"DOPARSE EN ESPAÑA SALE BARATO"

Francisco Martínez La Razón.es

Nada más hacerse pública la «operación Galgo», los deportistas firmaron un documento para mostrar su apoyo a la «redada». «No era un documento anti Marta. Queríamos poner de manifiesto que no estamos todos en el mismo saco», dice la maratoniana Alessandra Aguilar.
«Creo que el ‘‘antidoping’’ va por delante del ‘‘doping’’ y la Guardia Civil era otra posibilidad de luchar contra el dopaje», afirma el velocista Ángel David Rodríguez, capitán de la Selección. Volverían a firmarlo. Manolo Martínez es algo más crítico. «Algunos querían hacer un comunicado más duro y yo insistí en que fuera más comedido. Pusimos nuestro apoyo en las Fuerzas del Orden y Seguridad del Estado y lo utilizaron mal», dice el ex lanzador.
Además de reconocer los errores de la «operación», muchos atletas se mantienen a la expectativa respecto al espinoso asunto que realmente quieren saber ellos, tanto en lo referente a Marta como a Pascua y su grupo. «Lo del tráfico estaba claro que era una chorrada. Para hacerte rico con esto debes traficar en cantidades industriales. La operación cojeaba desde el principio, pero la jueza no dice nada del consumo...», argumenta Ángel David Rodríguez. «Hay cosas que yo no tengo claras: con lo del ‘‘oro’’ hubo varias versiones y en Veo 7 no le hicieron todas las preguntas», añade. «La jueza no se mete en quién ha consumido. Yo no sé si Marta ha tomado algo o no, lo que quiero es que se sepa rápido y si es que sí, que la sancionen», opina el fondista Jesús España.
Doparse no es delito en España (traficar, sí, un delito contra la salud pública), no vas a la cárcel, sólo puede suponer una sanción administrativa (dos años sin competir). El consumo, por tanto, no lo está juzgando Mercedes Pérez Barrios. Debe mandar las pruebas a los organismos deportivos para que las analicen y decidan. El secretario de Estado para el Deporte reconoció en el Congreso el 15 de junio que la jueza mandó un escrito al CSD el 10 de diciembre de 2010 (un día después de la «operación») en el que aparecían 19 deportistas que presuntamente podían haber tomado sustancias prohibidas, a los que se les congeló la beca ADO. Según Soler, el 23 de febrero pidieron a la magistrada que les proporcionara las pruebas que aparecían en el sumario para poder abrir expedientes administrativos por presunto consumo.
Todavía no han obtenido respuesta de la jueza, ni positiva ni negativa. «Lo jurídico va por un lado y lo administrativo por otro, tenemos que esperar para saber lo que a nosotros nos interesa, pero va lento. Empezó en diciembre y hasta ahora, y no se sabe nada», dice Aguilar. «Es muy lento. Mira si no la “operación Puerto”. Han pasado cinco años, y nada», añade Ángel David, que piensa que «el problema es político». «Se debe aprobar una Ley del Deporte que facilite que se manden las pruebas a la autoridad competente para que tome una decisión cuanto antes. Los deportistas tenemos una carrera corta y no pueden pasar años».
«Debe ser rápido porque muchos atletas quitan becas, dinero y posibilidades de competir a otros. ¿Qué pasa si luego se demuestra que se han dopado?», añade Aguilar, quien apostaría directamente por que el consumo fuera delito: «No deja de ser una estafa. Me queda la sensación de que doparse en España sale barato. A alguno le han pillado con el carrito del helado y sólo le ha caído un año». Bezabeh es el único al que han sancionado, con dos años. Le cogieron in fraganti cuando iba a hacerse una autotransfusión con su entrenador, Pascua. En casa del técnico incautaron bolsas de sangre. «No entendemos por qué no se han analizado las cinco que aparecieron, lo mismo que las 200 y pico de la “operación Puerto”», expone Aguilar. Igual que Ángel David: «Que se comparen y a los que coincidan, les sancionen». «Cuando salió todo, Marta era la peor y ahora hay portadas diciendo que es la mejor. Pues ni una cosa ni otra», insiste Jesús España.
Marta, mientras, piensa en volver para competir en los Juegos de 2012. «Si no hay nada que diga que no pueda ir, que vaya y corra todo lo que pueda», concluye Ángel David Rodríguez.