo esperaban que el doble amputado con prótesis en las piernas hubiese desaparecido.
El corredor sudafricano de 400 metros acaparó los titulares del mundo hace dos años luego de ganar la batalla para correr con atletas sin discapacidades, algo que previamente tenía prohibido.
Entonces no logró clasificar para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 o para el Mundial de atletismo de 2009 en Berlín, pero su sueño de llegar al Mundial del próximo año y a los Juegos de Londres 2012 está más vigente que nunca.
"Estoy seguro que para el final de este año reflexionaré y tomaré algunos puntos positivos que aplicaré para el mundial y para cuando llegue el 2012 debería estar clasificando con bastante comodidad", dijo a Reuters tras terminar tercero en una relajada carrera que hizo en 47,14 segundos.
VENTAJA INJUSTA
Llegar directo en un avión desde Sudáfrica no ayudó a mejorar su marca, pero su futura meta es superar en forma consistente los 46 segundos y alcanzar el grado de clasificación, convirtiéndose de ese modo en el primer atleta de carrera discapacitado en competir en unos juegos olímpicos.
"Mi mejor tiempo personal antes de esta temporada era de 46,23, este año bajé a 46,02. Estoy golpeando la puerta, puedes hacer esa diferencia justo al final de la carrera", señaló.
"Me lo perdí este año por dos centésimas de segundo, un margen muy estrecho. Debo trabajar más duro, debo encontrar mejores formas de recuperarme, entrenar de manera más inteligente y prepararme durante los próximos dos años", añadió.
Pistorius comenzó a compartir contra atletas sin discapacidades en el 2007 pero la IAAF, el organismo que rige el deporte, le prohibió hacerlo tras determinar que las prótesis de alta tecnología con las que corre le daban una ventaja injusta.
El Tribunal de Arbitraje del Deporte levantó la prohibición en el 2008 y aunque no logró clasificar para los Juegos Olímpicos, ganó tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Pekín y sigue rompiendo récords entre los discapacitados.
Aún si entra al equipo sudafricano para Londres, Pistorius planea correr dos semanas después en los Juegos Paralímpicos de 2012.
"He corrido cinco (carreras de) 400 (metros) en dos días. No estoy realmente perturbado por eso", indicó.
"La presión es lo principal en un evento así, no es realmente un problema físico. Exigirá mucho pero me he estado preparando para eso por tres o cuatro años así que definitivamente voy a estar listo", sostuvo.
FIRMAR AUTOGRAFOS
Aunque es sudafricano, Pistorius entrena la mayor parte del tiempo en Italia.
Los italianos, a quienes siempre le gusta el competidor menos favorito y que tienen pocos atletas de primer nivel propios, lo han acogido en sus corazones y decenas de fanáticos lo esperaban ansiosamente después de la carrera.
Pistorius se cambió las prótesis de navajas que causaron toda la controversia en el 2008 por piernas artificiales normales antes de ponerse sus pantalones y zapatos, para luego firmar autógrafo tras autógrafo y posar en innumerables fotografías.
"Me encanta correr aquí (...) ojalá el próximo año pueda volver y correr en un mejor tiempo", dijo.
¡A pesar de la atención, el tímido joven de 23 años habla como cualquier otro atleta, desesperado por tener éxito a nivel internacional.
En una larga conversación, no mencionó ni una sola vez su discapacidad.
"Comiencé el año pensando que tuve la mejor preparación y al final del año me doy cuenta de cuanto he aprendido de la temporada", dijo mientras otra adolescente lo esperaba para tomarse una foto con él.

(Editado en español por Daniela Desantis)