domingo, 1 de agosto de 2010

Los blancos también se reivindican





Vicente Añó

Se está celebrando en Barcelona el 20 Campeonato de Europa de Atletismo, y al margen de los resultados, el balance de medallas, el quehacer la organización y otras cuestiones, un hecho pasará a la historia del mismo: la victoria en 100 metros del atleta francés Christophe Lemaitre. No porque sea francés y haya ganado, sino porque es blanco y hacía mucho tiempo que los blancos no ganaban en esa distancia (28 años) ni de la forma en que lo ha hecho. Casi desde los tiempos del famoso italiano Pietro Mennea, recordman mundial de 200 metros allá por los años 70. Pero ni éste y ni el polaco Marian Woronin, otro blanco campeón en las distancias cortas (fue campeón de Europa de 60 metros en 4 ocasiones) hace un temporal de años, bajaron de 10 segundos en la distancia, y Lemaitre sí. Ni tampoco lo hizo el último campeón blanco, en Atenas 82, el alemán Frank Emmelmann, hoy un desconocido.
Lemaitre, hizo recientemente 9.98, siendo el primero de nuestra "alicaída raza" en lograrlo. Aquí ha hecho 10.11 en la final, tras una horrorosa salida (su tiempo de reacción fue el peor de todos los finalistas), y 10.10 en semifinales, pero el Estadio Olímpico de Montjüic no es muy bueno para la velocidad, porque casi siempre el viento da en contra, así que no fue tanto el tiempo sino la victoria y como la consiguió: rodeado de atletas de "color" por todas partes y "esprintando" al final como si los demás fueran parados, algo que repitió en los 200 metros, donde a falta de 50 metros iba quinto o sexto. Además de ello, sus antecesores blancos mencionados no ganaron las dos pruebas cumbres de la velocidad, 100 y 200, y él ha barrido en las dos y con sólo 20 años, un físico todavía endeble (sobre todo cuando se compara con el británico Dwain Chambers y sus potentes hombros), pero grande (mide 1,90) del que se espera todavía mucho recorrido, si se cuida y la "grandeur" de sus compatriotas no lo estropea.
La aparición de éste atleta ha avivado la vieja polémica de si los blancos son inferiores a los negros en las pruebas de velocidad o no. Una polémica ya casi en desuso por la evidente supremacía de los atletas de color en todos los tipos de competiciones que hay en los últimos tiempos desde el 100 al 400, sea con vallas o sin ellas. Sólo la aparición del americano Jeremy Wariner, campeón olímpico de 400 en Atenas, nos salvó en los últimos años. Pero nunca se acercó a las marcas del prodigioso Michael Johnson, que sigue teniendo el record del mundo desde aquel inolvidable verano del 99 en Sevilla con sus fabulosos 43.18.
Precisamente el entrenador de estos dos atletas, Wariner, blanco, y Johnson, negro, Clyde Hart ya dijo hace un tiempo, en el año 2007, que esa "supuesta superioridad de la raza negra era un mito, que lo verdaderamente diferencial era el hambre". "Para aguantar las duras sesiones de entrenamiento, seguía diciendo, hacía falta tener un cuerpo adaptado al sufrimiento y eso solo lo da el hambre". De manera que, si destacan más los negros es porque entre las clases sociales más desfavorecidas hay una mayoría de personas de esta raza, y por eso poseen la capacidad de sacrificio necesario para triunfar en el deporte.
Yo no sé si Lamaitre pertenece a una clase social baja. No lo parece. Como tampoco lo parecía Wariner, pero el debate ya está servido. Y como nos gusta polemizar, teorizar y crear dogmas que se destruyen cada poco tiempo, se va a recuperar uno que parecía enterrado. ¿Son mejores los blancos o los negros para el deporte?. ¿ Es el hambre el motor de la excelencia deportiva o los genes de cada cual transferidos de generación en generación hasta alcanzar la gloria?. A lo mejor uno de estos días, alguno de los genios que pululan por el deporte mundial, de esos que se reúnen en congresos y descubren la piedra filosofal, nos ofrece su visión celestial y zanja definitivamente la cuestión.
Mientras eso llega, ya hay quien se frota las manos pensando en el gran enfrentamiento de los próximos años: Usain Bolt, extratosférico recordman mundial y campeón olímpico y mundial, negro, contra Lamaitre, la nueva maravilla de la raza blanca.
No nos equivoquemos, el francés anda todavía muy lejos en marcas del jamaicano: 9.98 contra 9.58, pero su juventud dará alas a su progresión y eso lo va a agradecer el atletismo mundial, que necesita de estas figuras (y de estas polémicas) para subir enteros en la atención que le prestan los medios de comunicación, muy pendientes de otros deportistas en los últimos tiempos. Y es que desde la época de Carl Lewis y sus confrontaciones con Ben Johnson, aquel campeón olímpico descalificado en Seúl en 1988, el atletismo no se había situado en primer plano tanto como ahora, gracias a la aparición de este jovencísimo atleta, por pertenecer a la raza de los "rostros pálidos", salvando campeones de la talla de Sergei BuBka o Hicham El Guerrouj, que hace tiempo, también, que se fueron.

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