lunes, 2 de agosto de 2010

Volvemos a reinar en 1.500 metros



Ángel Cruz


De las seis medallas en juego en los 1.500 metros de los Campeonatos Europeos que ayer finalizaron en Barcelona, España se ha llevado los dos oros y los dos bronces y ha dejado las platas para un alemán y para una francesa. Arturo Casado y Nuria Fernández, dos madrileños, se llevaron el triunfo en la prueba reina de la táctica, en la que hay que pensar tanto como correr. Manuel Olmedo y Natalia Rodríguez, un sevillano, afincado en Soria, y una tarraconense, fueron terceros en dos carreras trepidantes, de las que ponen al público en pie y de las que hacen tamborilear el corazón. Manolo, además, es un recién llegado a la especialidad, proveniente de los 800 metros. Esta era su primera competición grande sobre 1.500, lo que revaloriza extraordinariamente su bronce, que pudo haber sido plata. España vuelve a reinar en una de las especialidades que los aficionados disfrutan más.
Arturo Casado tenía ilustres precursores en el trono europeo: nada menos que el soriano Fermín Cacho (Helsinki 1994, con el vallisoletano Isaac Viciosa segundo) y el barcelonés Reyes Estévez (Budapest 1998, con el propio Cacho en la tercera plaza). Nuria no tiene antecesoras en el trono del milqui. Nadie había subido, ni siquiera, a los escalones inferiores del podio. Ahora lo han hecho dos mujeres de 33 años (Nuria) y de 31 (Natalia), que son madres de Candela y Guadalupe. El 1.500 metros español vuelve a sonreír . Y lo hace en el mismo estadio en el que Cacho, hace casi 18 años, se vistió de oro en los Juegos de Barcelona 1992.

Dos supermamás
Alejandro Delmás

Nuria Fernández rompió los pronósticos y ganó la final de los 1.500. Tercera fue Natalia Rodríguez y la favorita, la rusa Anna Alminova, se derrumbó en la recta final. Nunca una atleta española había subido al podio europeo en esta distancia. Ahora ya tenemos dos.
Una frase de Nuria Fernández, ciudadana de Torrejón de Ardoz, arroja bastante luz sobre su oro de Montjuïc, primer título europeo absoluto de una española en 1.500 metros. La frase: "La casa es como un ser viviente que siempre te pide más". Aclaración: tras la capacidad y el agonismo de Nuria Fernández y de Natalia Rodríguez, campeona y tercera de Europa en 1.500, se encuentran sendas mamás de dos niñas preciosas, Candela y Guadalupe, de edades muy parejas.
Nuria y Natalia deben levantarse con sus pequeñas, llevarlas a la guardería, irse al entrenamiento, volver con la familia, volver a entrenarse y acabar el día con Candela y Guadalupe entre los brazos. "La casa es como un ser viviente que siempre te pide más". Y si, más allá de las tareas domésticas vienen Campeonatos Mundiales y Europeos, usted me dirá
Manos e intenciones menos amorosas que las de Candela y Guadalupe ponían precio a las medallas en Montjuïc: Lisa Dobriskey, subcampeona mundial, la rusa Alminova y la francesa Dehiba. Quizá pensando en los 3.000 obstáculos de Zarudneva, Anna Alminova tiró a la desesperada: 2:09.04 en 800. Al toque de la campana de la última vuelta, la rusa aún mandaba, pero ni podía más ni había sido capaz de alejar a las españolas. Alminova se fue hundiendo. Nuria Fernández cambió justo cuando Dehiba taponó la salida de Natalia. Lisa Dobriskey se quedaba encerrada.
En el codo a codo final, Natalia contuvo a Dobriskey, pero perdió la plata ante Dehiba, pese a firmar su mejor registro de 2010 (4:01.30). Y, por delante de todas, con la mejor marca de su vida (4:00.20), Nuria Fernández entraba, gloriosa y directa al oro, al cielo y a los brazos de Candela.

Dos amigas para siempre
"Coge la bandera y da la vuelta al estadio, tú eres la campeona", le dijo Nuria Fernández a Natalia Rodríguez tras la accidentada final de los Mundiales de Berlín y antes de que esta fuera descalificada. La relación entre ellas es muy buena y después de que Natalia venciese a Nuria en los Nacionales de Avilés, la madrileña volvió a elogiar a Natalia: "Me ha ganado la campeona del mundo. Para mí lo es". Ayer, tras el oro de Nuria, Natalia, que fue bronce, afirmó: "Me alegro mucho por ella. Las dos llevamos mucho tiempo dando guerra en los 1.500 metros y vamos a dar todavía más".

Incierto futuro en el atletismo
Juan Mora

Nos vamos de los Europeos de Barcelona con ocho medallas. Nuestro atletismo ha entrado en una regresión de la que no parece darse cuenta Odriozola, quien habló de quince medallas y hasta soñó con tres tripletes. Han sido ocho medallas que en próximos campeonatos echaremos de menos. Es posible que no las volvamos a ganar en mucho tiempo. Miremos la edad de nuestros medallistas: Chema Martínez (38 años), Blanco (35), Marta Domínguez (34), Nuria Fernández (34), España (31), Natalia Rodríguez (31), Casado (27) y Olmedo (27). Los seis primeros empiezan a estar condicionados por una simple limitación física. A Casado y Olmedo les esperan en los dos próximos años, con los Mundiales y los Juegos Olímpicos, la legión africana.
¿Y detrás qué hay? Pues entre los 27 finalistas que hemos tenido sólo aparecen cuatro atletas más jóvenes que Casado y Olmedo: Bezabeh (25), Marco (25), Kevin López (20) y Cáceres (18). ¿Qué futuro le aguarda a un equipo que sólo logra meter cuatro finalistas de 25 años o menos en unos Europeos? Se nos va una gran generación de atletas y nos quedamos solos. Hasta la marcha nos ha abandonado. Relevo sólo hay en los 1.500 metros. Y justito, para andar por Europa, porque fuera del continente hay 28 atletas más rápidos que Casado y Olmedo. Un incierto futuro se cierne sobre nuestro atletismo. Ya no se trata de tener un atletismo sólido, sino de que nos salga un Nadal, un Gasol, un Alonso, un Lorenzo, un Contador... Falta nos hará.

Chema Martínez cazó la plata y acabó "fundido"
A. Delmás

Villalobos se clasificó quinto e Iglesias fue sexto.

Junto al Arco de Triunfo, y tras 42.195 metros de sufrimiento, Chema Martínez (Madrid, 38 años), extrajo plata, la quinta medalla española: desde sus últimas reservas físicas. "Estoy fundido, apenas puedo moverme. Tampoco he parado un momento desde que crucé la meta. Todo lo tapa la alegría que le he dado a mi gente, algo muy grande", diría el subcampeón de Europa de maratón, ya en el Estadio Olímpico, horas después de la gesta.

En realidad, todo el que se apuntara a correr ayer una maratón en Barcelona, en horas cercanas al mediodía, y con la humedad relativa basculando hacia el 60% era digno de un cantar de gesta. La lista de 19 retirados quedó repleta de nombres ilustres: Abramov, Theuri, Pepe Ríos, Ignacio Cáceres, Javier Díaz y el mismísimo Stefano Baldini, que aguantó poco más de media maratón.

Oro de Röthlin.
De la recogida de cadáveres fue emergiendo, cada vez más consistente, el suizo Viktor Röthlin a quien, desde el kilómetro 30 sólo inquietó el valor de Chema Martínez: ya iban cayendo Abramov, Theuri y compañía. La batalla ardiente cuarteó la resistencia de Martínez. Röthlin se despegó hacia el oro, que selló en 2h15:31.

Chema entró a los dos minutos y 19 segundos de Röthlin, cuando el ruso Safronov ya se echaba encima. Pero Martínez (2h17:50) resistió y conservó la plata por 26 segundos. Pablo Villalobos (Almedralejo 32 años), entró quinto, con la bandera extremeña al cuello y Rafael Iglesias (Salamanca, 31 años), extenuado, fue sexto. La suma total de Martínez, Villalobos e Iglesias dio a España (6h58:00) el título en la Copa de Europa, por delante de Rusia e Italia.

Chema Martínez: "Es mi medalla más emotiva"
"Viví uno de los mejores momentos de mi carrera y de mi vida, y eso me hace sentir feliz a los casi 39 años. Llevo toda la temporada preparando esta competición en busca de una medalla y lo logré. El cariño de la gente me empujó, parecía que me soplaban cuando ya me quedaba sin fuerzas. Mi medalla en Múnich me sirvió para dar el salto. La que logré en Gotemburgo fue el premio a la constancia, y esta ha sido la más emotiva".

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