martes, 21 de diciembre de 2010

"NI ACUSO, NI DEFIENDO"


SANTI ALONSO

Víctor Riobó participó ayer en la Carreira do Pavo, alcanzando una cómoda segunda plaza en una prueba que no se acomoda a sus condiciones de mediofondista. El pontevedrés entrena habitualmente en la Residencia Blume y reside en un piso en Madrid que comparte con César Pérez, el técnico de Marta Domínguez implicado en la Operación Galgo de dopaje.
El atleta del Puerto de Alicante evita posicionarse de forma rotunda y reconoce que 'es una situación muy complicada. Yo lo pasé bastante incómodo estando allí en Madrid, que ahora el tema de conversación es ése.
Víctor Riobó corrió ayer en Vigo la Carreira do Pavo. Foto: J.V. LandínEs algo muy malo para el atletismo. Yo no voy ni a acusar ni a defender a nadie. La justicia lo tendrá que demostrar y a ver si esto se tranquiliza. Todo llegará a su debido momento'.
Según su compañero de piso, César Pérez, tras ser interrogado y puesto en libertad con cargos, está 'bastante bien, pero no es el César de antes, el que yo conozco. Ahora tendrá que mirar hacia delante y tendrán que demostrar que es culpable. Él, por el momento, no tiene que demostrar que es inocente. Está claro que está con la intranquilidad que da esta situación'. Cuando se le pregunta por su opinión, afirma que 'no voy a defender si de verdad es culpable o no. Yo tengo la conciencia tranquila y no tengo nada que ver'.
En los últimos días, ha trascendido la tensa relación en la Blume entre los atletas que preparaba Manuel Pascua, otro de los implicados, y el resto. Riobó reconoce que 'hay sus diferencias. Es un mal trago para todos. El que tenga la conciencia tranquila y no hizo nada pues lo está pasando incómodo porque es una situación muy negativa para el atletismo y el que realmente a lo mejor tiene algo que ver pues también estará intranquilo porque tendrá que soportar las consecuencias. A mí hasta me vino bien venirme para aquí para evadirme de toda esa tensión'.
En cualquier caso, el pontevedrés asegura que, a pesar de convivir con uno de los implicados, él nunca ha tenido indicios de la presunta trama de dopaje que se investiga: 'Soy sincero y no tengo que defender a nadie. Sólo tengo con César una amistad de compañero de piso y el roce propio porque llevo ya dos años viviendo con él pero, sinceramente, yo allí no vi nada. No es para defenderlo ni para atacarlo', concluye Riobó, que anhela el Europeo bajo techo de 2011 y busca una de las tres plazas en el 1.500.

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