AMAYA IRÍBAR / CARLOS ARRIBAS El País.com
Sergio Sánchez no se resigna a estar apartado un mes de las pistas de atletismo por unas duras declaraciones contra el anterior secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y la política antidopaje en España. Por eso, y porque en ello le va parte de las ayudas económicas que recibe, el subcampeón mundial de los 3.000 metros en pista cubierta -cuyo objetivo es acudir a los Mundiales de agosto- ha recurrido al Comité de Disciplina Deportiva, que ha suspendido la sanción hasta que resuelva sobre el fondo del asunto.
La federación consideró que el atleta, cuando dijo en una radio cántabra que le daba "vergüenza vestir la camiseta de España" y criticó a Lissavetzky, no ejercía la libertad de expresión, opinión y crítica, sino que incurría en una falta leve. Pero con un agravante. Era reincidente porque ya le habían castigado en septiembre de 2009 por una falta similar. Conclusión: se le suspendía la licencia federativa durante un mes o, lo que es lo mismo, no podría competir durante junio.
No lo ha hecho desde el 16 de abril, cuando se proclamó campeón de España de 10.000 metros en ruta. Pero no ha estado quieto. El recurso presentado por su abogado ha sido admitido por el Comité de Disciplina Deportiva para, entre otras cosas, "no producir daños de difícil o imposible recuperación". La decisión definitiva no tiene fecha.
El recurso también tiene implicaciones económicas. Sánchez puede ver mermadas las ayudas que recibe de la propia federación y de la Junta de Castilla y León si prospera la sanción.
Sánchez no quiere hablar del asunto. Pero explica, a través de un mensaje por correo electrónico, que la situación le está afectando. "Es una lástima porque mi estado de forma es muy bueno. Y creo que en este mes podría haber atacado el récord de España. Pero he tenido que estar en casa y entrenándome, viendo por la tele cómo los demás competían. Me está afectando mucho, pero también me ha dado más ganas y rabia y creo que no me vendrá mal del todo", dice.
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