miércoles, 11 de agosto de 2010

Muñoz se recupera a sí mismo




AMAYA IRÍBAR

Rafa Muñoz es el plusmarquista mundial de los 50 metros mariposa, pero nunca había ganado esta prueba, ni ninguna otra, en unos grandes campeonatos. Ni siquiera el año pasado, cuando el cordobés se coló en esa loca carrera de récords en la que se convirtió la natación mundial y habló de tú a tú al estadounidense Michael Phelps en una de las finales más bonitas de los Mundiales de Roma.
Rafa Muñoz es el plusmarquista mundial de los 50 metros mariposa, pero nunca había ganado esta prueba, ni ninguna otra, en unos grandes campeonatos. Ni siquiera el año pasado, cuando el cordobés se coló en esa loca carrera de récords en la que se convirtió la natación mundial y habló de tú a tú al estadounidense Michael Phelps en una de las finales más bonitas de los Mundiales de Roma. Por entonces, se entrenaba en Marsella con algunos de los velocistas más reputados de Europa y vivía por y para la natación. Pues bien, un año después, el año más extraño de su vida deportiva, Muñoz se convirtió ayer en campeón de Europa de los 50 mariposa con una autoridad asombrosa. Paró el crono en 23,17s, dos centésimas de segundo más que en las semifinales, en las que logró la mejor marca de 2010, y dejó al francés Frederick Bousquet a 24.
Dicen los que le conocen bien que Muñoz tiene un cuerpo privilegiado, la cabeza fría y un gen competitivo sin igual. A juzgar por lo visto en la vetusta piscina de Budapest, es verdad. Muñoz, que asegura que rara vez se pone nervioso y ayer menos que nunca, salió bien -0,66s tardó en reaccionar, ni el más rápido ni el más lento-, emergió del agua según lo previsto e impuso su poderosa brazada a todos los rivales. Luego, miró al marcador y, cuando se vio campeón, golpeó el agua con los dos puños y grito: "¡Vamos!"
"He conseguido creerme que soy yo el que tiene el récord del mundo", explicó después; "he nadado con todo el coraje y la rabia, pero también con algo de incertidumbre".
Que Muñoz es un buen nadador, uno de los mejores de la especialidad, no lo dudaba nadie. Ahí está su plusmarca. Pero que fuera capaz de superar todo el estrés de una semana en la que compareció ante el comité de dopaje de la federación internacional (FINA) para convencerle de que fue una grave crisis personal la que le impidió cumplir con las normas antidopaje va más allá. Habla de un nadador que, a los 22 años y tras meses de zozobra, ha recuperado el gusto por competir y que, aun corto de entrenamiento, puede ganar.
El año de Muñoz ha sido extraño y muy complicado. Tras lograr su marca mundial, en abril de 2009 y brillar en los Mundiales con sendos bronces en los 50 y los 100 metros mariposa, el mejor nadador español perdió el gusto por su deporte. Dejó de entrenarse. Desapareció. En la federación española y hasta en el Consejo Superior de Deportes (CSD) cundió la preocupación. Cuando un deportista de élite decide tomarse un año sabático, tomar distancia, corre el riesgo de perder el tren de la alta competición, además de arriesgar la beca económica.
En el caso de Muñoz, el peligro era mucho mayor. Dejó de comunicar a la FINA su paradero, una obligación impuesta por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) para posibles controles antidopaje. La FINA le abrió un expediente y le amenazó con dos años de suspensión. Ahora, aunque ha convencido al organismo que gobierna la natación de que fue su situación personal la que le hizo actuar así, la AMA no lo ve tan claro y ha anunciado que revisará el caso. Si concluyese que infringió las normas, podría retirarle la medalla.
Pero esto es futuro. El presente es que Muñoz ha vuelto con solo seis meses de entrenamientos y la ayuda de José Antonio del Castillo y del equipo del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Y que hay muy pocos peros que poner a su victoria. El único, tal vez, es la ausencia del croata Miroslav Cavic, al que una hernia de disco le ha impedido defender su corona europea.
El triunfo, además, no solo inaugura el palmarés victorioso del mejor nadador español de la historia en una gran competición, sino que cierra la boca a todos aquellos que cuestionaron sus éxitos anteriores y los ligaron al bañador impermeable que utilizaba. Muñoz tendrá una oportunidad más de brillar en estos Europeos, a partir del viernes en los 100 metros mariposa, la prueba reina de la modalidad (los 50 no forman parte del programa olímpico). "Si hubiera nadado hoy con el bañador [anterior], a lo mejor habría batido el récord del mundo", dijo.
El éxito de Muñoz, su resurrección, eclipsó un tanto la magnífica actuación de Duane da Rocha. Nadie contaba con la espaldista, que nadaba su primera final, pero acabó colgándose el bronce en los 200 metros con 2m 10,46s, superada solo por las dos británicas. Simmonds logró el oro (2m 07,04s) y Spofforth (2m 08,25s) la plata, pero ninguna pareció tan feliz como ella.

Otras finales: Hombres: 100 metros espalda: 1. C. Lacourt (Fra.), 52,11s (récord de Europa). 100 braza. 1. A. Dale Oen (Nor.), 59,20s. Mujeres. 50 mariposa. 1. T. Alshammar (Sue), 25,63s.

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