domingo, 8 de agosto de 2010

"VIENEN TIEMPOS DUROS, MUY DUROS"


CARLOS ARRIBAS El País.com

José María Odriozola (Pontevedra, 1939) no está muy contento con la actuación del equipo español en los recientes Campeonatos de Europa de atletismo, disputados en Barcelona, en los que consiguió ocho medallas, dos de oro. Cree el presidente de la federación, al que le preocupa el nivel, que muchos atletas, mimados por el sistema, han perdido el gusto por la competición y anuncia tiempos duros para todos: "No he leído la prensa estos días, pero me han llegado comentarios de gente que dice que he estado muy crítico con los atletas porque he dicho que se estaban aburguesando... El martes tuvimos en Barcelona la Copa de España de clubes, vi el nivel y bueno, bueno... Acabé preguntándome: '¿Qué hago yo aquí?"

Pregunta. Eso... ¿Qué hace usted aquí?

Respuesta. Qué voy a decir. Claro, hacemos todo lo que podemos, contra viento y marea, en un país que pasa mucho del atletismo y siempre nos compara con otros deportes. Y, como vivimos el momento del superéxito, parece que nos hemos quedado atrás. No tienen en cuenta que el atletismo es universal y la competencia grande. En nuestro deporte, entre tres de los países más pobres del mundo, Kenia, Etiopía y Jamaica, ya sacan más de 30 medallas olímpicas.

P. Más que en eso, el atletismo se basa en trabajar mucho.

R. Y eso es lo que pasa en España. Que la gente no está por el trabajo, salvo honrosas excepciones: los más viejos, a los que queréis matar ya porque son muy mayores. Pero mientras quieran...

P. No se les critica a ellos, todo lo contrario, sino que no haya jóvenes que les quiten del medio.

R. A mí me preocupa la renovación. Llevo años hablando de ello. No estamos como avestruces diciendo que, mientras dura, vida y dulzura y ya llegará el diluvio. No, estamos intentando renovar, sobre todo en mujeres: hemos tenido una generación de una quincena de atletas muy buenas, muy profesionales, sin recambio.

P. ¿Cómo se lo explica?

R. Porque esta sociedad es como es. Es un milagro que estas mujeres hayan decidido ser muy profesionales y hacer cosas como la que ha hecho Mayte Martínez en el 800, que decía que le dolía el corazón y la machada que hizo... Y las dos mamás del 1.500. ¡La pica en Flandes que han puesto y con las marcas que han hecho! ¿Por qué no disfrutamos de eso?

P. ¿Quizás porque el presidente habló de no sé cuántas medallas y quedarse en la mitad suena a fracaso?

R. Ya hace mucho, Samaranch, que era muy listo, me dijo que no hablara de medallas antes porque todo parecería un fracaso, pero yo no sé mentir. Había 15 opciones serias, y más, y no mencioné a nadie para no presionar. Y luego dicen que la culpa es mía. Lo que no me parece bien es que la prensa se fije más en la columpiada del presidente que en quienes triunfan o fracasan, que son los atletas. Yo no puedo correr, solo puedo estar en la tribuna sufriendo... No puedo darles más.

P. Pero la afición se queda con el mensaje global.

R. Es que también tengo que crear expectativas para que no piensen que no confío en ellos. Hemos llevado el equipo más fuerte de la historia, en número y en calidad. Podríamos haber tenido hasta 40 finalistas. Hemos tenido 27 y podría haber habido 10 o 12 más. Ha habido gente que lo hizo mal.

P. ¿El fracaso de España es más lacerante dado el gran éxito de Francia, con 18 medallas y gente muy joven de nivel mundial?

R. Lo que no era normal era lo de antes. Nosotros nos veíamos a años luz de ellos, pero llegaban los grandes campeonatos y sacábamos más medallas. Francia es otro mundo: tiene entrenadores pagados por el Estado; una estructura técnica fantástica; una población grande con mucho inmigrante ya integrado, magrebíes y caribeños, y para ellos también la forma de aflorar en la sociedad francesa es la vía deportiva. Hubo un tiempo en que algunos de ellos eran un poco gamberrillos, con broncas entre ellos, pero ahora han creado más equipo. Y han venido con un conjunto muy fuerte y lo han hecho bien, pero, de entrada, ya eran un grupo muy fuerte.

P. Y muy joven...

R. Claro, porque son de pruebas de velocidad y saltos, en las que mejor pueden triunfar los más jóvenes. Lemaitre [100 y 200m] es un fenómeno, de los que salen de vez en cuando cuando hay una base. Y en Francia la base deportiva de la sociedad es mucho más fuerte que la nuestra. Lo asombroso es que esto no lo hubieran hecho antes. Ahora son más competitivos. Mentalidad ganadora.

P. Como en España los más jóvenes... Cáceres, Kevin López, Bustos...

R. Sí, y repito que porque los otros se han aburguesado. Todo el atletismo español está viviendo de 20 o 30 atletas desde hace años. Son los que mueven el carro mientras que hay otros, los que más protestan, que viven de las becas, de pequeños contratos, de millas urbanas, de crosses..., que ganan sus euros y a vivir.

P. ¿Por qué salen tan poco a competir en el extranjero que apenas se les ve en la Liga del Diamante?

R. Porque no quieren. Se toman vacaciones. Les da pereza salir. No son muy profesionales y no les acucia el hambre. No tienen el estímulo de otros, que se ganan sus alubias compitiendo. Los nuestros, no. Y me quejo de eso. El mejor entrenamiento a partir de junio es la competición, y se lo digo, pero no hay tu tía. Deberían aprovechar para hacer caja y marca, pero son muy acomodaticios.

P. ¿Qué hará la federación?

R. Nuestra obligación es seguir buscando talentos, cuidarlos, garantizar a todos las mejores condiciones de entrenamiento y leer la cartilla a los mayores, decirles: señores, hasta aquí hemos llegado; a partir de ahora, las lentejillas hay que ganárselas. Vamos a ser menos generosos, aunque vengan lloriqueando algunos para que les renovemos la beca. Se ha acabado el actuar de manera excesivamente generosa. El saco es limitado, así que hay que gastar el dinero en los que se lo merecen, en los que se lo ganen. En cuanto pierdan el interés, que se busquen la vida por otro lado. El atletismo no da más de sí y es un deporte muy caro. Necesitamos muchísimos entrenadores. Tenemos 130 y no abarcamos casi nada, más del 20% de nuestro presupuesto, lo mismo que en becas y ayudas.

P. ¿Preparado para la travesía del desierto?

R. Los próximos años serán duros, muy duros, pero igual que en todo en este país, en el que hemos vivido muchos años por encima de nuestras posibilidades.

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