CARLOS ARRIBAS
El País.com
A finales del mes de enero los responsables del comité antidopaje de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) notificaron a Marta Domínguez que habían descubierto anomalías en su pasaporte biológico que les llevaban a concluir que en algún momento de su carrera había recurrido al dopaje sanguíneo (uso de EPO o de autotransfusiones). La notificación, a la que respondió la atleta con una serie de alegaciones técnicas, fue el penúltimo paso de un largo proceso de más de un año que puede concluir en las próximas semanas con una sanción de dos años para la campeona del mundo de 3.000 metros obstáculos y senadora por el Partido Popular. Según fuentes conocedoras del caso, el último paso lo dará próximamente la IAAF notificándole a la atleta una suspensión provisional y enviando todo el expediente a la federación española, cuyo comité de competición deberá decidir si la sanciona por dopaje.
El pasaporte de Marta
Domínguez es unos de los casi 20 anómalos que la IAAF ha anunciado en los
últimos meses, y según fuentes cercanas a la federación internacional, no es el
único que corresponde a un atleta español. Según las listas oficiales de la
IAAF, en estos momentos hay 17 atletas sancionados dos años o más por el
pasaporte biológico, en su mayoría rusos y turcos, incluida la actual campeona
olímpica de 1.500 metros, Cakir Alptekin.
El pasaporte biológico es
una de las herramientas más útiles en la lucha contra el dopaje sanguíneo, muy
difícil de detectar en los laboratorios con los controles antidopaje tradicionales.
En el pasaporte, puesto en marcha por la IAAF en verano de 2009, se anotan
todos los valores sanguíneos (hematocrito, hemoglobina, reticulocitos...) de un
deportista a lo largo de varios años. Partiendo de sus valores medios, un
programa informático determina una horquilla de mínimos y bajos que se
considera su normalidad: cualquier valor que sobresalga por arriba o por abajo
es considerado sospechoso.
En el caso de Marta
Domínguez, según personas que han tenido acceso al informe, el valor que hizo
sonar la alarma fue precisamente uno de los primeros que se recogieron, el de
su hemoglobina muy elevada en agosto de 2009, coincidiendo con el Mundial que
ganó en Berlín. Sin embargo, su grado de anomalía y elevación solo se pudo
calibrar tres años más tarde, cuando se comparó su hemoglobina de 2009 con los
valores muy inferiores, los considerados normales de la sangre de la atleta
considerada la mejor de la historia en España, que fueron los obtenidos en los
controles efectuados cuando su regreso a la competición después de dar a luz a
su bebé.
Una vez que el programa
informático hizo sonar la primera alarma, una que suponía un 99% de
posibilidades de que sus valores elevados se debían a dopaje sanguíneo, los
datos de Marta Domínguez fueron revisados por un experto de la IAAF, que validó
el proceso informático y se los remitió de manera anónima a tres expertos
independientes del grupo creado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Después de estudiarlos por separado, y sin comentar entre ellos sus sospechas,
los tres coincidieron en su evaluación: el resultado de 2009 era anómalo. Para
estar más seguros aún, los responsables de la lucha antidopaje de la IAAF
sometieron a nuevos controles fuera de competición a Domínguez, añadieron los
resultados al expediente y se lo remitieron una segunda vez a los expertos. De
nuevo respondieron sin dudar: ese resultado no entra dentro de la horquilla
natural de la atleta.
Solo entonces, a comienzos
de 2013, cuando había pasado un año de la apertura de la investigación,
notificó la IAAF a la atleta la apertura del expediente y la invitó a presentar
sus alegaciones. El experto de Marta Domínguez encargado de rebatir a los
expertos del pasaporte es el químico holandés Douwe de Boer, el perito habitual
en todos los deportistas defendidos por José Rodríguez, el abogado de
Domínguez, en casos de dopaje, y también de otros deportistas españoles, como
Alberto Contador, que presentó en su defensa contra el clembuterol un estudio
de De Boer. Los expertos del pasaporte han rechazado, según fuentes cercanas a
la IAAF, todas las argumentaciones de De Boer, la mayoría, según quienes las
conocen, críticas con los procedimientos seguidos a la hora de tomar las
muestras de sangre.
Una vez superadas todas
las etapas científicas, el expediente pasó al departamento jurídico de la IAAF,
donde se encuentra en estos momentos. Los abogados están aquilatando todos los
posibles problemas antes de enviarlo finalmente a la federación española para
que proceda a sancionar. Amparándose en las leyes de protección de la
intimidad, ni la IAAF ni la española quisieron hacer ninguna declaración
oficial sobre el asunto. El abogado de Marta Domínguez no respondió a una petición
para que ofreciera su versión.
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