lunes, 6 de abril de 2009
España tiene dos torpedos
DIEGO TORRES El País.com
La natación española llevaba décadas estancada. Como en las ciénagas de agua insalubre, el clima en la federación no era el más propicio para progresar. Los técnicos y los nadadores litigaban formando bandas, y las marcas resultaban decepcionantes. El año pasado, Mireia Belmonte, la arrebatadora adolescente de Badalona, empezó a golpear la pared del dique cuando conquistó el oro en 200 metros estilos en los Campeonatos de Europa. Fue el primer indicio de que algo se movía en el fondo del pozo. Los Juegos Olímpicos no confirmaron la explosión. Pero los movimientos prosiguieron por debajo del agua. Hasta que este fin de semana, en los Campeonatos de España en Málaga, el dique empezó a resquebrajarse. Ayer reventó definitivamente. Explotó cuando Rafa Muñoz batió el récord mundial de 50 metros mariposa y siguió deshaciéndose cuando Aschwin Wildeboer consiguió establecer un nuevo récord de Europa en 100m espalda. Desde ayer, la federación y sus nuevos dirigentes lo saben. Para el próximo Mundial de Roma, en julio, no podrán esconderse detrás de la coartada de la pobreza del equipo. A España ya no le faltan nadadores de elite. Tiene a Erika Villaecija, a Mireia Belmonte, a Rafa Muñoz y a Aschwin Wildeboer. Son un póquer de ases. Un buen número. Con menos empezó Italia en los Juegos de Sydney a construir el magnífico equipo que tiene hoy.
Luis Villanueva, el nuevo director técnico, examinó las marcas con prudencia, a la luz del efecto lanzador de los nuevos bañadores Jaked. Sin embargo, Villanueva coincidió en que hay casos excepcionales. Como dijo Carles Subirana, el entrenador de Mireia Belmonte: "Estas marcas son irreales. Pero hay casos y casos. Rafa y Aschwin son fueras de serie".
El sábado, Rafa Muñoz hizo los 100 mariposa en 50,58 segundos. La misma marca que le dio el oro a Michael Phelps en Pekín. Pero con una diferencia. Phelps pasó por su parcial de 50 metros en 24,04s. Rafa salió más rápido y tocó la primera pared en 23,39. Fue el aviso. Ayer lo confirmó en la semifinal de 50 mariposa. Hizo el mejor tiempo de la historia: 22,43s. El primer récord mundial español en piscina larga desde 1991, cuando Martín López Zubero consiguió el de 200 espalda.
El nadador, nacido en Córdoba hace 21 años, atribuye su progresión a la decisión que, tras su paso marginal por los Juegos de Pekín, le llevó a dejar a Joan Fortuny para unirse a Romain Barnier, responsable de la que se ha convertido, al margen de Estados Unidos, en la meca mundial de la velocidad: el club Círculo de Nadadores de Marsella. Allí, junto a gente como Frédérick Bousquet, Fabien Gilot o Grégory Mallet, miembros del equipo de 4x100 libre que conquistó la plata en los Juegos, su técnica se ha depurado. La explosividad que ha ganado en la salida forma parte esencial de su éxito. "Ha mejorado muchísimo el nado subacuático y eso le ha ayudado a salir con más velocidad", explica Villanueva; "hay muy pocos nadadores en el mundo capaces de nadar los primeros 15 metros [el límite reglamentario de nado subacuático] en 5,44s. Además, en Marsella ha mejorado bastante muscularmente, y ha aprendido a transferir esa fuerza al agua. Al ganar potencia, ha mejorado la longitud de ciclo. Ahora, con cada brazada recorre más metros".
La carrera de 100 metros sirve para medir la evolución técnica del mariposista, que afirma haber modificado su modo de atacar el agua. "Ahora entro más en oblicuo", dice; "para hacer más palanca". Si en Eindhoven, en los Europeos de 2008, hizo 19 brazadas para cubrir los primeros 50 metros, el sábado hizo la misma distancia en 16 ciclos. Con menos gestos y más rápido. Hizo 24,08s en Eindhoven y 23,39 en Málaga.
El nado subacuático, la técnica que más ha depurado Phelps y el equipo americano en los últimos años, ha servido para que los españoles dieran el salto de calidad. Si Muñoz dice que tiene "uno de los nados subacuáticos más buenos del mundo", ayer, Wildeboer, demostró lo mismo: confirmar en la piscina larga su estupenda temporada en corta. Nadó la final de 100 espalda en 52,93s y borró la anterior plusmarca europea, en poder de Arkady Viatchanin, que hizo 53,06 en diciembre de 2008. Es el quinto mejor de la historia. Sólo dos nadadores americanos han recorrido la prueba más rápido: Aaron Peirsol y Nicholas Thoman.
"El nado subacuático me ayudó a conseguir el récord del mundo en piscina de 25 metros", dice Wildeboer, que desde el otoño se entrena junto con el equipo danés, cerca de Estocolmo. El espaldista da tanto valor a la habilidad como a los avances tecnológicos. Wildeboer se manifestó casi melancólico tras obtener su récord: "Estoy un poco triste porque ahora no estoy ni de lejos en mi mejor estado de forma. Me paro a pensar y me digo: '¿qué haría con un bañador como éste en mi mejor estado de forma?' No sé si hay nadadores que lo notan tanto como yo pero en mi caso me ayuda mucho. Comparándolo con el Speedo del año pasado la diferencia se nota".
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