JOSÉ SÁMANO
El País.com
El País.com
¿Y ahora qué? Es la pregunta más recurrente en el deporte
español tras el fiasco de Madrid 2020. A nadie corresponde más la respuesta que
al secretario de Estado para el Deporte. Miguel Cardenal (Bilbao, 1968) asegura
haber sido de los más escépticos sobre la posible victoria de la candidatura y
subraya que esta vez, al contrario que en las dos elecciones anteriores, el COE
decidió asumir el protagonismo, quitar peso a las administraciones.
Pregunta. Tras la enorme decepción que se ha llevado el pueblo
tras la votación de Buenos Aires, ¿alguna autocrítica desde el Gobierno?
Respuesta. En esta candidatura se ha buscado un modelo
diferente respecto a las dos anteriores. El papel protagonista y el liderazgo
le han correspondido al Comité Olímpico Español y en el Gobierno hemos estado
para ayudar en los aspectos que nos solicitara la candidatura. Ellos estaban
muy preocupados con el dopaje y nos pidieron que se acelerara y aprobara la ley
antes la presentación en Lausana y se consiguió. Había también incertidumbres
importantes sobre la capacidad para afrontar el gasto de unos Juegos con la
situación económica del país y era importante que se articulara la capacidad de
las tres administraciones para hacer frente a sus compromisos, algo que en el
COI les cuesta entender. Se preguntaban: ¿Qué ocurre si uno de los tres no
responde? El ministro Soria [José Manuel, titular de Industria] les firmó una
garantía por escrito, lo que les tranquilizó. A partir de ahí, hemos estado a
disposición de la candidatura. Por ejemplo, han pedido que fueran algunos
responsables económicos a las presentaciones y han estado el secretario de
Comercio, el ministro de Economía… Pidieron que estuviera el presidente del
Gobierno y, con el esfuerzo que suponía llegar desde San Petersburgo, estuvo
allí, como varios ministros. Nuestro papel era dar soporte a la candidatura en
la medida que lo solicitara.
P. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido del proceso
electoral, qué enseñanzas se ha traído?
La candidatura no quiso que contestáramos a las preguntas
del COI
R. No ha sido muy distinto de lo que me imaginaba. La clave
es conocer los resortes que mueven el voto de cada uno de los miembros del COI.
No me siento defraudado respecto a las expectativas que existían. Este ha sido
un nuevo modelo puesto en marcha respecto a otros en los que el peso de las
administraciones fue muy superior y el resultado ha sido un número inferior de
votos.
P. ¿A qué se refiere?
R. A que sacamos 26 votos…
P. Me refería al peso de las administraciones, ¿les han
dejado de lado?
R. El peso fundamental y el liderazgo han correspondido al
Comité Olímpico, no al Ayuntamiento de Madrid, a la Comunidad Autónoma o al
Gobierno central…
P. ¿Ha faltado política, alta diplomacia internacional?
R. No creo que muchos de los votos estén condicionados por
las indicaciones de los Estados. Este cuerpo electoral no se mueve así. Lo que
tiene a gala es más bien todo lo contrario. Se podría decir que el atractivo
que se ha trasladado del país ha sido inferior.
P. ¿Pero han sabido ustedes hacer política dentro del COI?
R. Hombre, evidentemente, cuando el resultado es 26 votos
significa que la captación interna no ha funcionado.
P. Entre todos ustedes crearon falsas expectativas a la
gente.
R. Tengo un conocido que dice siempre que el lunes todos
acertamos la quiniela. Pero tengo que señalar que durante este tiempo, y esa ha
sido la postura del Gobierno, sabíamos que era algo muy complicado porque había
extraordinarios rivales. Voy a obviar el nombre, pero cuando se conoció el
triste resultado una responsable de la delegación se me acercó y me dijo:
‘Miguel, la verdad es que tú siempre nos has trasladado que era muy
complicado’.
P. ¿Usted hubiera retirado la candidatura con antelación?
Habría que haber resaltado que las bolsas de sangre no están
destruidas
R. No, no, no… No valía la pena retirarse. En un cálculo
absoluto de probabilidades podíamos ganar, y solo por ese porcentaje valía la
pena luchar. Pero es verdad que esas posibilidades no eran tan altas como se
habían trasladado a España. Había factores externos que podían cambiar en poco
tiempo. Hasta hace pocos meses, Estambul era la gran favorita. A Japón era más
difícil encontrarle una debilidad, pero ha estado cerca. Y en una relación
coste-beneficio, habida cuenta de la inversión ya realizada y sabiendo los
beneficios que hubiera traído para España, no tengo dudas de que merecía la
pena pelear.
P. Otro factor adverso ha sido el económico. El COI quiere
gigantismo y Madrid proponía austeridad, unos Juegos low cost…
R. En mi modesta opinión ha sido el factor de mayor peso en
la decisión de los miembros del COI. Pero me parece importante resaltar que
esta misma valoración de las candidaturas hace 10 años hubiera sido otra. En un
momento de optimismo, seguramente la candidatura de Estambul, que tenía un
extraordinario atractivo, hubiera sido mucho más poderosa; en un momento de
incertidumbre, no se quieren tomar riesgos. Y ahí aparece la gran fortaleza y
seguridad de Japón, que llegó con un grupo de firmas patrocinadoras
extraordinarias y puso de relieve que tiene todos los recursos previstos.
Nosotros teníamos que haber intentado situarnos entre esas dos propuestas.
Tenemos un gran atractivo, como Estambul, porque recibimos 60 millones de
turistas al año, gente a la que le gusta nuestro clima, nuestra hospitalidad…
Y, en ese sentido, creo que somos más fuertes que Tokio. Y también ofrecíamos
la seguridad de Tokio, porque teníamos las inversiones hechas. Vendíamos
seguridad y atractivo. Creo que en esa venta de la seguridad les convenció más
Tokio y no fuimos capaces de explicar mejor la nuestra, no convencimos.
P. ¿Cree de verdad que a un organismo como el COI se le
puede vender austeridad?
R. Estamos equivocando los términos. Cuando hablamos de una
candidatura low cost es un error. No se estaba diciendo que fueran a ser unos
Juegos menos brillantes que los que hemos visto recientemente. Lo que se estaba
diciendo es que hacía falta menos dinero porque estaba casi todo hecho, no que
las habitaciones de los atletas fuera a ser peores, o que el material de las
instalaciones fuera de peor calidad, o que los transportes no fueran los de
Londres. Eso es lo que se trataba de explicar. Se trataba de decirles que si
llega alguien con una candidatura que no necesita una inversión gigantesca es
algo que en estos momentos de crisis es un valor, porque ustedes estarán demostrando
a muchas ciudades del mundo que si son ingeniosas pueden ofrecer unos Juegos
con una factura muy inferior a los que se han celebrado recientemente. Era un
relato creíble.
P. ¿Qué me dice del dopaje?
R. Mire, esa pregunta nos la habían hecho ya en Lausana y
tuve la ocasión de preparar la respuesta con el presidente del COE. Allí se
habló de lo que otros organismos están diciendo de nosotros. Nuestro trabajo
para mejorar esa imagen se ha dirigido fundamentalmente a que los organismos
internacionales hablen bien de nosotros, es la manera más rápida de disipar
dudas sobre tu credibilidad. En casi dos años que llevo en el Consejo he visto
elogios a lo que estamos haciendo. Lo lógico es traer a colación que los demás
hablan bien de ti. Por otra parte, se preguntó por las bolsas de sangre y estas
no están destruidas, y creo que hubiera sido interesante resaltar eso frente a
lo que se afirmaba en la pregunta. Precisamente, la sentencia de la Operación
Puerto está recurrida para que se entreguen las bolsas. Si se llegó a juicio
fue porque el anterior Gobierno recurrió dos veces el archivo de la causa. Las
bolsas las han pedido todas las instancias oficiales, la fiscalía, la abogacía
del Estado... No creo que haya ninguna duda sobre el interés de los poderes públicos
porque se entreguen las bolsas y se puedan utilizar para castigar a quienes
estaban incurriendo en prácticas prohibidas. Y digo más, la nueva ley incluye
un artículo expresamente concebido para estos casos, que las pruebas que se
recojan en un proceso penal se puedan utilizar para sancionar
administrativamente a los deportistas. Seguramente, esa pregunta, incluso por
la forma en que se formuló, puesto que se hizo referencia a las autoridades, se
pretendía que fuera contestada por el Gobierno, pero la candidatura no quiso
que algún responsable gubernamental del deporte estuviera entre las personas a
las que se formulaban las preguntas.
P. Cerrado el capítulo de Buenos Aires, ¿ahora qué? ¿Cómo
paliar la decepción en la calle, en el mundo del deporte?
R. Por supuesto que estábamos muy esperanzados con tener los
Juegos Olímpicos y Paralímpicos, porque como ocurre siempre la inversión crece,
es parte del programa. Pero estábamos trabajando conscientes de que en esta
situación de crisis no podíamos fiar todas nuestras cartas a que el 7 de
septiembre nos dieran los Juegos, porque, insisto, la probabilidad… Ya antes de
esa fecha habíamos garantizado que la inversión en deporte de alto nivel, el
que nos ocupa a nosotros, no iba a continuar con descensos. En concreto, hay
que advertir que no solo no va a bajar la subvención a las federaciones para
2014, sino que sobre la de 2013 tenemos ocho millones más de las quinielas. La
nueva ley de dopaje atribuye ya completamente el coste de los controles a la
Agencia estatal, cuyo presupuesto aumenta significativamente en 2014 para
hacerlo frente. Son recursos que se dejan de detraer de las federaciones, y son
unos dos millones de euros. También estamos trabajando en buscar fuentes de
financiación privada, con distintos planes. Estamos activando una plataforma
para generar recursos para el deporte federado, una central de compras. También
prevemos programas para que las federaciones capten recursos en varios
escenarios distintos. Más allá de la crisis, y de que en el futuro seguro que
crecerá la inversión pública, creemos que hay recorrido. El deporte, con su
extraordinario atractivo y su nivel, es capaz de generar más recursos. De los
60 millones de turistas que nos van a visitar este año, según las encuestas una
sexta parte dice que viene a España o para practicar deporte o para asistir a
acontecimientos deportivos. Dos millones para ver y ocho para practicar. El
deporte genera mucho dinero en España y el que hace falta para el deporte de
alto nivel es una pequeñísima parte de ese negocio. Estamos trabajando para
conectar el deporte de alto nivel con el turismo, con el sector servicios, al
que está permitiendo una actividad productiva y debe tener un retorno por la
riqueza que está generando. Es muy difícil compensar a corto plazo lo que se ha
perdido de inversión pública y sabemos que hemos colocado a las federaciones en
una situación complicada, difícil, pero han hecho un trabajo excelente en el
último año.
P. El panorama es una subvención rebajada en un 34% y 25
federaciones en quiebra técnica.
R. Ese descenso que se produjo el año pasado quedará paliado
este año con las mejores a las que ya he aludido antes, que pueden suponer un
crecimiento porcentual importante. Pero me gustaría subrayar el esfuerzo que
están haciendo. Lo mejor del deporte es la gente del deporte, deportistas,
técnicos, voluntarios, directivos. Su actitud de superación ha sido
extraordinaria.
P. ¿Qué hay de la Ley de Mecenazgo?
R. Está en trabajos preparatorios. Hay una comisión
interministerial liderada por Hacienda y van avanzando. Esperamos tener pronto
noticias tangibles de esa ley. Por su puesto, el deporte estará contemplado.
P. Sea realista y no político. ¿Hay motivos para que el
deporte sea optimista? Y no me refiero a las victorias de Nadal y otras grandes
estrellas...
R. Son tiempos duros en la sociedad española y el deporte no
lo pasa menos mal que otros sectores. Hace un año se seguía hablando de si se
rescataba a España... El deporte tiene tanta fuerza y aporta tanto a nuestra
sociedad que los poderes públicos somos conscientes de que es una magnífica
inversión por tanto como recibe el país. Hay que recuperar terreno en la
financiación pública a la mayor velocidad posible y, al mismo tiempo, es el
momento de explorar las capacidades de financiación privada como vía de futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario