jueves, 16 de diciembre de 2010

"Un 11% de las muestras de sangre son anómalas"



JUAN JOSÉ MATEO

"Mi madre pensó que estaba detenida. Me comentó que decían que me estaba dopando. Espero que se contrasten unas informaciones que momentáneamente te destrozan". Los últimos días han sido agitados para Nuria Fernández, oro europeo de 1.500m, que ayer participó con otros atletas en el coloquio Preparando el éxito. El pasado jueves detuvieron a Manuel Pascua, su técnico. Ella declaró ante la Guardia Civil. Y la Federación le exigió que firmara una carta si quería competir en los Europeos de campo a través: "Se le pidió, como medida preventiva y cautelar, un documento en el que decía que no había hecho nada ilegal".
De todo eso Fernández se quedó "con cuerpo de jota". Azorada. José María Odriozola, presidente de los atletas, reaccionó alentando una vieja idea. "Soy partidario desde hace mucho tiempo del pasaporte biológico en el atletismo, de que sirva para competir o no, de que sea norma", dijo. Y su deseo se ha hecho realidad.
Es una huella dactilar construida con registros de sangre y niveles de testosterona: desde esta semana, la Federación Internacional (IAAF) utiliza un pasaporte como el del ciclismo. Un grupo de entre 50 y 60 fondistas, aquellos que participan en pruebas de medio y largo aliento, además de los marchadores, tendrán que someterse a análisis para que quede registrada la evolución de su perfil longitudinal hematológico. Cualquier variación de sus valores habituales de hemoglobina, hematocrito y reticulocitos, entre otros parámetros, se someterá al examen de un grupo de tres expertos que establecerán si ha habido dopaje o no.
"Hemos desarrollado un modelo informático de análisis específico para el atletismo con el laboratorio de Lausana, utilizando conceptos de medicina forense, que ya está plenamente operativo", explica Juan Manuel Alonso, presidente de la Comisión Médica y Antidopaje de la IAAF y Jefe de los servicios médicos de la española. "Quizás antes del próximo verano podamos llevar a alguno a los tribunales. Tenemos muestras desde 2005. Un 11% de ellas son perfiles anómalos".
El programa ha costado unos 1,2 millones de euros. La IAAF analizará parámetros que la UCI solo empieza a explorar ahora, como los metabolitos de testosterona. El pasaporte, sin embargo, sirve solo como indicio y no como prueba de dopaje. Su utilidad en el ciclismo está a debate: Pellizotti y Valjavec fueron sancionados tras presentar valores extraños y luego fueron perdonados por sus federaciones.

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