lunes, 22 de febrero de 2010

Otro campeón que derrotó al cavernoma


Pablo de la Calle El Mundo.es

Otro pulso ganado a la muerte desde el abismo. Las trayectorias de Sergio Sánchez, el nuevo plusmarquista europeo de los 3.000 metros en pista cubierta, y de Alberto Contador convergen en el drama. Atleta y ciclista fueron golpeados por la adversidad cuando les diagnosticaron sendos cavernomas: malformaciones vasculares en el cerebro. Sergio fue operado en 2001, a la edad de 17 años. Contador, en 2004, a los 21.
"Cuando te dicen que tienes una enfermedad de estas características, comienzas a mirar las cosas de forma distinta. Aprendes que no merece la pena preocuparse tanto por los asuntos materiales y empiezas a valorar cosas a las que antes no dabas importancia. Disfrutas más los momentos", reflexiona el atleta. "No conozco personalmente a Alberto, ojalá que alguna vez coincida con él. A mí siempre me ha gustado el ciclismo y él es mi ídolo", añade en declaraciones a DXT, la revista de los lunes.
A Contador le detectaron la enfermedad tras una caída en la Vuelta a Asturias, para extirpar el cavernoma localizado en el lóbulo frontal del cerebro, fue necesaria una intervención de cinco horas en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. La neurocirujana María Aurora Martínez le abrió la cabeza de oreja a oreja y le colocó dos placas de titanio y 70 grapas. La enfermedad de Sánchez apareció tras padecer algunos problemas en la vista. La intervención, realizada en León por el doctor García Cosamalón, fue más sencilla: dos horas y cuarto en el quirófano para retirar una lesión en el frontal, seis puntos de sutura.
Más coincidencias: Alberto y Sergio nacieron en 1982, en el seno de familias modestas. Los padres del joven de Pinto provienen del pueblo de Barcarrota (Badajoz), los del atleta son de Ciñera de Gordón (León). Uno es el referente del ciclismo y otro, la nueva figura del atletismo español. El leonés alcanzó la notoriedad el pasado fin de semana, cuando batió el récord europeo de 3.000 metros en pista cubierta, con un registro de 7:32.41. La anterior mejor marca era de Alberto García: 7:32.98, establecida en 2003, poco antes de dar positivo.
La progresión de Sánchez en el último año causa asombro entre los especialistas, que aseguran que bajar 13 segundos en un año es una "barbaridad". El atleta justifica su evolución en el trabajo y huye de las suspicacias del dopaje. "Que nadie vea algo raro. Me gustaría que me hicieran un estudio exhaustivo para demostrar que estoy limpio, que no me dopo. Es normal que cuando haces algo extraordinario surjan las sospechas. Lo entiendo, y es lógico, sobre todo después de los precedentes que todos conocemos. El dopaje siempre ha estado asociado a los deportes de esfuerzo. Algunos recurren a él por insatisfacción o inseguridad, cometen un error. Mi secreto radica en el entrenamiento y en aprender de los errores".
Sánchez siempre ha destacado por su físico privilegiado, pero pocos creían que pudiera alcanzar la élite a los 27 años. En capacidad aeróbica es similar a Miguel Indurain. Su consumo máximo de oxígeno por minuto asciende a 89 ml/kg (86 del ex ciclista navarro). Tiene 34 pulsaciones en reposo, 194 en el límite de actividad. Su porcentaje de grasa corporal es muy bajo: 5,8%. Mide 1,79 metros y pesa 63 kilogramos.
Sánchez sabe que muchas miradas, de forma imprevista, se han centrado en él: "Sí, es posible que ahora sea el atleta más importante de España. Espero que mis actuaciones sirvan para levantar este deporte y provocar el interés de los medios de comunicación por el atletismo". Ahora ocupa el lugar dejado por Paquillo Fernández, al que no duda en defender. "Paquillo ha sido un campeón, pero ahora le han pillado. No creo que toda su vida haya sido un dopado. No hay que tratarle como a un asesino. Nunca dio positivo. No es lo mismo dar positivo que tener sustancias dopantes en tu casa". Sus próximos objetivos: El campeonato de España indoor (28 de febrero) y el Mundial de Qatar (13-14 marzo).

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