EL CONFIDENCIAL
La favorita de la serie es Aauri Lorena Bokesa, con tiempo
de servicio importante y presencia internacional, pero los ojos se van, de
manera irremediable, a la calle exterior. Vestida de amarillo, Salma Paralluelo
muestra desde los primeros metros la facilidad que tiene para correr. Pisa el
tartán con las puntas, con delicadeza, cuando se pone en marcha parece más alta
de lo que es en realidad. La elegancia no se presta, se tiene o no se tiene, y
en este caso no hay mucha duda, cuando ella corre la mirada persigue sus
andares.
Cuando en la segunda vuelta toca reagruparse, ella se queda
en la dos, tímida de coger la cuerda. Pero, a pesar de todo, tiene motor
suficiente para esprintar un poco al final y llevarse la serie. Una carrera
más, podría pensarse, pero todo se va al traste cuando se mira el DNI de la
protagonista. El pasado mes de noviembre cumplió 15 años. El simple hecho de
que esté en Antequera es asombroso, su actuación lo es todavía más. 54.10 es
récord sub-18 y se coloca a una sola centésima del sub-20 que tiene Sara
Gallego. Si ese fuese el objetivo, no suena a muy difícil, una sola centésima
en casi cinco años. Y un día más tarde, en la final, pulverizó también esa
marca de Sara Gallego. Va, por lo tanto, un lustro por delante de lo que se
espera. Y ya es bronce nacional, pues quedó tercera en su prueba.
El potencial es absoluto, esa niña, porque no deja de serlo,
que hace nada tenía 14 años está a la altura de una final nacional y batiendo
plusmarcas. Su táctica no ha sido la mejor, pero lo que hubiese sido
extraordinario hubiese sido lo contrario. "No estoy muy acostumbrada a
estas cosas, me queda experiencia, muchas carreras por correr, con esto se
aprende", explica Paralluelo por la tarde. Ella está más hecha a los 300 metros , que es la
prueba de velocidad más común entre cadetes, claro. Y lo de la falta de
experiencia parece obvio en este caso, es su primera carrera de cierto nivel.
Pero es que en ella se uno otro factor, y es que se entrena
bastante menos que el resto de atletas, incluso que el resto de atletas de su
edad. No es dejadez, nada más lejos, es que Salma también es una excelente
futbolista ¿cómo de buena? mucho, lo suficiente para haber ganado un Mundial
sub-17 con España. Debutó hace poco con el primer equipo del Zaragoza, en
cuanto pudo, porque con 14 años es ilegal en fútbol formar parte de un equipo
de máximo nivel. Con el balón destaca, por supuesto, por su velocidad, pero con
eso solamente es poco probable que hubiese llegado a la selección. En lo del
atletismo también es versátil, su récord de España sub-18 de 400 se une a unos
cuantos más en atletismo. De 300, de 300 vallas. También salta triple con
buenas marcas. Tenemos, por lo tanto, uno de esos extraños casos en los que el
deporte parece salir natural, como una parte más de levantarse cada mañana.
Salma tiene poco tiempo para pulir la técnica, todo es
naturaleza, incluso ese correr como si estuviese flotando. Se levanta por las
mañanas antes de las cinco para estudiar, que es algo crucial, siempre lo es,
incluso en alguien que tiene todas las trazas para terminar siendo deportista
profesional. Su padre, maño, lidia desde el paro con sus tres hijas. Su madre,
guineana, pasa la mayor parte de su tiempo en África, por lo que casi no la ve.
Sí, Paralluelo, como Vicente o Bestué (campeona en 60 metros ), también es
hija de una España mestiza y moderna, diferente. También más atlética, todas
ellas en mayor o menor medida se están dedicando en las categorías inferiores a
destrozar las mejores marcas previas de sus categorías.
María Vicente, de hecho, ha aprovechado el campeonato de
España bajo techo de Antequera para batir el récord nacional de pentalón. De
paso, hizo la mejor marca sub-20 de la historia en 60 metros vallas (8.35).
Y mejoró sus marcas en cuatro de las cinco pruebas que componen esta combinada,
solo se dejó el 800, donde estaba algo cansada. Es algo más que una evolución
asombrosa. La atleta, todavía con 17 años, acumula ya 50 plusmarcas nacionales
contando todas las categorías y todas las disciplinas. O, si se quiere
simplifcar, nunca antes se vio una atleta española que dominase de esta manera
en categorías inferiores. "Sabía que venía bien, pero no tanto",
decía después de dominar de inicio a fin una prueba que es dificílisima. La federación
la utiliza ya como uno de los emblemas de su deporte, pero no deja de ser
alguien que todavía está por llegar.
Volvamos, de momento, a Salma Paralluelo, todavía más joven,
también tremendamente capaz. A la decisión, esa por la que le preguntan
siempre. Es un tema difícil de gestionar y mucho más todavía difícil de hablar,
especialmente si, como es el caso, hablamos de una persona que con 15 años, y
por madura que parezca cuando coge el micrófono —desde luego, lo parece— no
deja de ser una niña con una decisión muy complicada. Porque en una caso u
otro, dejará por el camino experiencias, entrenadores y amigos, que no es poca
renuncia y menos todavía en etapa de formación.
En España es una rareza, pero en Estados Unidos se da con
cierta frecuencia, ya que los jóvenes acostumbran a probar un poco de todo. Hay
algunos deportistas asombros, como Bo Jackson o Deion Saunders, que han sido
capaces de combinar varios incluso profesionalmente, pero lo normal es, en
algún momento, tener que elegir. El caso más reciente, Kyle Murray, un joven
'quarterback' que fue elegido por un equipo profesional de béisbol en la novena
posición del 'draft'. La liga de béisbol, de hecho, intentó cambiar las normas
de la competición para que los A's, el equipo que le escogió, pudiese darle más
dinero y así ganar la puja al fútbol americano. A pesar de todo, perdieron.
Murray jugó en Oklahoma un año más y ahora se presentará al 'draft' de la NFL.
La pasada temporada ganó el trofeo Heisman que distingue al mejor jugador
universitario.
Más cercano a Salma, por la coincidencia de los deportes, es
el caso de Adam Gemili. Él formaba parte de la cantera del Chelsea y hasta los
19 años no decidió finalmente que su futuro tendría que estar en el atletismo.
No le va mal, tiene medallas europeas y mundiales. Paralluelo ha dicho en
alguna entrevista que su idea es decidir este año y poder centrarse en uno u
otro deporte. Y si no lo hace, tampoco pasa nada, ella no está todavía en el
tiempo de sentir una gran presión.
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