miércoles, 8 de julio de 2009
Peirsol deslumbra por encima de Phelps
JOSÉ FERNÁNDEZ - Miami -
Michael Phelps cumplió y Aaron Peirsol deslumbró. La segunda jornada de los Campeonatos de Estados Unidos de natación no sólo subió el nivel de calidad y expectación por el regreso más serio de la gran estrella, sino por la enorme demostración de calidad del mejor espaldista de la última época, que se colocó mucho más entre los grandes nadadores de la historia.
Phelps ganó sin despeinarse las dos pruebas que ya dominaba, los 200 metros libres y los 200 mariposa, con los mejores tiempos de la temporada, pero Peirsol no esperó a tomarse ninguna revancha en los próximos Mundiales de Roma. Como un depredador herido al que le han quitado la presa, recuperó su récord mundial de los 100 espalda con una carrera extraordinaria, nadando unos segundos 50 metros para el recuerdo.
Su orgullo de multicampeón olímpico y mundial no podía permitirle estar ni un minuto más sin la plusmarca que le quitó Aschwin Wildeboer el pasado día 1 en Pescara. Y lo hizo de forma brutal. Nada de mordisco como los 52,38s del español para asombrar frente a los 52,54s que le dieron al formidable estadounidense una medalla de oro más en Pekín 2008. Peirsol dio un auténtico zarpazo y se convirtió en el primer nadador de la historia que baja de los 52s. Hizo 51,94s, una mejoría de casi medio segundo, 0,44s, asombrosa para una distancia corta. Excepcional.
Ni siquiera pasó en cabeza el primer largo. Viró en cabeza otro de los grandes especialistas de la espalda estadounidense, Matthew Grevers. Sus 25,33s fueron un tiempo intermedio que ya iba 0,21s por debajo del récord mundial. Pero había que mantenerlo....o aumentarlo. Uno no iba a poder y otro sí. Peirsol tocó la pared a sólo dos centésimas, pero salió del viraje como un obús. A los 60 metros estaba claramente destacado e hizo un segundo largo en 26,59s frente a los 27,78s de Grevers , que mantuvo a duras penas la segunda plaza para estar en Roma. Nicholas Thomas se le acercó a sólo una centésima.
Peirsol ganó por un mundo, 1,17s. Otra carrera. Y un detalle fundamental. Fue el único nadador de esa final y de las disputadas, que sólo usó pantalones largos, no traje completo. "Probé uno por la mañana, pero no son para mí. Estoy más gusto sin ellos". Toda una bofetada para el polémico desfile de los bañadores.
Phelps, en cambio, ganó los 200 libres con 1m 44,23s, muy lejos de su récord sideral de 1m 42,96 de Pekín e incluso a 13 centésimas de los 1m 44,10s que hizo en los campeonatos nacionales de 2008. Usó su traje largo Speedo, igual que en Pekín, pero también lo hizo en los 200 mariposa, a diferencia de la capital china. Entonces, para una de sus pruebas predilectas sólo vistió pantalones largos. Ahora, aunque no le guste, parece no querer dar ventajas o ir contracorriente, como Peirsol. Igual que en libre, mandó siempre, pero acabó en 1m 52,76s, a casi un segundo de sus 1m 52,03s olímpicos y mundiales. Incluso le acosó la nueva estrella en alza, Tyler Clary, 1m 53,64s. Y su gesto de desaprobación fue evidente, aunque se conformó con los tiempos. "Me tomé seis meses de descanso tras Pekín y no fue la decisión más inteligente", dijo para justificarlo.
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