miércoles, 27 de julio de 2011
FLEXIBILIDAD CONTRA RIGIDEZ
JAVIER NORIEGA EL PAÍS.com
Alucinantes han sido las carreras de 200 crol y de 100 espalda. Me alegra mucho contemplar a dos nadadores franceses compartir el título mundial, creo que nada hace más ilusión a un nadador que ganar y poder compartirlo.
Lacourt y Stravius han hecho el trabajo que el equipo francés venía esperando desde que perdieran por tercer año consecutivo un relevo en el que partían como favoritos. Las victorias conjuntas unen más.
Es por ello que los relevos cobran una importancia tan trascendental. Por eso y porque en juego están los países, no lo nombres propios. También me parece desacertado que Francia no tirase al relevo a su mejor hombre en cuanto a talento, y después de su 200, posiblemente el mejor francés en el 100 libre: Yannick Agnel nadó el 400 libre, una prueba en la que sin duda puede hacer maravillas a corto plazo. Pero Francia lleva tres años como favorita en el 4x100 libre, que es además la prueba más emocionante de la natación en los últimos tiempos, y, en mi opinión, era de máxima prioridad para el equipo demostrar el nivel que tienen en esta especialidad ganando el título mundial, máxime cuando es el primer día de competición. No hay nada mejor que una victoria conjunta para elevar el espíritu de un equipo.
Michael Phelps ya sabe que necesita un puntito más para estar delante de Lochte y de todos lo que vienen por detrás pisando fuerte. Su primer enfrentamiento en Shanghái ha sido espectacular, pese a no ser récord del mundo de la época textil, sí que es la mejor marca de la historia con un bañador que no cubre el pecho. Aún así, me esperaba un 1m 43s largo, Phelps ya me ha demostrado que tiene esta marca, solo necesita ponerse un poco más en forma, y seguro que todos los que han estado en el 1m 44s en la final, en Londres andan en el 1m 43s... Buena final nos espera ahora que ya han sacado el as de la manga derecha... les queda mostrar el de la izquierda...
Por otra parte, me parece muy acertada la decisión del director técnico español Luis Villanueva de lanzar al la competición a los nadadores en pruebas que no son en las que han hecho la mínima. Esto les hace meterse en competición, algo que es fundamental, para que nada falle en la prueba principal. Así, Duane, Marina, Merche y Melanie están mejor preparadas tanto para estos Mundiales como para el futuro. Y eso quiere decir que España es más grande. Prueba de ello es la excelente participación de Merche Peris, con una gran marca propia de una estrella, que inspira al conjunto de la natación española. Por su nivel de excelencia y por la personalidad de esta chica. Como ella, pocas.
Seguro que Mireia Belmonte rectifica su actuación de los 200 estilos y 200 mariposa y nos sorprende con algo que solo está a su alcance. Entonces nadie se acordará de estas pruebas. Solo los pesimistas. Pero si queremos que España sea una potencia no hay que tenerles muy en cuenta. ¡Ánimo Mireia! ¡Ánimo equipo!
Dicho esto, me parece desacertada la actual política del seleccionador, Luis Villanueva, de ser tan rígido en cuanto a la selección de nadadores. Ni siquiera Rafa Muñoz, actual plusmarquista del mundo, ha sido capaz de ablandar al seleccionador. Y eso que con su actuación en el 2010 hubiese sido oro. Decía Lao Tsé que la flexibilidad es la vida, y la rigidez la muerte, como el niño que nace y el anciano que muere. Eso ya se ha demostrado a muchos niveles en la vida. En un Mundial o unos Juegos es diferente, solo te queda adaptarte a la única circunstancia que hay. Ganar. Pero para llegar allí sí que existe la flexibilidad, el amor, y el respeto. Por eso en los Juegos Olímpicos el programa se diseñó para que Michael consiguiera lo imposible. Por eso el seleccionador americano hizo excepciones con él y Lochte en los trials en las pruebas de crol para incluirlos en los relevos. Por eso Australia incluyó un equipo completo para Shanghái pese a que en sus trials sólo unos cuantos consiguieran el pasaporte mundialista. En España aún no es así. Eso nos perdemos. Solo un equipo grande en número puede ser un gran equipo. Cueste el tiempo que cueste. Pondré un ejemplo: es como si en un concierto de los buenos, abarrotado de gente, se hace desaparecer a todo el mundo. Solo la música y unas pocas personas. No es lo mismo, ¿no? No fluye igual. De todos modos, los que están se lo han ganado y los que no estamos allí os animamos desde casa. ¡Suerte a todos!
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