martes, 8 de abril de 2008

"Lo mejor de mí se verá cuando tenga 26 años"


La expectativa que despierta la carrera de Germán Chiaraviglio es directamente proporcional a la mesura con la que se expresa este joven de 20 años, que en los Juegos Olímpicos de Pekín competirá en salto con garrocha como una de las esperanzas de la delegación argentina. Será su primera cita olímpica y, a pesar de que es consciente de las expectativas que se depositan sobre él, el hijo de Guillermo y Miriam se toma su carrera con calma. Si bien quiere disfrutar al máximo esta experiencia, sabe que más allá de la gran cita de agosto próximo lo espera un futuro prometedor.

Germán ya conoce lo que es la gloria, luego de haberse consagrado campeón mundial en menores y juveniles, título que obtuvo hace dos años en Pekín, adonde volverá este año. Este santafecino, hincha de Colón, sostiene las expectativas de muchos dentro de un deporte, el atletismo, en el cual la Argentina no consigue medallas en Juegos Olímpicos desde Helsinki 1952, hace 56 años. Es más: en Atenas 2004, Alejandra García, también en salto con garrocha, alcanzó una definición, después de 48 años.

"Mi objetivo en Pekín es llegar a la final. Sé que es difícil, pero si igualo mi mejor marca (5,71 m) lo lograré. Prefiero todavía no pensar en una medalla, porque creo que el mejor Chiaraviglio se verá dentro de unos años, cuando tenga 26", dice Germán, que el 16 del actual cumplirá 21, desde la tranquilidad del Cenard, en una tarde soleada, después de aliviar su estómago con dos milanesas y un plato de fideos.

No es común ver a esa figura delgada de 1,93 metros en Buenos Aires, ya que los días de Chiaraviglio se dividen entre su Santa Fe natal y Formia, Italia, donde suele asentarse gracias a un convenio con el Comité Olímpico Italiano y donde estará durante los próximos días. Sin embargo, en una de sus visitas, este joven, que ganó el Olimpia de Oro en 2006 y cuyos entrenadores son su papá, Guillermo, y el ucraniano Vitaly Petrov -ex preparador de su compatriota Sergei Bubka, recordman de la disciplina, con 6,14 metros-, charló con LA NACION para empezar a palpitar lo que viene.

-¿En qué tramo de la preparación para los Juegos estás?

-Empezamos a principios de noviembre del año último e hicimos un buen trabajo físico; ahora comenzamos a depurar los detalles técnicos. Estoy con muchas expectativas por ser un año olímpico. Voy a continuar preparándome en Italia. Luego, regresaré al país y después, otra vez a Italia; de allí me trasladaré directamente a Pekín.

-Cuando te consagraste campeón mundial juvenil, hace dos años, en Pekín, dijiste que tu sueño era ir a los Juegos Olímpicos. Ahora, ¿cuál es el anhelo?

-Voy por la final. Es un objetivo difícil de conseguir, pero se puede obtener con trabajo y entrenamiento. Me gustaría estar entre los 12 mejores. Para entrar, tendré que saltar mi mejor marca (5,71 m en el Mundial juvenil, en 2006). Entre 5,70 m y 5,75 m estará la marca de corte que piden para acceder a la definición.

-¿No pensás en una medalla?

-Se me pasa por la cabeza como un sueño. Ojalá que se dé, pero no lo veo como algo tangible para estos Juegos, porque analizándolo objetivamente mis posibilidades son otras. Para sacar una medalla habría que saltar más alto. Por supuesto que lo que venga es bienvenido, pero me falta para una medalla. Van a ser mis primeros Juegos, así que primero hay que apuntar a una final y después ver qué pasará. Creo que el bronce va a estar entre 5,80 m y 5,85 m. La plata, en 5,90, y en 5,95 veremos al oro. Es lo que estimo por lo que se vio en Juegos anteriores y por el nivel que hay actualmente.

-¿Qué expectativas te produce todo lo que rodea a los Juegos?

-Tengo ganas de vivir, de disfrutar y de compartir Pekín 2008 con la responsabilidad necesaria, porque va a ser una competencia muy difícil. Será una oportunidad inolvidable.

-En estos días abundan las protestas hacia el régimen chino y las manifestaciones sobre un posible boicot a los Juegos, además de los problemas en el camino de la antorcha. ¿Qué pensás del tema?

-Soy consciente de los aspectos extradeportivos que rodean a los Juegos de Pekín, pero mi meta es entrenarme para cumplir el mejor papel posible. Ojalá que todo transcurra con normalidad.





-Por tu edad, Atlanta 1996 fueron los primeros Juegos que viviste bien consciente. ¿Imaginabas llegar a un acontecimiento así algún día?

-La verdad, no. En esa época ni pensaba que podía ser atleta ni deportista destacado. Lo miraba por televisión, desde lejos. En Sydney 2000 empecé a verlo con otros ojos, y de Atenas me quedé en la puerta. Por cuatro centímetros no di la marca, aunque justo me lesioné antes y me fui de viaje de egresados a Bariloche con mis compañeros.

-¿A qué deportistas querés encontrar en la villa olímpica?

-Sería muy lindo poder verlo a Ginóbili, porque no tuve la posibilidad de conocerlo en persona. De los internacionales, me gustaría encontrarme con algún tenista. A Federer y a Nadal, porque son referentes del deporte mundial. Igual, a ese nivel es un orgullo cruzarse con cualquier deportista.

-¿Te genera presión que te vean como uno de los valores más destacados del atletismo argentino?

-No quiero que eso me produzca presión. Me gustaría tomarlo como un apoyo y no con los nervios de pensar que no cumpliré con la gente. Lo más lindo es tener al público al lado, que te apoya para bien y que no sea contraproducente para el rendimiento.

-¿Cómo lo manejás?

-Trato de dedicarme a lo que sé hacer, que es saltar con garrocha. Todas las otras partes, lo comercial, la planificación, la alimentación, la prensa, están a cargo de la gente que trabaja conmigo. También hay un psicólogo, que me ayuda mucho a estar bien tanto en los entrenamientos como en la competencia para rendir al máximo.

-¿Esa aparente presión te deja disfrutar igual que cuando empezaste?

-Esa presión es un condimento bueno, si lo sabés utilizar. Es una forma de que te aprieten para poder seguir obteniendo resultados. Es la motivación que te empuja. Cuando no hay presión, uno se relaja demasiado.

-¿En qué hacés hincapié para mejorar tus marcas?

-En salto con garrocha hay una parte física y una técnica. Dentro de lo físico están la carrera, la fuerza de gimnasio, la gimnasia deportiva y el uso y el dominio del cuerpo en el aire, que requiere destreza, velocidad y coordinación. Son muchas las facetas que uno tiene que mejorar para saltar más alto. Creo que en lo técnico hay partes de la presentación, la fase antes de saltar, en las que debería aplicar mejor la fuerza que traigo hacia la garrocha.

-Entonces, ¿cuándo veremos al mejor Germán Chiaraviglio?

-Se va a ver dentro de varios años, cuando tenga 26. Cuando crezca y madure como atleta totalmente. Comentarios. Puede leer, ver el video,

5,71 metros es la mejor marca de Germán Chiaraviglio, la que le permitió consagrarse campeón mundial juvenil en Pekín, el 19/08/2006. El objetivo para 2007, el primer año del joven argentino entre los mayores, era saltar 5,80 m, pero no lo logró. "Fue un año de transición entre los adultos y me costó", dijo.


La garrocha, un equipaje complicado Las garrochas que utiliza Germán Chiaraviglio se consiguen sólo en dos fábricas que hay en los Estados Unidos y cuestan 500 dólares cada una. Como no se pueden comprimir, trasladarlas a diferentes países es toda una odisea. "Es complicado. Más en los aeropuertos, porque a veces no las suben a los aviones. Siempre tratamos de hacer el esfuerzo. Es parte de la rutina", señala Chiaraviglio.