La estadounidense Marion Jones podría conocer mañana si debe cumplir una pena de prisión por haber mentido a un jurado durante su investigación por estar involucrada con el dopaje.
La velocista mintió a las autoridades estadounidenses sobre su consumo de esteroides, que posteriormente reconoció, perdiendo todas sus medallas olímpicas logradas en Sydney 2000, y también sobre si tenía conocimiento de un caso de fraude en el que estaba involucrado el atleta y ex novio Tim Montgomery.
El abogado de Jones, de 32 años, ha pedido la libertad condicional, y junto al fiscal, cree que el juez podría adherirse al acuerdo de petición entre cero y seis meses en prisión. De todos modos, los jueces federales estadounidenses tienen permiso para alejarse de este tipo de decisiones y en otras ocasiones ya han demostrado que ser un deportista de elite no garantiza una sentencia más indulgente.
Jones confesó haber consumido la THG antes de los Juegos de 2000 donde consiguió cinco medallas, tres de oro, de las que fue desposeída, aunque indicó que no se dopó con conocimiento sino a través de su técnico, Trevor Graham. Su solicitud de clemencia, acompañada de sus disculpas y el anuncio de su retiro, llega tras años de una perseverante negación del consumo de sustancias dopantes.
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