BBC
La campeona mundial de los 400 metros con vallas, Lashinda Demus, es una de las atletas que se queja del escaso seguimiento de los medios estadounidenses.
¿Si una competencia deportiva se lleva a cabo, pero el programa SportsCenter del canal estadounidense ESPN no lo transmite, llegó a suceder realmente?
Ese es un acertijo filosófico que tiene cavilando a muchos atletas olímpicos estadounidenses, mientras esperan volver a tener un protagonismo que se limita a las dos semanas de Londres 2012.
La aparente invisibilidad de los atletas del país fue un tema que constantemente apareció en la reciente "cumbre mediática" del Equipo Olímpico de EE.UU. que se llevó cabo en Dallas, Texas.
La nadadora Jessica Hardy lo describió de la mejor forma cuando me dijo que "la mayoría de estadounidenses piensa que sólo competimos cada cuatro años, lo que es frustrante tomando en cuenta lo duro que trabajamos".
Nadie es profeta...
"La mayor parte del tiempo nuestras competencias no están en los periódicos y no son televisadas, así que la gente no sabe cuándo estamos compitiendo"
Pero en ninguna parte se siente tanto esa frustración como en el poderoso equipo estadounidense de atletismo.
A diferencia de la natación, el atletismo sí que recibe atención mediática en muchas partes. Se trata además de un deporte que rápidamente le recuerda a otros que es la más importante, popular y más pura de las disciplinas olímpicas.
Entonces, ¿por qué razón es tan difícil encontrar noticias del atletismo en la superpotencia del atletismo mundial?
El día antes de que Allyson Felix llegara a Texas para una maratónica jornada de entrevistas y fotografías había registrado en Qatar el tercer tiempo más rápido de la temporada en los 100 metros planos, venciendo en el camino a las reinantes campeonas olímpicas de los 100 y 200 metros.
Valía la pena un artículo, uno se habría imaginado, especialmente tomando en cuenta que su compatriota de Felix, Justin Gatlin –un doble campeón olímpico– había hecho lo mismo en la carrera de los hombres.
Sin embargo, cuando la ocho veces campeona mundial subió al escenario con otras siete estrellas del atletismo en la cumbre de Dallas, se vio como si tuviese que dar ella misma la noticia de su más reciente triunfo.
Esto es lo que probablemente motivó a la campeona mundial de los 400 metros con vallas, Lashinda Demus, a proporcionar la cita más jugosa de toda la reunión.
"Cuando salimos a la pista sabemos que estamos participando en un deporte moribundo", indicó la atleta generando una visible alarma entre todos los trabajadores del órgano rector del deporte en Estados Unidos, USA Track and Field (USATF).
Wallace Spearmon, otro campeón mundial y especialista de los 200 metros planos abundó en el tema, señalando que a todo nivel había atletas que estaban dejando el deporte por no ganar suficiente dinero y por ni siquiera poder llegar hasta las competencias.La nueva campeona mundial de los 400 metros bajo techo (entre otros títulos), Sanya Richards-Ross, fue un poco menos contundente cuando la abordé.
"No diría que está muriendo, pero siempre ha sido uno de los deportes más pequeños", señaló.
"Definitivamente hay espacio para crecer, sin embargo. En Europa tenemos muchos seguidores y la gente disfruta mirándonos pero en EE.UU. la gente sólo nos ve en el año olímpico".
"La mayor parte del tiempo nuestras competencias no están en los periódicos y no son televisadas, así que la gente no sabe cuándo estamos compitiendo".
Una gran parte del problema es, por supuesto, la fortaleza de los cuatro principales deportes estadounidenses de equipo, especialmente el fútbol americano. Si a eso añadimos Nascar, la MLS, el golf y el tenis, entonces la realidad es que hay un mercado muy congestionado.
De hecho, Richard-Ross es probablemente mejor conocida por ser la esposa de la estrella de fútbol americano, Aaron Ross, que por ser la mujer de mejor ranking en los 400 metros planos.
Una posible solución al problema sería llevar lo mejor del atletismo mundial al espectador estadounidense: un evento enorme, con un trasfondo familiar y a una buena hora para todo el territorio estadounidense.
Richard-Ross reconoció que cuando muchos estadounidenses piensan en el atletismo se remonta a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, cuando Michael Johnson se convirtió en una superestrella global.
Sin embargo, en los 29 años de historia de los Campeonatos Mundiales de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) EE.UU. nunca ha organizado la más importante competencia del deporte.
Desde 1983, Finlandia y Alemania han sido sede dos veces, pero EE.UU. ni siquiera está en la posición de pensar en ser candidata. Lo increíble es que se trata de una nación que ha ganado casi tantas medallas de oro (120) en los campeonatos mundiales como las logradas por los siguientes cuatro países en la tabla (127).
"El mayor obstáculo que enfrentamos al postularnos para organizar los campeonatos es el escenario. Se necesita un lugar que tenga 40.000 asientos y no tenemos uno", explicó Jill Geer, el director de Comunicaciones de la USATF.
"Y cada candidatura exitosa tiene alguna forma de asistencia financiera del gobierno local o nacional: eso simplemente no sucederá en EE.UU.", agregó.
"Entonces la solución del rompecabezas financiero es desarrollar una asociación creativa entre la IAFF y los socios corporativos. Ese modelo no existe actualmente, tenemos que inventarlo".
"No hay falta de ganas de tener un campeonato aquí. Cuando se es el equipo número uno en el atletismo mundial, uno merece tener un campeonato mundial en casa".
Así que mientras la USATF intenta encontrar un escenario multiuso, grandes patrocinadores y la voluntad política necesaria para optar por organizar el campeonato, el órgano rector también está trabajando en el tema de la visibilidad.
"Somos un deporte mucho más fuerte que hace 10 o 20 años", añadió Gree. "El ingreso de los atletas, los números de participantes, de espectadores, nuestros presupuestos. Todos han subido. Lo que padecemos es de pobre cobertura mediática".
"Nuestros atletas saben que no tienen la misma atención que los jugadores de baloncesto o estrella del fútbol americano".
"Así que cuando dicen que se trata de un deporte moribundo quiere decir que otros deportes nos han rebasado: ese es nuestro reto más grande".
La mancha que no se borra
Felix es una de las esperanzas de EE.UU. para recuperar el reinado en las pruebas de velocidad.
Nadie puede acusar a la USATF de no reconocer el problema entonces o no intentar hacer algo al respecto. Las eliminatorias olímpicas del próximo mes tendrán innovaciones como la actuación de un estelar grupo de pop , una carrera de relevo a cargo de celebridades y un gran eco en los medios sociales.
Pero lo que el atletismo estadounidense realmente necesita es una estrella "que cambie el juego". Alguien como Usain Bolt, un hombre que no tiene problemas para figurar en SportsCenter.
No hace mucho, el público estadounidense tenía una, Marion Jones, y su espectacular caída es sin duda un factor que incide en la marginación del deporte.
Sin embargo, debe ser mortificante para la actual cosecha de talento estadounidense que se encuentren pagando por la fechorías de sus predecesores cuando extrañamente deportes como el béisbol o el fútbol americano no parecen afectados por sus propios problemas de dopaje.
Así que mientras esperan que el público estadounidense olvide los pecados del pasado y que los medios estadounidenses recuerden cuando están compitiendo, el equipo estadounidense irá a Londres con el optimismo de seguir sumando a un total de medallas de oro olímpicos que sobrepasa a la suma de las conseguidas por las 10 siguientes naciones en la lista.
No está mal para un deporte que está de salida.