Juanma Bellón
AS.com
Yulimar
Rojas siempre quiere competir en Gallur, la pista cubierta de Madrid. Allí, en
el barrio de Los Cármenes, se descubrió el inmenso talento que atesoraba para
el triple salto una fría tarde hace cuatro años. Este viernes, convertida ya en
una de las grandes caras del atletismo mundial, la venezolana, de 24 años, dio
tres brincos espectaculares, que le llevaron a 15,43 metros, mejor marca en
pista cubierta de la historia. Récord mundial, siete centímetros más que el
anterior tope de la rusa Tatiana Lebedeva (15,36) hecho en 2004. “Yulimar está muy bien, ha hecho
entrenamientos buenísimos, sabíamos que iba a hacer una buena marca,
descansamos y afinamos para estar bien aquí”, revelaba Iván Pedroso, el
entrenador que transformó en estrella en las pistas Fuente de la Niña de
Guadalajara a esta altísima (1,92) y veloz saltadora (baja de 12 en 100) Tras una ovación cerrada de los 3.000
espectadores que llenaban la grada llegó su turno. Rojas respondió con sonrisas
y pidió palmas. Venía confiada, con 15,03 en su última competición, y despegó
en Madrid con un saltazo, pero piso la plastilina. Nulo. Después 14,65, un mal
salto para ella, una joya para las mortales. Otro nulo y fin del primer acto…
Hubo
charla con el gurú Pedroso, que le dio un par de consejos de ajuste. "No tengas ansia, fluye y concéntrate en
correr y saltar", le decía. Y funcionó como la seda. Llegó el cuarto y
¡bum! 15,29. Explosión, la tercera mejor marca de su vida (15,41, 15,37 y
esta), su tope en pista cubierta donde el viento nunca es aliado. Estaba a 21
centímetros del récord total de Kravets (15,50 al aire libre) y del cubierto de
Lebedeva le separaban siete. En el quinto se desequilibró y en el sexto llegó
el bombazo. 15,43. Récord mundial bajo techo. Impresionante. "Iván me dijo
que hoy era el día y que no lo podía dejar escapar. Trabajé mucho para esto y aquí está".
Rojas
es una atleta que ha encontrado su hueco en Guadalajara. Estabilidad deportiva,
potenciación de sus cualidades innatas y un desarrollo técnico brutal. Ella
comenzó en el salto de altura, probó el triple y ya en 2016 era plata olímpica.
Después llegaron cuatro títulos mundiales (dos al aire libre y dos bajo techo).
Todo con poco tiempo en la disciplina y un margen de mejora enorme. Por eso,
con su carácter divertido y alegre acostumbra a decir: "Lo mejor está por
llegar". Todo con un trabajo infatigable y disciplinado en un grupo de
entrenamiento (con Évora, Peleteiro, Copello...) que acumula medallas de todo
tipo a nivel internacional basado en la experiencia de Pedroso y un espíritu
familiar.
Ahora
mira al oro en Tokio 2020, al récord de Kravets y a la última frontera inédita
de las triplistas, una vía que ha abierto la caribeña: los 16 metros. “Creo que
puedo hacerlo, me gustaría ser la primera mujer que lo lograra. Sería dejar una
huella en el atletismo. Al exterior, con un poco de aire a favor este habría
sido un salto que no quiero ni imaginar”. Pero eso será otro día…
completamente
con Madrid. “Esta pista es el eje de mi carrera, aquí siempre me siento bien,
tengo buena vibra con el público y se pudo ver. Qué emoción. Me tratan como una
más, como si fuera de aquí”, decía Yulimar que gritó, lloró, se arrodilló, besó
el tartán... Una vez terminó la reunión, la triplista venezolana seguía en los
pasillos, firmaba cientos de autógrafos. Siempre con una sonrisa permanente.
Una frase castiza le va perfecta: 'De Madrid al cielo'.
Errandonea,
la tercera de siempre
La
irundarra Teresa Errandonea fue tercera en la final de 60 vallas tras las
estadounidenses Clemons y Nia Ali. La vasca, sobrina del histórico ciclista
José María Errandonea, marcó 8.00 y se convirtió en la tercera nacional de la
historia tras Alozie (7.83) y Onya
(7.84). En 1.500 femenino, Marta Pérez logró la tercera mejor marca española de
siempre en pista cubierta con 4:07.37. En 800, Mariano García firmó 1:46.30 y
Adri Ben, 1:46.60. En 400, Samu García ganó con 46.39, única victoria
española. En 3.000, Ouassim Oumaiz firmó
récord de España Sub-23 con 7:44. 39. En longitud, Juan Miguel Echevarría voló
hasta los 8.41 metros.
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