martes, 30 de septiembre de 2008

Internet, también campeona en Beijing


Un mes después de la clausura de los magníficos Juegos Olímpicos de Beijing, diferentes empresas de medios de comunicación todavía se vanaglorian por las millonarias ganancias obtenidas gracias a la mayor cobertura mediática en la historia de un evento deportivo que incluyó la transmisión a través de internet, de miles de horas de video.

Mucho antes del inicio de la cita estival china ya los anuncios publicitarios se habían encargado de dar a conocer las diversas ofertas de cobertura que proponía la televisora NBC, dueña absoluta de todos los derechos olímpicos en Estados Unidos. Este medio, propiedad de la compañía General Electric, pagó 894 millones de dólares por esos derechos, un récord que promete ser superado en Londres 2012.

Además de la exclusividad televisiva, NBC creó un sitio en internet que ofreció un seguimiento total a los Juegos. Más de dos mil horas de video con acontecimientos en vivo, más otras tres mil horas de video bajo demanda propiciaron que más de cuatro millones de usuarios visitaran el sitio cada día, según la empresa Nielsen Media Research; aunque hubo algunas protestas por la obligación de utilizar el reproductor Silverlight de Microsoft para poder descargar el contenido multimedia.

En un inicio se especuló sobre la posibilidad de que las personas, en lugar de observar la televisión, optaran por presenciar los eventos a través del video en el sitio de NBC; pero el presidente de Investigaciones de la televisora, Alan Wurtzel, siempre mostró confianza en que la cobertura online ayudaría a elevar los ratings de audiencia de la televisión.

Las polémicas por el retraso de las transmisiones de NBC de las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas se extendieron por la red y un fanático molesto escribió en el periódico The New York Times: "Un diferido es ridículo en la era de internet. ¿Creen que la gente puede pretender ignorar un evento de tal magnitud incluso cuando está sucediendo al otro lado del mundo? Es imposible”.

Ni siquiera las opiniones en contra les importaron a los ejecutivos de NBC. Ellos decidieron que las ceremonias debían ser vistas en Estados Unidos solo en el horario estelar, es decir, a partir de las ocho de la noche, doce horas después que el resto del mundo ya había presenciado la increíble demostración creativa del pueblo chino. La justificación era simple: a partir de las ocho siempre aumenta la cantidad de personas que sintonizan los canales y por tanto, las ofertas de las empresas que pagaron casi mil millones de dólares por colocar sus anuncios publicitarios en NBC pueden llegar a un mayor número de futuros clientes.

La jugada comercial le salió bien a la televisora, pues aunque muchos norteamericanos encontraron otros sitios en internet que sí transmitieron en vivo, 34,9 millones de telespectadores presenciaron la retransmisión de la inauguración, una cifra que dejó atrás los 25,4 de Atenas en 2004. En total, más de 211 millones de estadounidenses siguieron la Olimpiada de Beijing a través de NBC y sus redes afiliadas. Esta tasa de audiencia es la más alta que se ha registrado desde que apareció la televisión en los Estados Unidos.

Con el objetivo de aumentar los ratings de audiencia, los ejecutivos de NBC presionaron a los organizadores chinos para trasladar algunas de las principales competencias a la mañana, en especial la natación. La saga de Michael Phelps y su conquista de ocho títulos fue el gran negocio de los Juegos porque en los hogares norteamericanos se pudo seguir en vivo y en horario estelar cada una de las medallas de oro. Por supuesto que no importó que en el resto del mundo fuera muy temprano en la mañana o media tarde.

Las Paralimpiadas de Beijing, lamentablemente ignoradas por los grandes medios de comunicación, encontraron en internet una vía, quizás la principal, para mostrar al mundo lo que estaba pasando con los atletas discapacitados. Desde el sitio oficial del evento y en el del Comité Paralímpico Internacional, los internautas pudieron seguir el desarrollo de las modalidades o descargar breves resúmenes en video de los momentos más sobresalientes de las jornadas.

Beijing también marcó nuevos récords de cobertura en los medios cubanos. La televisión nacional mantuvo en el aire el “canal olímpico” durante casi 24 horas los dieciséis días de los Juegos. La gran mayoría de las competencias donde intervinieron los atletas nacionales llegaron en vivo, a pesar de la diferencia de horas con China. Además, en determinados momentos se habilitaron hasta tres canales simultáneos. La radio amplió sus horarios y diversificó la oferta de modalidades transmitidas.

Un punto aparte merece el trabajo de las redacciones digitales. Estos lugares, algunos de ellos virtuales, sin contar con un gran staff de periodistas ni tampoco con las condiciones tecnológicas idóneas, lograron mantener al día sus sitios especiales dedicados a la Olimpiada. A diferencia de otras coberturas, ahora los periodistas y diseñadores utilizaron de una forma más completa los recursos multimediales que ofrece internet. La información actualizada y la inclusión de videos con los momentos más importantes de Cuba sin dudas contribuyeron al aumento del número de usuarios.

La Olimpiada de Beijing dejó profundas huellas en aquellos que pudieron seguirla. Instalaciones de primer nivel y brillantes actuaciones en el terreno deportivo convirtieron a la vigésimo novena cita estival en la mejor de todos los tiempos. La televisión volvió a ser la gran reina de los Juegos; pero internet desempeñó un rol más activo y esta tendencia al crecimiento en la utilización de la red para difundir los eventos, no solo deportivos, parece irreversible; aunque tampoco nos debieran cegar los avances de la tecnología porque ¿cuántos de los visitantes al sitio de NBC provinieron de países eufemísticamente llamados “en vías de desarrollo”? La enorme brecha digital obligó a miles de millones de personas en el mundo a imaginar al increíble Michael Phelps, las carreras de Usain Bolt, los saltos de Yelena Isinbayeva o la magnificencia del Nido de Pájaro o el Cubo de Agua.

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