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Kevin López, plusmarquista español de 800 (1:43.73),
escuchaba últimamente con frecuencia una pregunta: ‘¿Cuándo te vas a pasar al
1.500?’. El de Lora del Río, de 27 años, tiene respuesta: “Esta temporada lo
haré, correré algún 800, pero voy con todo al milqui. Era la evolución que me
tocaba, habíamos puesto fecha después de los Juegos de Río, pero como tuve una
lesión decidimos posponerlo un año”. En la inminente pista cubierta hará su
estreno en la distancia clásica del atletismo español y ya tiene programada una
cita el 3 de febrero en Mondeville (Francia), pero podría debutar en enero
“para coger sensaciones”. “La idea es lograr la mínima (3:39.50) de los
Mundiales del Birmingham (1 al 4 de marzo) en milqui y correrlo en el Nacional.
Salvo que fallara e hiciera un buen 800...”.
A nivel de entrenamientos, Pies Calientes (su apodo)
confiesa que los planes de su técnico, el sabio profesor Paco Gil, “han variado
poco”. “Nunca fui ochocentista puro y duro, con perfil de velocista. Es cierto
que en pretemporada he pasado de hacer 100 kilómetros
semanales a 150 y que he estado 42 días en altitud en Sierra Nevada, pero se
trata, sobre todo, de un cambio de mentalidad, de poner atención al fondo. Lo
que antes consideraba que podía ser un trámite, ahora lo veo más importante”,
relata el atleta, cuyo nombre homenajea al piloto Kevin Schwantz, y que ha
subido a la montaña granadina en períodos de 21 días. “Yo subo a altitud no
para bajar y competir bien, sino para bajar y entrenarme bien. Y la verdad es
que ha sido más sencillo todo cuando he tenido que hacer sesiones largas y de
recuperaciones cortas”.
Hace seis días en la pista de San Pablo en Sevilla recibió
un golpe de confianza en su nuevo proyecto tras un“sorprendente” 3.000 en
8:06.91. “No lo esperaba ni de coña, corro esa prueba cada año y desde 2013 me
había retirado siempre, cuando llevaba algo más de 1.000 metros . Mis
compañeros me decían que podía hacer un buen tiempo, pero yo tenía de marca
8:21. Me ha dado mucha confianza, porque aunque entrenes genial, hasta que no
llegas con unos jueces y una foto finish no sabes si estás en forma”, relata
Kevin, con 3:38.30 en 2013 en el 1.500, que ya había hecho algunos experimentos
en años anteriores con el milqui: “Pero lo hice un poco por jugar, sin
centrarme demasiado, al mínimo cansancio desconectaba y paraba. Yo necesito
presión y correr con cierta tensión”.
En la nueva distancia ve pros y contras: “Correr rápido creo
que será el menor de los problemas. El tema es que hay que acomodarse a pruebas
con tácticas diferentes. Lo que no sé es cómo responderé a cambios largos de 500 metros , pero no
tengo miedo y creo que tendré cierta ventaja en la colocación en las pruebas,
será diferente a la locura del 800, donde puedes estar muy fuerte y caer
eliminado en primera ronda”. También su rush final puede ser una ventaja,
cuando se encuentre con los hombres fuertes de una prueba, que salvo por
Mechaal (que correrá distancias superiores), no pasa por su mejor momento en
España: “Es verdad que antes había 4 o 5 tíos en 3:32, pero sí que hay mucho
nivel medio alto con gente de nivel como David Bustos, Marc Alcalá, Alberto Imedio,
Llorenç Sales… y chavales jóvenes como Adri Ben, Ignacio Fontes".
Un buen momento para él puede llegar en agosto en los
Europeos al aire libre de Berlín en 2018: “Como Arturo Casado, que se acaba de
retirar y es un modelo porque tiene una forma de ver el deporte parecida a la
mía, tengo claro que para ser bueno en 1.500 has de tener un gran 800. Sé que
en el ocho funciono y que esta es una apuesta arriesgada, pero tenía claro que
no me podía acomodar, si lo seguía dejando no iba a dar el paso. Además, si veo
que no hago menos de 3:50 pues siempre podré volver al 800” .
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