jueves, 6 de noviembre de 2008

Obama, el peor rival de Madrid’16


Carlos R. Galindo SPORT

Barack Obama tiene un sueño: que su ciudad de adopción, Chicago –en realidad, nació en Hawai– organice los Juegos Olímpicos de 2016. Tokio, Madrid y Río de Janeiro y aquella ciudad estadounidense son las finalistas. Sólo una de ellas organizará los Juegos; la decisión final se tomará el 2 de octubre de 2009 en Copenhague. Mientras que responsables de la candidatura de Tokio expresaron ayer a viva voz su preocupación por lo que consideran “el efecto Obama”, ningún miembro de Madrid se manifestó al respecto. De momento, prefieren guardar silencio.

Chicago arde al grito de ‘Yes, we can’. Ese fue el rugido que atronó en la campaña electoral y que, sin duda, llegará a oídos de los miembros del CIO en los próximos meses. El presidente electo de los Estados Unidos, cuya pasión por el deporte –especialmente por el baloncesto– es más que notoria, se desplazará con toda seguridad a Dinamarca para defender la candidatura de su ciudad a los Juegos Olímpicos de 2016. Sabida es la atracción que sienten los miembros del CIO por el poder, como ya quedó demostrado cuando se rindieron a los encantos de Tony Blair en Singapur y Londres se llevó contra pronóstico los Juegos de 2012 a pesar de los esfuerzos realizados por Jacques Chirac en favor de París –la gran favorita– y también el año pasado, en Guatemala, con la irrupción estelar de un Vladimir Putin avasallador que concluyó con el encargo a Socchi para organizar los Juegos de invierno de 2014.

Los vientos soplan a favor de Obama. Su enorme carisma ha sido capaz de sacudir los cimientos del país más conservador del mundo. Martin Luther King tenía un sueño, que era ver a un negro en la Casa Blanca. Ese sueño ya es una realidad. Pero ahora empieza lo más difícil, que es ponerse en marcha. Las palabras y la spromesas han de dar paso a los hechos. Chicago es una ciudad que necesita un ‘lavado de cara’ con urgencia; pasa por ser uno de los lugares más conflictivos de los Estados Unidos y con un mayor índice de criminalidad. La bolsa de pobreza es enorme y muchas de sus calles y de sus edificios necesitan ser revisados. Unos Juegos es la excusa perfecta para realizar toda esa serie de obras necesarias. Obama avala la factura que supondría organizar el evento a cambio de todas esas mejoras coyunturales y a cambio derrocharía el dinamismo, lo multicultural, la modernidad de unos métodos jamás empleados y que él manejó durante la campaña electoral con sabiduría. Cree que puede dotar a Chicago de un traje a medida que presentar ante los miembros del CIO.

El presidente del Comité Olímpico de Japón (COJ), Tsunekazu Takeda, dijo que se pregunta cómo reaccionarán los miembros del Comité Olímpico Internacional (CIO) cuando aparezca Obama en la presentación de Chicago.

“El señor Obama es popular y bueno en los discursos, así que las cosas podrían ponerse difíciles para Japón”, apuntó Tomiaki Fukuda, miembro del COJ.

El jefe de campaña de Tokio 2016, Ichiro Kono, mostró una reacción más matizada a la victoria de Obama y apuntó que entraba “dentro de lo esperado”, por lo que ahora la candidatura japonesa deberá “hacer lo que tenga que hacer” sin importar quién es el presidente de EEUU. No obstante, Kono añadió que es “bueno” que el próximo presidente estadounidense sea alguien que reconoce “el movimiento olímpico”.

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