domingo, 20 de julio de 2008

El equipo estadounidense de atletismo lleva a ex dopados a los Juegos




Aunque el vigente campeón olímpico de 100 metros, Justin Gatlin, no ha conseguido en los tribunales su billete para Pekín, otros ex dopados figuran en la selección de atletismo que defenderá los colores de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Pekín.

El sprinter, que está suspendido hasta julio de 2010 tras recibir un castigo de cuatro años, tras un segundo control antidopaje positivo en 2006, perdió así toda esperanza de conservar su título.

A pesar de su larga batalla en los tribunales, perdió su último recurso y quedó fuera de las clasificaciones estadounidenses.

Por contra, otros atletas que han sido sancionados por dopaje en el pasado sí que estuvieron en los campeonatos nacionales en Eugene (Oregón) y consiguieron garantizar su presencia en Pekín.

En la lista de 126 atletas del equipo olímpico estadounidense, nombres como Kenta Bell, Damu Cherry y Torri Edwards tienen en su trayectoria una mancha por casos de controles antidopaje positivos.

El pasado año, durante los campeonatos nacionales, el especialista de triple salto Kenta Bell había dado positivo por metrilprednisolona.

Por ello recibió una suspensión reducida de tres meses, al tener en cuenta que le habían prescrito un medicamento que contenía esteroides y no haber pedido antes una autorización de uso terapéutico, un requisito obligatorio según los reglamentos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Damu Cherry, que terminó segundo en los 100 metros vallas de Eugene, fue apartado de la competición de 2003 a 2005 por haber tomado nandrolona, aunque él siempre ha defendido que la causa fueron unas vitaminas.

Por su parte, la campeona mundial de 2003 en los 100 metros, Torri Edwards, disputará en Pekín-2008 esa distancia y el relevo 4x100 metros, en lo que es su regreso a los Juegos Olímpicos tras verse apartada de la cita de Atenas-2004.

Edwards había dado positivo por un estimulante en abril de 2004, durante la reunión de Fort-de-France, y también se vio castigada con no poder defender su corona mundial en Helsinki-2005.

Pero el equipo olímpico estadounidense de atletismo no será el único en incluir a atletas que hayan vivido en primera persona casos de dopaje.

La ucraniana Lyudmila Blonska, suspendida dos años por un control positivo por un esteroide anabolizante en 2003, intentará confirmar en la capital china su regreso al primer nivel, un año después de colgarse la medalla de plata en el Mundial de Osaka-2007.

El británico Dwain Chambers ha protagonizado uno de los casos más comentados, hasta el punto de presentar un recurso ante la justicia para poder estar en Pekín-2008, aunque su petición fue rechazada por el Tribunal Supremo de su país.

Chambers dio positivo por THG en 2003 y por ello fue suspendido por dos años.

A pesar de firmar el mejor tiempo de 100 metros en las clasificaciones británicas para los Juegos, el Comité Olímpico Británico (BOA) le ha vetado en función de una de sus normas, que dice que un deportista que ha sido sancionado por dopaje no puede formar parte de la delegación olímpica.

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