jueves, 26 de mayo de 2011

LA VUELTA AL MUNDO DE ANTONIO REINA



AMAYA IRÍBAR El País.com

La Diamond League agrupa esos torneos veraniegos en los que los mejores atletas del mundo se ponen a punto y, sobre todo, hacen caja. Solo se accede a ella por estricta invitación y el caché de cada deportista depende de su marca y de la expectación que es capaz de generar. Probablemente muy pocos cobren lo que Usain Bolt, la gran estrella del atletismo, el hombre al que todos quieren ver, que esta noche (21.45, Canal + deportes) se estrena en Roma, en la tercera cita de esta gran gira. Desde luego no lo hace el español Antonio Reina, plusmarquista nacional de 800m, que también estará ahí. Su carrera está prevista a las 21.08.
Desde que empezó la temporada al aire libre, el sevillano, afincando en Valencia, lleva miles de kilómetros de vuelo, varios cambios horarios, un montón de horas de soledad. De Doha (Catar), de ahí a Daegu (Corea del Sur) y ahora, Roma. Viaja siempre solo, con la maleta llena de distracciones. "Por la mañana me entreno y luego trasteo con el ordenador, me entretengo como puedo", reconocía un día antes de viajar a la capital italiana. Y twittea. El atleta es de ese grupo de corredores muy activos en Twitter (@AntonioReina800).
Para Reina este año es atípico. Con los Mundiales de finales de agosto como gran meta, empezó con mal pie. Se rompió el sóleo, un músculo que hay bajo el gemelo, en diciembre. Parón obligado. "Me lo tomé como unas vacaciones. Estuve tres semanas parado, recuperándome", recuerda ahora.
Luego volvió a los entrenamientos, y todo empezó a salir rodado. "Estaba entrenándome tan bien que decidimos ir a Doha", explica. Lo decidieron él, su entrenador de toda la vida, Manuel Alcaide, y su agente Miguel Mostaza. "Tenía mucha curiosidad por competir allí. Porque siempre se ha corrido muchísimo, por el país... por todo". Allí iba a tener la oportunidad de correr al lado de Rudisha, el prodigio keniano que batió la plusmarca mundial, una de las más antiguas del atletismo, por dos veces el año pasado. Pero Rudisha se lesionó.
En Doha Reina voló como no lo hacía en años: 1m 45,55s, a un suspiro de la mínima que le daría la clasificación automática para los Mundiales (1m 45,4s). Desde 2007 no bajaba de 1m 46s, aunque allá por 2002, cuando era un prometedor atleta veinteañero, fijó el récord de España en 1m 43,83s. Eclipsado la última temporada por dos jovencitos de su tierra, Luis Alberto Marco y Kevin López, esa marca le ha subido la moral. "Estoy supermotivado", resume de forma gráfica; "veo que las cosas van saliendo y quiero más".
Quiere, por ejemplo, ir a los Mundiales, el próximo mes de agosto en Daegu (Corea del Sur). Ya conoce el estadio donde se disputarán porque corrió allí este mismo mes. Y la pista. "Es muy muy rápida, azul, como la de Berlín, y el estadio es enorme, impresiona", la describe. Con esa pista en la cabeza correrá hoy en Roma.

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