lunes, 19 de diciembre de 2011
"ME HE PROBADO A MI MISMA Y ESTOY RECUPERANDO LA FORMA"
JUAN J. LÓPEZ | VENTA DE BAÑOS
Poco después de las 11:30 horas, su melena platino irrumpió en el césped del Polideportivo Municipal Amador Alonso. «Ahí está». Murmullos y aplausos. «Siempre es un placer volver a mi casa y estar con mi familia», indicó ayer Marta Domínguez al término del cros venteño, que le vio nacer como atleta. La mejor atleta nacional de todos los tiempos pudo despedirse ayer de 'su' carrera. Si cuelga las zapatillas después de los Juegos Olímpicos de Londres, su séptimo puesto en la prueba cerrrateña será su particular adiós.
El resultado para Marta fue lo de menos. Las sensaciones le gustaron. «Poco a poco, estoy cogiendo la forma, y eso es lo más importante. Me he probado en la primera vuelta y he aguantado el tipo», analizó en relación a esa primera 'manga' en la que se mantuvo en el grupo de cabeza con a la postre vencedora, Priscah Jepleting. A partir de ahí, demostró estar lejos aún de su mejor versión, pero no dejó de pelear hasta el final. Sabía que se trataba de un entrenamiento más en esa carrera que se ha marcado hasta los Juegos. Una meta acrecentada por la caída sufrida en Pekín y los sinsabores de la pasada temporada. «Lo importante es que estoy cogiendo forma y rodaje para el verano. Dentro de dos meses empezaré a hacer la preparación específica para los Juegos», comentó. En este sentido, la atleta, que dio a luz en mayo, espera paciente. «Debe ser cauta e inteligente, es un proceso delicado en el que tienes que escuchar a tu cuerpo», explicó ayer Dolores Checa, madre y atleta, y que terminó la carrera venteña en tercer lugar. «Lo normal es recuperar la forma un año después, pero Marta es Marta, y ya sabemos como es», añadió la medio fondista valenciana. La palentina le dio la razón. «Todavía no estoy preparada para tanta carga», admitió con una sonrisa en la boca, que permaneció perenne durante toda la carrera, su preámbulo y su epílogo.
Todos los clubes buscaron la foto con la rubia de oro del deporte español. El podio de honor se engalanaba para las tres primeras clasificadas y la hija pródiga no daba a basto a firmar autógrafos, entre los empujones de los más pequeños. Para ellos fueron sus sonrisas más sinceras. «Ahora, con el niño, la vida me ha cambiado bastante. Los entrenamientos, mi vida política... Se lleva como se puede», indicó la palentina antes de marcarse la San Silvestre vallecana como su próxima prueba. Allí no tendrá el aliento de su «pueblo», que ayer la elevó al nivel de mito en la que pudo ser su última participación en un cros que ha llevado su sello durante las dos últimas décadas.
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