FRAN EXTREMERA. NERJA
El olímpico nerjeño Álvaro Fernández inició ayer su preparación en ´casa´ para poder acudir al Mundial de Atletismo de Berlín, que se celebrará en agosto. Ya tiene la mínima, que es el primer escalón para defender la camiseta española en esa cita, después de lograr un tiempo 3:36.15 en la prueba de 1.500 metros disputada hace una semana en Tánger (Marruecos) y ahora deberá colgarse un metal en el Campeonato de España de Barcelona, como paso previo a un billete bastante codiciado.
En Nerja, el mediofondista se mentaliza de las semanas que tiene ante sí: "Estoy contento por haber alcanzado uno de los objetivos federativos, ya está hecha la marca y eso me quita un peso de encima. Es el resultado que esperaba en función de los entrenamientos que he completado este año. Ha sido un año muy bueno y hubiese sido frustrante no hacer la mínima para el Mundial".
Sólo ha sufrido una leve lesión de sóleo, allá por el mes de mayo, que no he ha impedido recuperar el mejor momento de forma que ya atravesó en la temporada invernal. "Ahora estoy afinando, de cara al Campeonato de España, la velocidad, con series un poco más rápidas y con vista a una prueba que muy probablemente se decidirá en la última vuelta".
Álvaro Fernández ha vuelto a Nerja, después de los compromisos internacionales que acaban de celebrarse, pero este viernes estará de nuevo fuera. Este fin de semana se celebra una reunión en Barcelona, donde sin la presión de la mínima ya atada, intentará incluso mejorarla. "Me serviría para volver a la misma ciudad, al mismo escenario del Campeonato de España, con más motivación y seguridad en mis opciones".
El atleta nerjeño es consciente de que Juan Carlos Higuero o Arturo Casado son los principales candidatos a adjudicarse dos de los tres billetes en juego para Berlín. "Y después lucharemos los otros cuatro que en principio vamos a tener la mínima por la tercera posición en juego. Eso en teoría, porque en nuestra prueba somos desde siempre una potencia mundial los españoles y siempre están muy caras las medallas".
Acerca de su preparación durante esta temporada en el estadio Enrique López Cuenca de su ciudad natal, Álvaro considera que estar entre los suyos, rodeado a diario de su novia y su familia, "tiene sus cosas buenas y malas". Lo cierto es que de Madrid echa de menos la posibilidad de tener un nutrido grupo de trabajo, con atletas preparados para brindarle buenas series de velocidad, por ejemplo. "Pero allí echas de menos mucho a quienes más te quieren. Eran muchos años alejado de ellos y sin obtener grandes resultados, decidí venirme a entrenar a Nerja".
No ha sustituido su plan de entrenamiento, porque está en manos de los mismos técnicos. Pero sí que se siente con más seguridad en sus posibilidades. "En este momento sólo pienso en lo que tengo ante mí. La alta competición requiere mucha concentración y la tengo en Nerja", defiende.
A diario desarrolla su preparación en tandas de mañana y tarde. Y las pocas horas que tiene libres las dedica a descansar. Para más adelante deja de momento la opción de entrenar a los más pequeños, en la escuela de atletismo nerjeña. Esos chavales que seguro que le seguirán en pantalla gigante, de acceder al Mundial de Berlín, como le vieron así en el pabellón cubierto Sierra Almijara, cuando fue olímpico en Atenas. Todos se miran desde aquel momento en emularlo algún día.
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