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Alberto Pozas
Si hay un atleta que se conoce al dedillo cada centímetro de la prueba de 1.500 metros ese es Juan Carlos Higuero, el León arandino de la Blume. Curtido en mil batallas, esta temporada ha decidido apostar por el cross y las distancias más largas, con la mirilla del rifle puesta en Göteborg, una ciudad que, como no podía ser de otra manera, “me trae buenos recuerdos”. Allí espera poder reeditar sus éxitos, esta vez sobre los 3.000 metros, mientras nos cuenta que la carrera que recuerda con más cariño es su primera victoria con doce añitos, y que si algo le falta al atletismo es, sin duda, el diálogo social.
Este año te has lucido en el cross y en los 3.000 metros, bastante más que otros años. ¿Te has decidido a dar el salto a las distancias más largas?
Estamos en ello, pero hay que ir paso a paso. Por ahora quiero seguir en el ‘milqui’, que es lo que se me da mejor, pero esta pista cubierta vamos a por los tres kilómetros: lo bueno que tiene el tres mil es que es muy compatible tanto con distancias superiores como inferiores. Cuando termine la pista cubierta ya veremos qué hacemos, si subimos de distancia o no.
¿Tienes la vista puesta en Göteborg?
Mi entrenador y yo hemos marcado en rojo la fecha del Campeonato de Europa de pista cubierta en Göteborg. Es un buen escaparate para mí, y por ahora vamos bien, con la cuarta mejor marca europea de la temporada en los tres mil metros y liderando el ránking español. Todavía queda tiempo para seguir afinando. Ojalá salga bien, espero poder llegar al cien por cien al 3 de marzo y poder brillar.
Göteborg te traerá buenos recuerdos…
Así es, una ciudad que siempre se me ha dado bastante bien y que me trae muy buenos recuerdos. Espero poder luchar por las medallas y repetir los éxitos de 2006, donde me hice con dos medallas.
¿Tienes pensado convertirte en un mediofondista camuflado de fondista, un abusón de la última recta en los 5.000? Por ejemplo, en los próximos mundiales de aire libre…
Hay que ir paso a paso, pero subir a los cinco kilómetros es una posibilidad, hay que buscar otros retos y otras miras, y hay un Mundial en Moscú el próximo mes de agosto. Viniendo del mil quinientos, siempre puedes aprovechar tu final para superar a fondistas que no terminan igual de bien. En las carreras tácticas, si llegamos todos en las mismas condiciones siempre se termina imponiendo la velocidad, y ahí es donde yo tengo una virtud y una ventaja sobre los demás: espero poder seguir aprovechando esa habilidad.
Pero primero hay que cogerle el ‘truquillo’ a la prueba. Los cinco kilómetros no tienen nada que ver con el ‘milqui’, son doce vueltas y primero tengo que coger una base.
Esta temporada te has prodigado más en el cross y los tres kilómetros que otros años. ¿Cómo ha cambiado tu preparación?
La verdad es que Antonio y yo hemos cambiado bastante la preparación y los entrenamientos de este año. Hasta diciembre, casi todo el mundo entrena igual, ya seas corredor de cinco mil o de ochocientos: es a partir de ahí cuando cada uno empieza a hacer series y entrenamientos más específicos de su prueba. Yo este año he mantenido el volumen de kilómetros, mientras que en otros años a estas alturas ya me había puesto a hacer cosas rápidas. Esta temporada todavía no me he metido en entrenamientos rápidos, sigo haciendo 130 o 140 kilómetros semanales, mientras que en otros años por estas fechas ya había bajado de los cien y me había puesto a trabajar la velocidad. Ahora toca afinar para llegar a tope a Göteborg.
He necesitado tres páginas para imprimir tu biografía deportiva, y por encima de todo se puede ver que eres un atleta versátil, que ha triunfado en mediofondo, fondo y campo a través. ¿Qué momento de tu carrera deportiva recuerdas con más cariño?
La verdad es que es una pregunta muy difícil, siempre es complicado elegir un solo día de muchos años de carreras. Gracias a Dios, todas mis competiciones han sido buenas y satisfactorias, pero siempre he dicho que me quedo con dos. Y no son, ni mucho menos, las que más relevancia deportiva han tenido, pero yo las recuerdo con especial cariño: una es mi primera victoria, fue en un cross cuando tenía doce años. Fue un aliciente y entonces pensé que podía valer para este deporte. La otra es del dos de septiembre del año 2000, cuando me proclamé campeón de España por primera vez en 1500 metros, por delante de los grandes figuras de la distancia.
Puede parecer que no son las más importantes, podría haberte dicho que cuando fui campeon de Europa o cuando fui cuarto en los Juegos de Pekín, pero esas son las dos que recuerdo con mas cariño.
Entrenas con Antonio Serrano en uno de los grupos más potentes del fondo nacional. ¿Cómo influyen tu entrenador y tu grupo en tu preparación?
Mi entrenador y mis compañeros son algo que siempre ha influido para bien en muchos aspectos. Tener un buen grupo de entrenamiento, a nivel general, te ayuda a tener un hábito. Los rodajes de un fondista son algo complicado, sobre todo por el tiempo y la soledad, algo que no pasa cuando tienes unos compañeros de entrenamiento así: los rodajes son amenos, y los entrenamientos siemrpe son más divertidos. También es positivo tener un grupo como el mío porque, los días que flojeas, siempre hay alguien que tira de tí y te empuja, te espabilas y siempre terminas mejorando y haciendo buenos entrenamientos.
Y sobre Antonio, qué voy a decirte. Es un gran entrenador, eso ya lo sabe todo el mundo, pero además tiene una paciencia brutal. Somos un grupo grande, y cada uno tenemos nuestras propias manías, en el día a día y durante las competiciones. Cada uno le llega siempre con sus problemas: que si no nos vemos rápidos antes de una carrera, que si no estamos bien entrenando… y él siempre sabe solventarlo. La verdad es que tenemos un grupo formidable.
Una de las afirmaciones más escuchadas en el atletismo español es que “no hay relevo”, sobre todo en fondo y medio fondo. Pero en las últimas temporadas hemos visto jóvenes valores que han comenzado a hacerse hueco, un ejemplo es Kevin López batiendo el récord de España de 800. ¿Cómo ves ese aspecto de atletismo español?
En la promoción del atletismo y el relevo generacional, lo esencial son los colegios y las escuelas. Si ahí les inculcan el atletismo desde la base, los atletas terminan por salir solos, luego ya van encontrando sus objetivos. Ahora tenemos muchos grandes atletas y muy jóvenes, por nombrar a algunos podemos decir Kevin López, David Bustos, Javier Cienfuegos, Ana Peleteiro, y muchos más que no caben en esta entrevista.
Lo que hay que recuperar es el diálogo social con el atletismo: sólo entonces volverán a salir muchos campeones de los colegios. Pero en realidad siempre va saliendo gente, aunque está claro que no todos los años podemos tener una generación ganadora. Podremos sacar un balance sincero cuando muchos ya lo hayamos dejado y veamos lo que han hecho los jóvenes estos años, pero con algo de perspectiva. La verdad es que ahora mismo hay muchos atletas jóvenes y, sobre todo, con muchas ganas que podrán traer medallas para España.
Juan Carlos Higuero también es un aficionado y espectador del atletismo. ¿Cuál es tu prueba favorita?
¡Otra pregunta complicada! Si te soy sincero, de toda la vida soy un enamorado del atletismo y me gustan todas la pruebas. Fíjate, que no me clasifiqué para los últimos Juegos Olímpicos de Londres y compré entradas para ver todas las pruebas todos los días. Si tuviera que elegir, por el espectáculo que supone, me quedaría con el salto de longitud, es la disciplina que siempre me ha admirado más. Desde siempre he alucinado viendo saltar a Iván Pedroso, brincando nueve metros. Te pones a compararlo, ¡y es un salto mucho más largo que tu habitación! Me parece impresionante. Pero ya te digo que me quedo con todas las pruebas, lanzar una jabalina a más de noventa metros también es algo que admiro mucho. Soy un romántico de este deporte, y me gusta verlo absolutamente todo.
Juan Carlos, muchas gracias por tu tiempo y mucha suerte esta temporada.
Muchas gracias a vosotros.
lunes, 11 de febrero de 2013
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