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1.- Usain Bolt, por supuesto, pero también Ashton Eaton. Todas las luces del Mundial de atletismo iluminan al velocista jamaicano, estrellato que se ha ganado a pulso y con victorias aplastantes, pero la deriva general hacia la idolatría está impidiendo percibir otras grandes maravillas como la del decatleta estadounidense. A los 25 años, Eaton ha conseguido reunir un palmarés inédito hasta el momento: ha conquistado todos los títulos posibles y todos los récords existentes a nivel mundial, tanto al aire libre como en pista cubierta.
2.- Es el atleta más completo de la historia. Llegó a este
Mundial tras una larga lesión que le tuvo en vilo toda la temporada, pero su
rendimiento en Moscú ha sido excelente, salvo en dos de las diez disciplinas,
los saltos de altura y longitud, dos bajonazos que le impidieron retarse a sí
mismo en la lucha por el récord mundial.
3.- En Moscú, Eaton ha protagonizado algunos momentos
excelsos, como esa carrera de 100 metros cerrada en 10.35, un crono prodigioso si
consideramos que corrió a las 9 de la mañana, cuando los cuerpos todavía añoran
el calor de la cama. Falló en longitud, aunque fallar significa irse hasta
7.73, pero falló porque es capaz de saltar medio metro más. Excelente en peso
(14.39) volvió a fallar en altura, quedándose en 1.93, muy lejos de los 2.05
logrados el año pasado, cuando alcanzó su plusmarca universal. Curiosidad: su
esposa, la heptatleta canadiense Brianne Theisen, ha saltado hace unas horas
1.83 en el mismo foso de altura, solo diez centímetros menos que el campeón.
4.- En la altura acabaron los fallos, pues las siguientes
seis pruebas vieron a un Eaton desatado. Corrió los 400 metros en 46.02 doce
horas después de haber entrado en el estadio olímpico moscovita. Es el mejor
crono jamás logrado por un decatleta en un Mundial. A la mañana siguiente, sin
tiempo apenas para recuperarse, cubrió los 110 vallas en 13.72, lanzó 45 metros
en disco, saltó 5.20 con pértiga, destrozó su plusmarca personal en jabalina
con 64.83 y, ya campeón virtual, completó los 1.500 metros en 4.29.80. Sumó
8.809 puntos, a 230 de su récord, confirmando que solo la lesión primaveral le
ha impedido mejorarlo.
5.- No posee el carisma ni desparpajo de Bolt, pero Eaton es
un auténtico rey del estadio si entendemos como tal al atleta más completo. Es
curioso imaginar que, en un hipotético enfrentamiento sobre las diez
especialidades del Decatlón, Eaton batiría (lógicamente) a Bolt sin la menor
duda en ocho de ellas y, probablemente, también en los 400 metros, vistos los
recientes escarceos del jamaicano en la vuelta a la pista [también en longitud,
donde a Bolt no se le conoce nada, por más que de vez en cuando se auguren
grandes proezas]. Bolt le derrotaría, por supuesto, en los 100 metros y lo
haría de forma aplastante.
6.- El jamaicano continúa acumulando triunfos, aunque el de
Moscú haya sido el más apurado (8 centésimas sobre Gatlin). Sobre él se
acumulan también tópicos sin el menor sentido, como lo de su mala salida de
tacos o la reserva de energías para batir récords en mitines bien dotados
económicamente. Falsas ambas muletillas: es cierto que batió una vez el récord
mundial en un mitin. Fue en 2008 y han pasado cinco años desde entonces. Y en
este lustro, Bolt se ha concentrado siempre en los grandes campeonatos.
y 7.- Mundiales o Juegos Olímpicos, esa es su especialidad,
incluso venciendo como ahora en Moscú, sin estar en óptima forma. En realidad,
junto a un talento formidable, esta es la mayor virtud de Bolt: su carácter
competitivo, que esconde bajo el rostro de showman juguetón. Ahora mismo, es
posible que en un mitin cualquiera resultase derrotado por Justin Gatlin. Pero
no en un campeonato, escenario que genera en Bolt un mecanismo formidable de
superación. Ya le ocurrió el año pasado en los Juegos Olímpicos, a los que
llegó también apurado, y lo ha repetido en Moscú. Para vencerle en una gran
cita hay que ser muy superior a él y, hoy por hoy, no se vislumbra a nadie
capaz, legalmente, de hacerlo.
PD: El tópico de la mala salida. Bolt reacciona más que bien
al disparo. Esa reacción apenas tiene importancia en el crono final, salvo que
el atleta se "duerma". Bolt no lo hace: acostumbra a salir entre 140
y 170 milésimas tras el disparo, un excelente tiempo de reacción. Por supuesto,
sus primeras zancadas no son tan frecuentes como la de rivales más bajos, lo
que crea una falsa sensación de mala puesta en acción, pero la clave no está en
ese factor sino en la capacidad de aceleración. Y en dicha capacidad, Bolt es
el mejor. Acelera más que nadie y durante más tiempo que ningún rival para
alcanzar una punta de velocidad máxima superior a todos. Para batir su récord
(9.58) el jamaicano no ha de "salir mejor". Ha de volver al estado de
forma óptimo que tuvo en 2008 y 2009 y eso es lo verdaderamente difícil, máxime
con su lesión crónica en la espalda que reduce posibilidades de entrenamiento.
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