EFE
Todas las miradas del estadio olímpico de Estocolmo estaban puestas en el joven saltador caribeño, de tan sólo 20 años, que el pasado año deslumbró a todo el mundo en la capital sueca con un espectacular salto de 8.83 ventosos. De hecho, los organizadores en previsión de una nueva hazaña de Echevarría habían ampliado en un metro el foso de salto, para evitar los problemas que el cubano tuvo el pasado año cuando golpeó con sus pies el final del foso tras su impresionante salto.
Pero
hoy no fue el día de cubano, tal y como se comprobó desde su primer intento, en
el que Juan Miguel Echevarría se quedó en unos "discretos" 7.94
metros. Una marca decepcionante para un atleta, que el pasado mes de marzo
saltó en La Habana nada más y nada menos que 8.92 metros, eso sí ayudado por un
auténtico vendaval -+3.3 m/s-. Distancia que Juan Miguel Echevarría no pudo
superar hasta su cuarto intento, cuando firmó un salto de 7.95, que apenas le
servía para acercarse a las primeras posiciones.
Y
es que si el antillano tuvo serios problemas para manejarse entre el viento y
la lluvia intermitente que marcó la reunión, todo lo contrario le pasó al sueco
Thobias Montler, que bajo estas adversas condiciones firmó el mejor concurso de
su vida.
Montler,
vigente subcampeón de Europa en pista cubierta, sorprendió a todos sus rivales
con un espectacular salto de 8.22, su mejor marca personal, que resulto
imbatible para el resto de participantes. Ni los intentos del sudafricano Luvo
Manyonga, el vigente campeón mundial, que debió conformarse con la cuarta plaza
con una marca de 8.07, ni los del campeón olímpico, el estadounidense Jeff
Henderson, tercero con 8.09, sirvieron para desbancar a Montler de la primera
plaza.
Triunfo
que sólo parecía poder arrebatar al sueco el cubano Juan Miguel Echevarría, que
pese a mejorar en su sexto y último salto no pudo superar al atleta sueca, tras
firmar una marca de 8.12, eso sí, en un salto en el que el cubano no llegó ni
tan siquiera a pisar la tabla.
Un
detalle del enorme talento que atesora el saltador caribeño, el hombre que
parece destinado a superar algún día el récord del mundo -8.95- del
estadounidense Mike Powell vigente desde hace casi veintiocho años, aunque para
ello Echevarría necesitará el sol y el calor que este jueves no tuvo en
Estocolmo.
La
española Esther Guerrero deberá seguir buscando el billete para los Mundiales
de Doha en la prueba de los 1.500, tras firmar este jueves en la reunión de Estocolmo,
tercera parada de la Liga de Diamante, una marca de 4:12.50, seis segundos más
que la mínima -4:06.50- exigida por la Federación Española.
La
mediofondista barcelonesa, que el pasado mes de marzo fue sexta en los 800 de
los Europeos en pista cubierta de Glasgow, concluyó séptima en una prueba en la
que se impuso la británica Laura Muir con un tiempo de 4:05.37. Guerrero, que
cuenta con una mejor marca personal de 4:07.90, pagó en los metros finales su
intento por seguir el ritmo de Muir, la vigente campeona continental, a la que
la española pudo seguir hasta llegar a la última vuelta.
El
noruego Jakob Ingebrigtsen terminó tercero en 1.500 y empieza a meterse en el
dominio africano. Tras una gran remontada final, registró un tiempo de 3:37.30.
La victoria fue para Cheruiyot (3:35.79). En 400 vallas, el también noruego
Warlhom, campeón del mundo, no dio opción a la sorpresa y ganó cómodamente
(47.85). En 400, el estadounidense Michael Norman derrotó a su compatriota Rai
Benjamin (44.53 vs 45.13) y en 200, el canadiense Brown (20.06) superó a
Guliyev.
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