EFE
La mentira, la trampa, tiene las patas muy cortas. El dopaje en el deporte es la
más reprochable de todas. Y el «ganador» que se cubre de gloria con la ayuda de
lo prohibido, antes o después, tiene su castigo, y los elogios, obviamente,
pasan al mayor de los castigos. Así es ya para la rusa Tatyana Kotova. Y lo que el
engaño quitó a quien jugó limpio, el tiempo y la lucha contra el dopaje, en este
caso con carácter retrospectivo, compensará con una medalla de bronce del
Mundial de atletismo de 2006. El metal será para Concha
Montaner.
Ayer se daba un nuevo paso para que la valenciana reciba el premio
por su salto de 6,76 en Moscú 2006. Fue cuarta con el mismo brinco que la
portuguesa Naide Gomes.
El pasado 9 de febrero, la Agencia Antidopaje Rusa
(RUSADA) suspendía entonces de manera provisional a Tatyana Kotova por dar positivo en un control antidopaje
realizado en el Mundial de Helsinki de 2005. La IAAF iniciaba entonces la
investigación tras la alerta del laboratorio antidopaje de Lausana.
Ayer, a petición de la RUSADA, la Federación de Atletismo de Rusia
formalizaba la suspensión
por dos años de la saltadora de longitud. Su descalificación afecta a
todas las pruebas en las que participó entre el 10 de agosto de 2005 y el 9 de
agosto de 2007.
En ese camino, el oro en salto de longitud el
Mundial de Atletismo de Moscú en 2006. En aquella edición, la plata fue para la
estadounidense Tianna Madison brincó 6,80 y el bronce con un salto de 6,76 para
Gomes. Pero Concha Montaner hizo la misma marca que la portuguesa.
La ganadora del bronce se concretó con un desempate. No hubo un nuevo
salto, sino en la revisión del segundo. Montaner firmó 6,64 y la lusa 6,75, por
lo que se colgó la medalla. La tristeza de Montaner fue absoluta.
Ahora Concha espera la confirmación final. El oro
pasaría a manos de Madison, la plata para Gomes y el bronce para Montaner, quien
pasaría a engrosar su excelente palmarés nacional con un bronce mundial.
La saltadora expresaba ayer a través desde una de sus redes sociales
que «parece que al final seré bronce en el Mundial de Moscú del 2006. No sé que
decir. Sólo que esa tarde me eché a llorar sin consolación. Mi entrenador, mi
marido y todos los de mi alrededor me decían que lo había hecho bien, muy bien.
Lo malo es que yo lo sabía pero no me daba consuelo. Ahora cuando ya he
asimilado que fue una de mis grandes competiciones me llega esta sorpresa. Sólo espero que se confirme y al
menos que den a mi currículum deportivo la medalla mundialista. Gracias a
tod@s por las felicitaciones».
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