miércoles, 26 de febrero de 2020

YULIMAR ROJAS: "SIEMPRE SUPE QUE TENÍA UN DON PARA EL SALTO"

JUANMA BELLÓN
AS.com

- Viene con una corona de plástico a su primer entrenamiento después del récord del mundo de triple salto bajo techo (15,43 en Madrid).
- Me la obsequió mi hermana Yerilda y le tengo mucho cariño. Ella me dice que ahora soy la reina del triple salto mundial. Traje la corona como un juego, sabía que es algo que le iba a hacer gracia a mis compañeros de entrenamiento y para mi técnico Iván Pedroso. Yo soy así, trato de llevar la alegría cuando estoy en la pista. Ir con una sonrisa es muy importante.

- ¿Qué sabor tiene esa plusmarca cinco días después?
- La estoy digiriendo. Impactó al mundo entero. ¡Retumbó, la marca tenía 16 años! Le prometí a mi madre: ‘¡Mami, tú vas a ver un récord mío!’ Y aquí está. Desde que comencé la pretemporada trabajé en base a eso. Pedroso me dijo: ‘Ya estamos aquí, hay que empezar a lo grande 2020’. El listón estaba alto en el 15,36 de Lebedeva. Lo hice, me siento en un momento genial, que nunca tuve. A los 24 años voy a disfrutar. El festejo también fue mundial (se ríe).

- Cuando era pequeña en Barcelona, en esa ciudad de Yulimar Rojas Venezuela, ¿pensaba que sería la reina del triple salto?
- Mis orígenes son muy humildes, y siempre llevo mis raíces por delante. Vengo de una familia numerosa: seis hermanos, mi padre y mi madre. Desde pequeña tuve mucha chispa, era inquieta y dada al deporte. Me encantaba el fútbol, el básquet, el voleibol... Mis padres me decían: ‘¡Yulimar quédate quieta muchacha, que te vas a romper un pie!’. Yo siempre supe que tenía un don para el salto, para el deporte. Sabía que era el camino para lograr mis sueños. Fui a unas pruebas de atletismo y los entrenadores se emocionaron. Me encantó como se refirieron a mí y me enamoré del deporte.

- Pero empezó en otro salto, en altura.
- Era alta, muy flaca y tenía mucha facilidad para saltar, pero me faltaba fuerza. Llegué a hacer 1,89, hasta que una vez en una competición probé el triple y salió 13,65. La gente se quedó admirada, subí hasta 14,37 y clasifiqué a los Juegos. En 2016, antes de Río, contacté por Facebook con Iván Pedroso, que le admiraba mucho, nueve veces campeón mundial y oro olímpico de longitud, y comencé a trabajar con él. Así vine a Guadalajara. Él ha sido la base del rompecabezas para construir a la Yulimar de ahora, alta, fuerte, veloz y técnica.

- Ahora tiene cuatro oros mundiales, una plata olímpica y el récord mundial.
- Lo que hemos creado en cuatro años es maravilloso. Mi vida cambió completamente. Un nuevo lugar para vivir, y en los entrenamientos tenía dolores, se me hacía imposible correr, por las pesas... Y sin embargo decía: ‘¡Guau! Soy la mujer más feliz del mundo porque tengo al lado a una persona impresionante’. Él es muy perfeccionista y estricto.

- En esos ‘cuatro años’ ha pasado de atleta de nivel mundial a figura excepcional.
- Sí. He cambiado en lo físico, lo psicológico, lo espiritual, lo técnico... Tuve una mejora increíble. En los comienzos saltaba de una manera muy rara. En la carrera me frenaba mucho, el primer salto era muy corto, el segundo también, sólo era bueno el último. Lo trabajé y puedo decir que soy otra atleta, pero en el ámbito bueno. Con fuerza, gallardía y coraje.

- Dice usted que es una soñadora, ¿en qué piensa?
- Cuando fui plata en Río era feliz, pero quería cambiar la medalla de color. Ahora estoy en el top de mis condiciones y es el año de conseguir ese sueño que anhelo. Es una medalla de oro que deseo y estoy cerca. Se trata de cuidarse mucho, de esquivar las lesiones, de estar enfocada. Tener felicidad es la base para que todo marche bien y no haya ningún desvío de cara a los Juegos de Tokio.

- Es una atleta emocional, de corazón, familiar...
- Mi camino no fue fácil. Hubo trabajo, fuerza, sacrificio y mucho corazón. Eso es lo más importante. Sin eso no estaría aquí, el corazón es lo que te hace grande. Ser sencilla y humilde. Me considero alguien de buenas energías, de la ‘vibra’ que fluye en el universo... Soy también muy familiar, trato de ser el pilar fundamental de la casa para comida, gastos... Es algo que me encargué desde siempre.

- Hace dos temporadas tuvo un bache deportivo... ¿cómo se sale?
- Tuve unas lesiones que me llevaron a los suelos. Era muy duro ver a rivales como Ibargüen triunfando y no poder hacer nada. Aquello me cambió el punto de vista. Traté de poner cada cosa en su lugar: en un lado lo familiar, en otro lo sentimental, por otra parte el atletismo. A veces de las cosas malas se aprende. Me cayó una avalancha de la que me levanté. Le aviso que este récord es el principio de cosas grandes.

- Se le ve en la pista confiada.
- Me siento en paz conmigo, con mi entrenador, con el público. Me encuentre como me encuentre siempre habrá una sonrisa por delante. Me gusta llegar al tartán y decir: ‘¡Aquí estamos!’ Lo más importante es ser tú y mantener la esencia. No ser otra persona. Igual en la pista, en la casa, en la calle...

- Tiene el récord bajo techo, queda el de aire libre que es 15,50 de Kravets. Con viento a favor habría caído.
-Yo no soy mucho de decir: ‘Estoy para récord’. Me gusta que las cosas salgan por si solas, porque si te obsesionas por lograrlo el cuerpo se agarrota. Sólo hay que mejorar cada detalle y corregir cada error. Iván me dice: ‘Siempre vas a estar por encima de 15 metros, porque 14 es fácil para ti’. Sí que me gustaría que las personas vean que lo imposible se realiza.

- Duplantis, usted... Son dos atletas con récord mundial que emergen en el año olímpico, en los primeros Juegos post-Bolt.
- Duplantis para mí es un atleta sin límite, excepcional. Salta los seis metros como si fuera algo fácil, como si jugara. Hizo 6,17, 6,18. En ese sentido es parecido a lo que soy yo, su récord se quedará corto en verano. Así que esperemos que los 15 metros para mí sigan constantes y que para mí los 15,43 y la barrera de los 15,50 se ponga a temblar.

- Y los 16 metros. ¿Los ve?
- Ojalá. Y en un futuro no muy lejano. Cercano. El objetivo es afianzarse en los 15 metros y que salga solo. Sé que en cualquier momento puede salir.

- Sus rivales tienen problemas para acercarse a los 15 metros y usted va fácil.
- Tener esa distancia es muy importante y me hace estar tranquila, pero también trabajo duro para ampliar diferencias, porque hay chicas con talento como Ibargüen, Ricketts, Franklin. Que ellas tengan que hacer el doble para ganarme.

- En el Team Pedroso están Peleteiro, Soares, triplistas que miran a medalla olímpica.
- ¡Buah! Sería genial. Si pasa eso será lo más grande. En el verano se viene jaleo. Ana tuvo problemas en la rodilla, pero hizo un invierno buenísimo. Ojalá traigamos medallas.

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