martes, 8 de marzo de 2011

PARÍS ECHA MÁS SAL EN LAS HERIDAS DEL ATLETISMO ESPAÑOL


vamosacorrer.com

José María Odriozola estaba en su derecho de seleccionar a Nuria Fernández, pero sabía del riesgo. Una semana después de su convocatoria, a destiempo, disputados y concluidos los Campeonatos de Europa, con un pobre balance de cuatro medallas (el oro de Olmedo, las platas de Beitia y la propia Nuria, y un bronce de Kevin López), el atletismo español regresa de París fraccionado. Están los ´galgos´, los imputados y los sujetos pasivos de la operación antidopaje, y los demás.
El presidente de la Federación Española de Atletismo (RFEA) optó por el desafío, y, sólo unos días después de que el Consejo Superior de Deportes congelara las becas a los implicados, consciente de que numerosos atletas, los mismos que vetaron a Nuria Fernández en la gala anual, habían firmado un manifiesto pidiendo "tolerancia cero" contra los ´galgos´, embarcó a la campeona de Europa al aire libre, atleta de Manuel Pascua Piqueras, imputado por la investigación, que no había preparado la pista cubierta, a un viaje hacia la crispación.
El resultado fue negativo para el atletismo español: mal ambiente en los pasillos del hotel del equipo, atletas que se giraban la cara, que hacían un esfuerzo por no coincidir, y hasta cruces de declaraciones. Isabel Macías, del bando de los otros, quien asegura que Nuria le negó el saludo cuando fue a felicitarla tras las semifinales y la final de 1.500, aseguró que ve a la madrileña como "una extranjera". Llegaron divididos y se fueron enfrentados.
Odriozola, poco hábil en la gestión de este asunto, sólo pensó en una medalla en la menor de las grandes competiciones y despreció el resto de las consecuencias. Al presidente de la RFEA no le gustó que los medios de comunicación hicieran de altavoz de lo sucedido y se negó a hacer un balance, como director técnico que es del equipo español, al acabar el Europeo de París.

"Yo no hubiera llevado a Nuria"
Los críticos con Odriozola se han multiplicado en los últimos meses. La decadencia deportiva -el panorama a cinco meses del Mundial al aire libre de Daegu es muy poco prometedor- y la división que ha inspirado la operación Galgo han aumentado el número de detractores del prestigioso dirigente deportivo, presente, además de en la RFEA, en numerosos estamentos.
A un año de las elecciones a la presidencia de la RFEA empiezan a sonar varias alternativas, pero el único que ha comenzado a hacerlo público, quien, de hecho, ya se lo ha comunicado al propio Odriozola, es Vicente Añó, uno de los pilares del equipo del propio dirigente gallego entre 1989 y 2008, la etapa más brillante en la historia del atletismo español. Añó, que tiene muy claro que él "no hubiera seleccionado a Nuria Fernández", presentará su candidatura cuando los plazos electorales lo requieran en 2012.
Añó, un valenciano que organizó los Mundiales de Sevilla, en 1999, entre otros eventos deportivos, cree que el atletismo español "necesita un cambio". El aspirante, ex vicepresidente de la RFEA, considera que ningún dirigente debería eternizarse en la presidencia "más de tres mandatos", y Odriozola, de 71 años, está cumpliendo con su sexta legislatura, las tres últimas renovadas sin oposición alguna. "Yo, y así se lo he dicho, no quiero que gane, como declaró la última vez, sin rivales. Me parece que es necesario otro equipo, una Federación más participativa y que cuente con un director técnico diferente al presidente", explicó Añó, de 59 años.

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