GERARDO RIQUELME-BEGOÑA FLEITAS
Marca.com
José María Odriozola (Pontevedra, 1939) hace valoración de los Juegos y no se muerde la lengua. Asegura que el nivel del atletismo internacional ha sido «fantástico», con un público, el británico, muy entendido. Luego llega lo tormentoso: nuestro país.
P. ¿Cuál es su valoración del papel del equipo español
R. Ha sido una actuación floja y en algunos casos decepcionante. Nos reuniremos tras el Campeonato de España para evaluar en profundidad estos resultados, pero la sensación que tengo es que nuestros atletas logran marcas de nivel mundial para estar en los Juegos y luego no son capaces de refrendarlo.
P. ¿A qué se debe eso?
R. Cuando ocurre en tanta gente, dices «algo pasa aquí». Y eso es lo que nos cuesta evaluar porque no es fácil. Otros atletas internacionales han hecho marcas personales y de la temporada. Londres era una gran ocasión para hacerlo, para aprovecharlo. En algún caso puede ser falta de experiencia, pero en otros no.
En nuestro equipo ha habido dos atletas que han destacado. Primero, Ruth Beitia, que para mí ha sido el disgusto mayor. La americana hizo el salto de su vida y le quitó una medalla que se merecía porque Ruth igualó su marca del año. Fue una pena. Y el otro, Miguel Ángel López, que hizo una gran prueba, quinto, con marca personal y unos rivales dificilísimos. Después hubo dos diplomas, con Casaña, en disco, y Beatriz en marcha, donde las tres españolas han estado bien.
En el resto, algunos atletas se han superado, como Diana Martín, Judith Plá y Úrsula Ruiz, con marcas personales. Y por ejemplo Nuria Fernández, pese a sus problemas físicos, hizo marca del año.
P. ¿Y las decepciones?
R. Pues aquellas pruebas en las que teníamos más opciones. El 800 era casi misión imposible. Kevin y
Reina estaban en un gran momento de forma, pero había que hacer menos de 1:44 para entrar a la final un día después de correr las eliminatorias. Han estado a un buen nivel, pero era una prueba estratosférica.
Sin embargo, las finales masculinas de 3.000 obstáculos, 1.500 y longitud eran asequibles. Son las tres decepciones más grandes porque eran las pruebas donde teníamos esperanzas, si no de medallas, sí de pelear por diploma.
P. ¿Y en el caso de Marta o Natalia?
R. Llegaron justas. Marta lo hizo muy bien en las eliminatorias, pero no pudo en la final. En el caso de Natalia era arriesgado estar allí después de un año sin competir. Seguro que la primera disgustada es ella. Pero está claro que eran dos bazas en las que confiábamos.
Y luego ha habido gente que ha estado francamente mal, desconocidos. Algunos arriesgaron muy poco. Por ejemplo, Benjamín Sánchez arriesgó en los 50 km marcha. Al final explotó, pero lo intentó. Otros atletas salen a llegar, a hacer un papel lo más decoroso posible y eso no es. A unos Juegos tienes que ir a arriesgar.
P. ¿Puede influir el hecho de que muchos hayan hecho dos picos de forma para ir al Europeo de Helsinki obligados por la Federación?
R. Es que eso no es así. A todo el mundo se le dijo que al Europeo era obligatorio ir porque considerábamos que era bueno desde el punto de vista técnico, pero no debían ir al cien por cien. Y estoy convencido de que ningún atleta español lo preparó a tope.
P. ¿No cree que haya habido mala planificación?
R. Creo que no, ha habido en muchos casos mala actuación. Han actuado por debajo de sus posibilidades. Intentaremos encontrar las causas, pero no es fácil porque en muchos casos son motivos mentales.
P. ¿Pueden estar los técnicos españoles obsoletos?
R. No. Mira, a Helsinki llevé a Cacho como jefe de equipo para ver si insuflaba al equipo un poco de espíritu. Y estaba cabreado. Me decía que hablaba con ellos y que la gente se entrenaba la mitad de lo que se entrenaba él. No es que se entrenen mal, es que se entrenan la mitad. Fermín me decía: «Yo vivía para el atletismo, mañana y noche». Éstos no. Trabajan, pero no tanto. Además, Cacho, con esa cabeza, salía a ganar en cualquier circunstancia.
P. Ya no existe el vivero de las tierras castellanas, de donde salían los tipos duros.
R. Porque el campo a través tiene un inconveniente: le da bastante dinero a los fondistas españoles. Con eso se encuentran económicamente bastante amparados. Quizás le dan más importante a la temporada de cross que a la de pista. En la temporada invernal muchos brillan, pero en el verano no refrendan eso. Hemos bajado en fondo. Entrenan menos que antaño y se adecúan más a una especialidad que les reporta mayor beneficio económico.
No les atrae, se han acomodado a lo que mejor les va desde el punto de vista de sus necesidades económicas. Así que el cross, que siempre ha sido una magnífica escuela de corredores, de fondistas y maratonianos, en nuestro caso se ha convertido en casi una especialidad de dedicación prioritaria. Y eso no es bueno.
P. ¿Y cómo valora el hecho de que no hayan brillado los atletas que están concentrados en la Blume?
R. Valoraremos todo, también las becas de la Blume y las económicas. La Federación tiene que intentar que los atletas tengan las mejores condiciones posibles para entrenar de la mejor forma posible. Creo que los entrenadores españoles tienen tantos conocimientos como los extranjeros. De hecho aquí no le ha ido bien a gente que se ha ido fuera.
La única excepción es la de Bruno Hortelano, pero ha reconocido que las condiciones de la Blume no las ha encontrado en otros sitios. Aquí el sistema de entrenamiento es de nivel similar al de otros países y se ve en los intercambios que se hacen. Otro tema es si nuestros atletas se entrenan tanto como deberían. Y otra cosa muy importante es el entrenamiento silencioso: el descanso, la alimentación y la higiene corporal.
P. ¿Eso significa que hay atletas que viven la vida loca?
R. Pues a lo mejor se entrenan muy seriamente, pero no descansan lo suficiente. Algunos incluso en las residencias. Hay algunas veces que recibimos llamadas del director diciendo que algunos han llegado de madrugada y automáticamente les llamamos a capítulo y les decimos que a la próxima fuera.
Hay gente que a lo mejor tiene la voluntad para entrenarse seriamente, pero no para cuidarse y vivir seriamente el atletismo. Es un deporte invidual y no te puedes escudar en el equipo. No digo que todos sean así, pero hay casos de gente con muchas facultades que no triunfa porque no es capaz de cuidarse.
P. No cree que se haya hecho algo mal en la Federación...
R. Yo las críticas las he aceptado siempre, lo que no tolero es el insulto personal. Hay que tener respeto por la gente. Se puede discrepar, opinar. Que llevo mucha gente... ¿Cómo voy a dejar fuera por ejemplo a los del 1.500? Es tradición en esta casa que el que se lo ha ganado vaya, salvo que esté en manifiesto bajo estado de forma. Critican si llevas y si no los llevas.
P. Entonces, ¿por qué no lo han hecho mejor?
R. Pues habrá que preguntárselo a ellos. Hay atletas que aún no saben por qué se han retirado. Y para mí podía haber estado cerca del podio por la marca que tenía. ¿Y ahí que puede hacer el señor presidente o la Federación? No podemos hacer nada. Son ellos los que corren. Una vez allí, más de lo que ha hecho el señor José Luis de Carlos, como jefe de equipo, que es desvivirse porque todo el mundo estuviera en las mejores condiciones posibles, no podemos hacer nada.
P. También, de los Mundiales de Berlín 2009 para acá los resultados en el atletismo no han sido buenos. Quizás es que la Federación se ha erosionado e igual tiene que venir gente nueva.
R. Mire, hoy he puesto el telediario y en el espacio de los deportes ya el 80 por ciento era sobre fútbol. Y han dedicado más a la llegada de los medallistas de otros países que a los nuestros’, que le han dedicado unos segunditos. Mañana ya a lo mejor no ponen nada. En el caso del atletismo su presencia en televisión ha bajado estratosféricamente desde hace 10 años. Eso, como consecuencia, hace que haya menos dinero, la que se avecina en las subvenciones ni te cuento. ¿Con qué medios contamos en este país? La Federación Británica ya tiene cuatro veces más de presupuesto que nosotros.
Usted habla de un cambio, pero, ¿en qué va a consistir? ¿En que se vaya el presidente, todo el Comité Técnico y la Junta Directiva y vengan unos señores tipo unos atletas que se están postulando y arreglen el atletismo español? ¿De verdad se cree eso?
P. No sé, ¿qué le parece Marta Domínguez?
R. ¿Cómo presidenta? Pues que aún no está preparada. Con ella tengo una relación maravillosa e incluso creo que le han preguntado y le han dicho que la vida como senadora y con su familia ya le llega. ¿Cree que se va a meter aquí? Puede que le haga tilín por lo que quiere al atletismo, pero Marta es lista y sabe lo que esto. Que hay algún otro por ahí que se postula o mi ex vicepresidente [por Vicente Añó, que ha dado marcha atrás y ahora sí se presenta].
¿Y qué va a hacer éste? Si lleva no sé cuantos años fuera del atletismo. Que esto es muy complicado. Que esto no es sentarse aquí en la poltrona como decís, y hala, que vengan a hacerme homenajes.
P. ¿Está diciendo que si usted viera un buen sucesor, cedería el puesto?
R. Sí. Lo llevo diciendo años. Nadie es imprescindible, pero hoy día lo que es necesario es un buen equipo y creo que tengo uno de los mejores. Y reconocido mundialmente, en el COE y en el CSD. Que alguno ahora ha dicho que ya no soy un buen compañero de viaje, pues como el otro [se refiere a García Bragado, que se refirió a él como un anciano feliz con su marcapasos], al que no voy a contestarle porque no ofende quien quiere sino quien puede.
Mi temor es que si yo me voy, ¿el que venga mantendrá el equipo? En este país el primer deporte es descabezar a todos los que están y traer a gente de su confianza aunque no sepan hacer la O con un canuto. Esto se va al carajo. Y más en tiempos difíciles como los que nos toca vivir.
Era el momento para decir, señores yo me voy, que venga.... Pero no, en estos momentos no puedo abandonar el barco porque es un momento muy difícil.
P. Sobre todo en resultados.
R. Sí, estamos en horas bajas en resultados, pero quizás también estuvimos demasiado arriba para nuestros posibilidades. Porque, para que se haga una idea, ¿por qué tenemos que nosotros hacer la campaña de atletismo divertido con 30.000 niños cuando tendría que ser un movimiento de la sociedad, del gobierno, del ministerio correspondiente?
Nosotros tendríamos que coger a los niños ya creciditos y al equipo nacional, como ocurre en otros deportes. Pero, ¿por qué lo hacemos nosotros? Porque a la sociedad le importa un pepino. Si en mis tiempos se hacía más deporte que ahora Confío en que con la situación económica difícil los niños vuelvan a jugar la calle. ¡Que tenemos el número 1 con Gran Bretaña en obesidad infantil! Y eso lo hablas con varias ministras y ministros, te dan la razón y dicen: esto cuesta dinero. Coño, pero es un dinero bien invertido. Porque ahorras en absentismo laboral, en salud, en depresiones, en botellón
P. ¿No es muy presuntuoso por su parte creer que esto es el caos o yo?
R. No, no. Es el caos o mi equipo. Aunque todos lo personalicen en mí porque es lo fácil, es el equipo. Con un comité técnico, por ejemplo, en 24 años a lo mejor le hemos ahorrado a la Federación 20 millones de euros por no tener que contratar un seleccionador.
Ahora piden mi cabeza no por lo de seleccionador, sino porque me tengo que ir, porque hace falta un cambio. Pero los cambios pueden ser para bien o para mal. Y a mí que me concreten qué hay que cambiar porque todo lo que proponen ya lo estamos haciendo durante años. Al final tenemos lo que tenemos: un atletismo muy artesanal cogido con alfileres y en cuanto nos fallan cuatro figuras se nos quedan descabezado.
De los 46 que llevamos, que tuvieran posibilidades de hacer un papel que satisfaga a los medios, finalistas o medallas, eran menos de la mitad. Quince o por ahí. Como esos 15 han fallado 10, pues quedan esos cinco.
P. Pues podía haber cogido a esos 15 y unos cuantos chavales más como Cienfuegos. Y ya está.
R. Entonces hubieran pedido mi cabeza todos los que tenían la mínima antes de irme a Londres.
P. ¿El equipo no podía haber sido menos grueso?
R. A lo mejor podía haber tres o cuatro que se podían haber quedado aquí, pero me hubieran despellejado. Porque el atletismo no sólo vive de los Juegos. Tenemos una serie de competiciones en las que tenemos quedar una cierta talla y si nos cargamos a esta gente que me consta que no puede brillar en los Juegos, cuando llegue ese momento me dirán: ahora corre o salta tú. Hay que sembrar para luego cosechar. Y el atletismo no se acaba con los Juegos.
P. Da la sensación de que los atletas se sienten presionados por la opinión pública.
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