domingo, 1 de abril de 2012
EL NUEVO DOPAJE SE ABRE CAMINO
Antón Bruquetas
www.lavozdegalicia.es
La operación Skype que se desarrolló hace dos semanas entre Madrid y Barcelona y que terminó con la detención, entre otros, del doctor Alberto Beltrán y el exentrenador de Marta Domínguez, César Pérez, certificó dos sospechas acerca del nuevo dopaje. Primero, que no se ha abandonado el consumo de epo y, segundo, que los deportistas han empezado a experimentar con productos que provocan alteraciones del metabolismo (AICAR y TB-500). Estos últimos constituyen los primeros indicios de la utilización de técnicas que se aproximan a la genética para la mejora del rendimiento en la alta competición y, por el momento, su rastro en el organismo es prácticamente indetectable. Sin embargo, sus ventajas todavía no están claras, ni probadas.
«Cuando una persona se entrena, en su cuerpo se producen cambios que lo predisponen al ejercicio», explica el director del laboratorio antidopaje de Barcelona, Jordi Segura, quien agrega: «En teoría, el Aicar lograría estas modificaciones sin la necesidad de la actividad física». «Estimula a los músculos de forma similar a como lo hace el entrenamiento, mejorando la fuerza y la utilización de las grasas en esfuerzo», subraya el doctor Juan José Crespo Salgado, especialista en Medicina de la Educación Física y Deporte de la Universidade de Vigo.
La píldora del ejercicio
De hecho, ya se le conoce como la píldora del ejercicio, porque en las pruebas con ratones prolongaba el tiempo que estos permanecían corriendo. El TB-500 conseguiría que el deportista se recuperase de forma más veloz tras cada esfuerzo. «Pero cómo mejorarán las capacidades de los seres humanos aún es desconocido», recalca Segura.
Estos productos son el primer paso hacia lo que se denomina como dopaje genético. «En principio, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) había incluido estas sustancias dentro del dopaje genético, aunque después las recolocó en los llamados moduladores metabólicos, porque no incluyen una transferencia de ADN o el uso de células genéticamente modificadas», explica. «Es un paso inicial sobre lo que acabará llegando», comenta el presidente de la Federación Española de Médicos Deportivos, Pedro Manonelles.
«Hace unos años -apunta Jordi Segura- teníamos el convencimiento de que el dopaje genético llegaría más rápido, pero algunos ensayos clínicos que se realizaron dentro de la terapia génica presentaron contraindicaciones y por eso pienso que se frenó su llegada al deporte».
En este sentido, los expertos indican que su incidencia es casi nula. «Si se ha utilizado, se trataría de casos residuales», dice el director del laboratorio antidopaje de Barcelona, quien admite que, con los métodos de los que disponen los centros como el que dirige, «son indetectables».
La hormona de crecimiento
Para lo que ya han comenzado a trabajar los laboratorios es para detectar el uso de los secretores de la hormona del crecimiento (GH). Una novedad en esta otra línea de dopaje que se popularizó en los deportes donde la explosividad es indispensable y en la que la lucha contra el dopaje se ha volcado en los últimos años. Son fármacos experimentales como el HRP-2, que incitan al organismo a generar por sí mismo una cantidad elevada de esta sustancia natural. «Antes -señala Segura- el problema era distinguir entre la hormona de crecimiento que se generaba de forma natural y la exógena. Ahora es más complicado, porque toda la hormona se ha producido de manera natural».
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