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"Lo
que sucede, conviene". Es la filosofía de vida que tiene Ana Peleteiro
desde que se entrena con Iván Pedroso. La gallega, de 23 años, dio el gran
salto en invierno al ser campeona de Europa bajo techo de triple. "Aquello
ya está olvidado, vi el vídeo tropecientas veces, hice 14,73, y hay muchos
fallos. Sí es cierto que esto da un punto diferente, sabes que puedes estar con
las mejores del mundo. El bronce olímpico fue 14,74", explica Ana en su
visita a As, a la que viene acompañada por el cubano (nueve oros mundiales y
uno olímpico en longitud), que analiza el boom Peleteiro: "Llega en el
momento justo, Ana va hacia arriba cuando vienen Mundiales en Doha y los Juegos
de Tokio 2020".
Peleteiro
y Pedroso unieron caminos en Guadalajara en octubre de 2016, cuando el
disciplinado técnico, que ya dirigía a las estrellas Yulimar Rojas y Teddy
Tamgho, ofreció "un período de prueba" a la saltadora. Ana venía de
"una travesía en el desierto" tras ser campeona mundial júnior en
2012. "Tuve toda la atención. Soy hija única. Me vine a Madrid y me
relajé, no me cuidé y el cuerpo no respondió. Pero no cambiaría nada de
aquello, fue un aprendizaje; ya le digo, lo que sucede conviene", narra la
gallega con sinceridad, que oía a su espalda: "Es un supertalento, pero a
ver si la recuperamos".
Y
entonces... "Escribí por Facebook a Iván, con el que tenía amistad, y él
ni me respondía. Llamé a Alberto, mi mánager, y le dije que le convenciera para
entrenarme". El cubano se lo pensó con calma: "Antes le había
ofrecido ser su entrenador, pero ahora ya no quería yo". Al final accedió,
le dejó seis meses en su grupo y le pidió un cambio y un reto: "Tenía que
ser internacional y hacer marca": "La hice en el Europeo de Belgrado
2017, en el último intento", dice Peleteiro, que se ganó una prórroga. En
2018, la de Ribeira era 'fija' en el Team Pedroso.
El
técnico explica cómo su discípula recobró la senda de la élite: "Ana ahora
sí tiene sueños en su mente. Se trataba de cambiar la mentalidad. Todavía tiene
margen de mejora, cuando me dice a algo que no puede le digo: '¿no lo he
oído?'. Las barreras se las pone uno mismo y yo no acepto un 'no puedo".
Peleteiro asevera: "Se trata de mantener el hambre. Yo me entreno para ser
campeona mundial, para ganarlo todo; si no, no sería atleta. Luego que lo
consiga es otra historia...". Y hace una reflexión que revela cómo
entrenar con Pedroso le ha hecho ganar en humildad: "¿Cómo voy a poner en
valor mi título europeo, si mi entrenador ganó nueve Mundiales y un oro
olímpico?".
Ana
Peleteiro cambió el chip gracias a Pedroso y a una conversación que tuvo con el
triplista portugués Nelson Évora, su pareja y también parte del grupo alcarreño
del cubano: "Él ha ganado todo (oro olímpico, mundial y europeo) y no es
ni el más fuerte, ni el más alto, ni el más rápido, pero aprovechó su momento.
Fue una revelación, yo también podría hacerlo. Desde ese momento comencé a ir a
los entrenamientos con todo".
Peleteiro
reconoce que esas primeras sesiones en el tartán de la Fuente de la Niña frente
a Yulimar Rojas, plata olímpica, eran duras: "Cuando veía que en
pentasaltos me sacaba más de dos metros lo veía imposible". Y ahí estaba
Pedroso, que tiene como referente al Cholo Simeone, alimentando su autoestima y
su talento "partido a partido": "Le decía: 'Tienes que creer en
tí, tener confianza. Ana siempre busca la lógica a todo". La gallega
admite: "Ahora a Yuli en algún entrenamiento le planto cara".
El
triple femenino es una de las disciplinas más de moda del atletismo mundial con
el duelo Caterine Ibargüen-Yulimar Rojas, un Colombia-Venezuela. ¿Sueña Ana
Peleteiro con meter a España ahí? "¿Oyes esa pregunta? Ves como es
posible", le espeta Pedroso a Peleteiro, que responde sencillo:
"Estar ahí sería bonito, pues claro que sí".
La
Diamond League de su disciplina arranca en junio y en octubre tendrán los
Mundiales de Doha. "Será como un parcial importante, porque muchos focos
estarán ahí, pero el gran examen final es los Juegos de Tokio 2020, quiero
llegar bien y no hacerme pequeña". Tras batir el récord de España (14,73)
en Glasgow a Peleteiro se le presenta ahora la pregunta de hablar de los 15
metros. "No quiero ponerme límites de marcas, sólo sirve para ponerte
barreras y frenarte". Pedroso refuerza la visión: "La mente tiene que
ser libre, La meta está en la persona, Ana hablaba del hambre, es clave, más
allá de las condiciones y el talento".
Esas
sesiones heterodoxas de psicología se fraguan entre pesas, series de velocidad
e infinitos saltos. "Este año quiero probar la longitud, que nunca pasé ni
de seis metros. Si se me da bien igual me quedo", reflexiona a la ligera
Peleteiro. "Ni lo pienses", dice Pedroso. "Le haré caso porque
al final siempre tiene razón". Aunque han hecho una tregua y este sábado
en Ibiza, Ana hará su reestreno en salto corto.
Y
así, en Guadalajara la vida va tranquila y los entrenamientos comienzan tarde,
a las 12:30, en la Fuente de la Niña y un gimnasio improvisado, montado en el
garaje de casa de Peleteiro y Évora. "Empezamos a esa hora porque quiero
que los entrenamientos sean de la máxima calidad y que ellos estén
descansados". Uno de los secretos es la piña del grupo, ese estilo familar
que se ve en cada gran campeonato, en los estadios, en los halls de los
hoteles. En Doha y Tokio 2020, el Team Pedroso estará de nuevo. Luchará por
todo. "Estaría bien un podio con Ana, Yulimar y Nubia Soares", dice
Pedroso: "Luego ya se sabe... Lo que sucede, conviene".
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